LAS GUERRERAS DE LA LUNA MÁGICA.
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CAPITULO IX.
Traidores...
Hace milenios... un niño del
clan Atram despertó en medio de una pesadilla para abrir los ojos dentro de
otra pesadilla aun peor, fuera de su casa, gritos lastimeros inundaban la noche
que se iluminaba por la enorme hoguera en que se había convertido su aldea,
trato de levantarse y correr al lado de su padre, pero antes de que lo lograra,
el cuerpo inerme de su hermano atravesó la pared destrozándola con el impacto y
cayo en medio de un charco de sangre a los pies del pequeño, preso del terror,
este chico comenzó a correr entre su pueblo que yacía derrumbado muerto sobre
sus propias tierras, sus pies se mojaban con la sangre de amigos y familiares y
un olor extraño y amargo inundaba su nariz haciéndolo toser, con una mirada, se
dio cuenta de que, fuera lo que fuera lo que estaba destruyendo a su clan,
venia de por encima de él...
Y temeroso, pero
decidido, alzo la mirada para encontrarse con un hombre embestido en una túnica
que fulminaba blancos a placer con una luz que salía de sus manos para caer
certera como un rayo...
En ese momento,
dio un paso atrás para pisar un rama que crujió ante el peso del chico, y ese
sonido, ese ruido casi imperceptible en medio de aquella masacre le pareció el
peor de los truenos a aquel niño que miro lleno de miedo como el rostro del
extraño giro sobre sus hombros hasta que su mirada quedo fija sobre el...
—Vaya... parece
que aún falta uno mas— Le dijo al mismo tiempo que su manos comenzaron a
brillar apuntando directo al niño –Si en algo te consuela chico... vas a caer
por la mano del mejor de los hechiceros...
vas a caer por
la mano...
de Zaarel—
Un destello rojo
y ese calor quemante y horrendo es lo único que este chico recordó después de
esa noche, al salir el sol, y sin comprender como era que seguía vivo, el niño
camino entre cadáveres y cenizas hasta encontrar una mano que se movía pidiendo
ayuda, era la mano de una chica, de su edad, una niña...
Así comenzó la
leyenda de Ascot...y través del tiempo, el nombre de este chico que creció y se
convirtió en hechicero, que creció y se convirtió en hombre, que creció y se
convirtió en demonio, fue recordado como símbolo de valentía, Ascot, aquel que
no le temía a nada...
Pero como todas
las leyendas, esta no decía toda la verdad... pues en su vida, Ascot siempre
temió el nombre de ese hechicero que masacro a su clan en una noche... siempre
temió el nombre de Zaarel...
Tiempo
después... mucho tiempo después, cuando una paz surgió en medio de la guerra
que un solo hechicero dio fin, comenzó lo que fue llamado el gran torneo de los
clanes, un evento para recordar aquellas épocas de gloria y brutalidad... en
esos momentos, ya nada importaba al hechicero llamado Ascot, de no ser por la
vida de una chica llamada Pamela, la vida de la mujer que amaba...
Así que el no estuvo
presente en estas peleas hasta que llego la final, donde el debía de combatir
con el que se hubiera ganado el derecho de retarlo... ese fue un hechicero, un
muchacho, que por nombre...
Llevaba el de
Zaarel...
Y Ascot sintió
miedo, miedo de ese nombre, pero además,
miedo de esa aura llena de ira que rodeaba a su oponente...y fue cuando
lo reconoció... con otro cuerpo, con otro rostro... pero no había duda... era
el mismo, Zaarel...
La pelea fue cruenta, la batalla fue larga hasta que llego a su
punto culminante, como una obra que ve caer el telón al ser finalizada, el
combate por el poder terminó con una técnica prohibida, desenterrada por el
mismo Ascot, el Savation, y con esta técnica muchos cuerpos perdieron
sus almas, Zaarel, Pamela... y uno mas, el mismo que la había ejecutado...
Ascot.
Por que ese día... la furia, el odio,
el remordimiento hicieron presa del hombre que alguna vez fuera el ser mas
poderoso de su mundo...
Y el miedo... el miedo hacia aquel
nombre que lo había atormentado desde niño se hizo presente una vez mas, por
que Ascot, volvió a temer el nombre de Zaarel...
Eso fue hace mucho... Y en la mente de
Ascot el mismo pensaba que ya lo había superado, sin embargo, cuando un ser
extraño le dijo que Zaarel lo buscaba sus manos temblaron como hacia milenios
no lo hacían, y fue ese mismo temor el que le evito el decir la verdadera
identidad de este invasor, por que en su mente, en su alma y en su corazón,
Ascot conservaba la esperanza de que el Zaarel que inicio esta pelea no fuera el
mismo que lo reto en el torneo de los clanes...
Hace un momento...
La voz grave y fría de un guerrero
consumió esa esperanza... pues esa voz era la misma, y esa aura, esa aura que
inunda la nave... sin una pizca de piedad, sin alma y sin corazón... no es otra
que la de Zaarel.
Pero ahora hay algo nuevo...
Y eso es que este Zaarel vino bajo el
símbolo guerrero, y además, esta vez no vino solo, pues a su lado, cuatro
guerreros lo acompañaron, cuatro de los enemigos jurados de su clan atacaron
juntos este planeta, y ahora, un quinto guerrero, con las manos llameantes y la
mirada llena de odio, una nueva guerrera lo acompaña en su lucha, una guerrera
que hasta esta mañana había prometido proteger este mundo...
Ella es Haruka
Pero mientras que Ascot y sus dos
discípulas tratan de comprender lo que pasa, la voz seca, fría y muerta de
Zaarel interrumpe sus pensamientos resonando una vez mas en la nave...
—Aun falta una pelea Ascot... véncela,
y pelearas conmigo...—
—Zaarel... ¡¿Te escondes detrás de una
mujer?! ¡Ven y pelea como el guerrero que dices ser!— Grita Ascot lleno de ira,
pero el silencio le da una respuesta, el murmullo del viento se acalla y es
solo el chisporrotear del fuego que baila incesante en las manos de Haruka el
que interrumpe la calma
—Ya lo oíste Ascot... si quieres a
Zaarel deberás de vencerme—
—Pero... Haruka... ¿De que hablas?—
Pregunta confundido el hechicero
—Haruka, ¿Qué pasa? ¿Por qué peleas del
lado de Zaarel?— Grita Hotaru sin bajar su lanza que apunta hacia su compañera
–Hotaru tiene razón, que diablos te pasa Haruka, pareciera que de verdad vas a
protegerlo!!!—
—Setsuna, Hotaru , no se entrometan en
esto, no quiero hacerles daño...—
—No hablas en serio verdad? Por que
quieres proteger a Zaa..—
—¡¡¡Cállate Setsuna!!! ¡¡Tu no
comprendes, Ascot es quien tiene la culpa de todo!!!—Responde Haruka con un
grito haciendo callar a su amiga que la mira incrédula...
—Haruka...— Susurran Ascot y Hotaru al
mismo tiempo
Sin decir nada mas, la figura de Haruka
comienza a avanzar lentamente hacia Ascot que permanece inmóvil, por un
segundo, tanto la Sailor como el hechicero se miran uno a otro tratando de
encontrar algo dentro de sus ojos, por un segundo, pero pasado el instante,
ambas siluetas se vuelven una mancha borrosa mientras que un golpe ensordecedor
retumba dentro de la nave
—¿Dónde están?— Pregunta Hotaru al
sentir el temblor que cimbra el piso bajo sus pies
—Están ahí, pero se están moviendo muy
rápido, no puedo verlos, no puedo creer que Haruka pueda pelear de esa forma—
Contesta Setsuna quien trata de seguir los movimientos de ambos peleadores
Mientras tanto, Un hilillo de sangre
que aun escurre de la frente de Ascot se pierde en el aire al volar directo
hacia Haruka que parece adivinar los movimientos del hechicero, las manos de
Ascot se encienden para liberar varios rayos de luz que Haruka esquiva con
facilidad y contesta de un golpe que hace volar una de las paredes de la nave,
sin distraerse por esto, Ascot sigue volando en dirección a Haruka quien trata
de detenerlo con las esferas de luz que surgen de sus manos, no es suficiente,
cuando el hechicero logra llegar frente a Haruka que parece sorprendida al ver
como las manos de Ascot de llenan de luz, pero antes de que el muchacho pueda
hacer algo mas, un estallido que surge del cuerpo de la chica lo arroja hacia
atrás obligándolo a retroceder hasta quedar suspendido en el aire...
—Impresionante...— Susurra Ascot
al sentir como una nueva herida se abre
por debajo de su ceja
—Así es Ascot... Zaarel me dio el poder
suficiente para destruirte, todo el poder que pudiera imaginar por llevarle tu
cabeza...—
—Ya veo... te hizo lo mismo que a
Guruclef... el también esta controlando tu odio y tu rencor...—
—No se de que estas hablando Ascot...—
Dice Haruka mientras que agacha su cabeza y cierra sus puños —Si estoy pelando
contra ti, es por que te odio... ¡¡¡Tu me quitaste lo que mas quería en este
mundo!!! ¡¡Tu me quitaste a Michiru!! ...Y la dejaste morir...— Una lágrima
acompaña el grito de Haruka quien baja la mirada tratando de ocultar su llanto
ante el hechicero que retrocede confundido por las palabras de su discípula...
—¿De que.. estas hablando?—
—Y ni siquiera... te diste cuenta
verdad...? No lo entiendes Ascot... Michiru... ella te amaba... ella murió
tratando de encontrarte... tu nombre fue lo último que ella dijo antes de que
su luz te extinguiera... Tu me la quitaste, ella era mi estrella y tu... ¡¡¡Tu
me la quitaste Ascot!!! ¡¡Y nunca te voy a perdonar que lo hayas hecho!!—
Las palabras de Haruka se pierden el
viento para sorpresa de Ascot que mira incrédulo como las lágrimas brotan
incontrolables de los ojos de la chica mientras que su voz resuenan en los oídos del hechicero
—¿Ella me... amaba?— Se pregunta a si
mismo el muchacho un momento antes de que la figura de Haruka se lance sobre él
—Zaarel me prometió que me la
devolvería si te mato!!— Grita Haruka
mientras que concentra toda su energía en sus manos y apunta la enorme cantidad
de poder en contra de Ascot que permanece inmóvil sin poder creer en las palabras
de Haruka
—Pero Haruka yo...— es hasta ese
momento que Ascot se da cuenta de la enorme esfera que Haruka mantiene en sus
manos, casi de inmediato, alza los brazos tratando de detenerla pero el ataque de la Sailor lo golpea de
lleno haciéndolo lanzar un grito que nuca sale de su garganta, como si el
tiempo se detuviera, la esfera sigue avanzando hasta chocar contra una de la
paredes que se vence como si no fuera nada ante el poderío de la Sailor que
mira satisfecha pero con las pupilas brillando aun por las lágrimas...
Detrás de ella, tan Hotaru como Setsuna
miran sorprendidas como la esfera sale de los restos de la nave y una vez en el
cielo oculta la luna con una explosión que envuelve con humo el lugar.
—Ascot...— Murmura quedamente Hotaru
mientras que sus ojos brillan por las lágrimas al ver como la silueta del
hechicero se pierde entre las llamas y casi de inmediato apunta su lanza hacia
Haruka que voltea lentamente para fijar su mirada sobre las dos Sailors tras de
ella.
—!!!Ascot!!!— Grita Setsuna una vez
mas, pero su grito no haya respuesta al igual que las lágrimas que Hotaru
derrama sobre su traje, las manos de la pequeña se tensan, y antes de que Setsuna pueda detenerla corre
en dirección a Haruka que se limita a observarla para levantar la mano creando
una corriente que golpea a Hotaru haciendo que suelte su lanza... –No quiero
pelear contigo Hotaru—Dice quedamente la Sailor al ver la mirada furiosa de la
pequeña quien no puede creer en lo que pasa
—¡¡No!! ¡¡Nosotras prometimos cuidar este
mundo, sin importar quien fuera nuestro oponente!!— Grita Hotaru y de un salto
se pone de pie y toma su lanza del suelo, una lágrima que nunca escapa de las
pupilas brilla en sus ojos justo en el momento que se arroja una vez mas sobre
Haruka quien trata de detenerla arrojándole una esfera de fuego que la niña
evita de un salto, aun no ha caído cuando su lanza gira sobre su cabeza para
caer apuntando a Haruka quien mira sorprendida los movimientos de la pequeña...
—Sin importar quien fuera nuestro oponente...—
Murmura Hotaru mientras que su lanza apunta directo a la garganta de Haruka
–Sin importar quien fuera nuestro oponente... Tu me lo enseñaste...—
Por un segundo, la mirada de Haruka
tiembla al sentir el acero debajo de su garganta, pero al ver los ojos de
Hotaru, no puede evitar que una sonrisa se dibujo en su rostro...
—No... no te atreverás, como yo no
podría matarte... tu no puedes matarme a mi... mi pequeña Hotaru...— Dice
Haruka con un tono maternal, para después acariciar el rostro de la pequeña que
comienza a sollozar una vez mas al comprender las palabras de Haruka.
—Yo... yo no... no podría hacerlo...
yo, tu eres mi...— La frase no termina cuando las palabras de la niña comienzan
a ahogarse entre sollozos y sin poder resistir suelta la lanza que sostenía en
sus manos la cual cae con un ruido seco y frío al suelo...
—Yo no puedo— Balbucea Hotaru para
abrazar a Haruka quien la rodea con sus brazos mientras que le dice...
—Yo tampoco Hotaru, no quiero pelear
contigo... pero si no dejas que me encargue de Ascot...—
—Eh?—
—¡¡¡Entonces no tendré otro remedio que
matarte!!!—
Las manos de Haruka se encienden una
vez mas al contacto con el cuerpo de la niña que mira incrédula como los ojos
de Haruka se vuelve a llenar de odio al mismo tiempo que su manos derecha se
posa sobre el pecho de la chica para liberar una enorme esfera de energía que
golpea de lleno a Hotaru haciéndola volar con un grito hasta caer a los pies de
Setsuna...—
—¡¡¡Hotaru!!!— Pero el rostro de la
pequeña no muestra reacción alguna, sus ropas quemadas aun humean cuando los
brazos de Setsuna la toman por la espalda para repegarla contra su pecho
mientras que sus lágrimas resbalan por sus mejillas para caer tibias sobre el
rostro de la niña...
—Hotaru... contéstame, por favor,
Hotaru...!!!—
—Le dije que no interfiriera...—
—Haruka...!!! Cómo pudiste... ¿!Como
pudiste?!— Grita Setsuna liberando toda su energía provocando que el piso
debajo de ella vuele en pedazos
—Tu no comprendes Setsuna... Zaarel,
Zaarel es la única verdad, el tiene razón, todo lo que ha pasado es culpa de
Ascot... Ami, Rei... y Lucy, esas niñas, todas murieron por su culpa... el
trajo el mal, el trajo la muerte para este mundo...—
—¡¡No seas tonta Haruka!! ¡¡El fue
quien las mato!! ¡¡El es nuestro enemigo!!—
—¡¡No es cierto!!— Contesta Haruka
liberando su poder haciendo que varias columnas de fuego se alcen a su pies,
por su parte, Setsuna deja a Hotaru y toma su lanza para apuntar a Haruka que
comienza avanzar hacia ella, pero antes de que de un paso mas, el humo que
inundaba la nave comienza a arremolinarse hasta formar un torbellino...
—Setsuna cuida a Hotaru...— Dice una
voz detrás de la Sailor –Ella no es Haruka... Zaarel le hizo lo mismo que a
Guruclef, ella dará su vida por el antes de rendirse... no podemos hablar con
ella...—
—Ascot...!!— Responde Setsuna al
reconocer la figura del hechicero que se alza sobre la cortina de fuego a sus
pies, su cuerpo malherido y sangrante camina lentamente hacia la mujer que mira
incrédula la enorme herida que cruza su pecho...
—Vaya... creo que no fue suficiente
verdad...—
—Haruka... ya basta, por Michiru, no
hagas esto...—
—¡¡No te atrevas a pronunciar su
nombre!!—
—¡¡Tal vez ella me quería, tal vez ella
me amaba. Y me arrepiento por no haberme dado cuenta, pero esa no es razón
suficiente para que pelemos, ella no querría esto, ella deseaba proteger este
mundo mas que a nada !!—
—No... no es cierto, yo... yo no...
Dios... Hotaru... que estoy haciendo?—
—¡¡Reacciona Haruka, tu eres mas fuerte
que Zaarel!!—
—¡¡No!!! ¡¡¡Noooooooo!!!— Grita Haruka
y sin poder controlar sus lágrimas se arroja una vez mas sobre Ascot quien
cierra los ojos al ver la decisión de la chica
—Haruka... lo siento...— Murmura el
hechicero y salta para encontrarse con el puño encendido de la chica, ambas
siluetas se cruzan en el aire provocando un destello que ilumina la noche por
un segundo para darle paso una vez mas a la oscuridad, la figura de Ascot cae
de pie para después inclinarse sobre sus rodillas mientras que la de Haruka cae
con un golpe seco y los ojos cerrados...
—Haruka...— Una lágrima, una lágrima
que por fin logra salir de las pupilas de Ascot se combinan con la sangre sobre
su rostro al ver la figura inmóvil de su amiga tendida en el suelo...
—Ascot...— Se escucha la voz de Haruka
dentro de la cabeza del hechicero –Perdóname... pero no comprendes como me
sentía... Ascot... salva el alma de Michiru... por favor... ella te ama...—
te ama...
—¡¡¡Harukaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!— El
grito de Ascot desgarra la noche al mismo tiempo que la presencia de Haruka se
disuelve junto con el fuego que rodeaba sus manos y Ascot, por segunda vez, en
una sola noche, mira, y siente la impotencia de ver como uno de sus amigos, una
de sus discípulas muere sin que el pueda hacer algo, y por segunda vez, en una
noche, Ascot siente temor, y siente odio contra el que comenzó todo esto... y
por segunda vez, en una noche... Ascot recibe otra petición, otra promesa que
habrá de cumplir...
—Ascot...— Susurra la voz de una mujer enmedio de la oscuridad
—Setsuna... como esta Hotaru?— Contesta
el muchacho al darse cuenta de que Hotaru yace tendida sobre las manos de
Setsuna
—Ella... estará bien, pero tu... te ves
muy débil, no creo que...—
—No... aun falta uno, quédate aquí
Setsuna, cuida a Hotaru... Yo iré por Zaarel... esto termina ahora...—
—Pero Ascot... –
—Estoy bien... mis heridas sanaran
pronto—
—Pero, estas sangrando, y tus ojos, hay
demasiado dolor en ellos...—
—No... se lo debo a la las chicas... no
puedo darme por vencido aun...—
Ambas miradas se cruzan, y por un
segundo, ambas almas se exploran una a la otra, se consuelan mutuamente, y es
cuando Setsuna comprende el dolor de Ascot, pero no hace nada, sabe que no
puede hacerlo, y lo único que se le ocurre es acercar su rostro al del muchacho
para besarlo en la mejilla... y Ascot, el agradece la intención de la mujer a
su lado, y por un segundo, por un momento, la confianza que había perdido al
comenzar la noche regresa a él, su mirada se dirige hacia la niña que yace
inconsciente, y su rostro deja salir
una leve sonrisa al ver el rostro de la pequeña, como si durmiera... tan
hermosa.
—No te preocupes... cuando despiertes
esto habrá terminado...—
Setsuna asiente a las palabras de Ascot
para después mirar como se aleja y comienza a volar hasta quedar por encima de
la nave...
—¡¡¡Zaarel!!! ¡¡¡Aquí estoy, ven por mi
guerrero!!!— La oscuridad no le responde, el susurro de las cigarras se ha
acallado, ya no hay bullicio, ni el canto de las aves nocturnas que daban vida
a la noche, solo hay muerte, solo hay dolor... y enmedio de ello, hay un
hombre... un hechicero que a lo largo de esta noche ha sentido como su alma cae
en pedazos, como un poder que casi había olvidado ha resurgido desde el fondo
de su alma, ha sentido el poder, ha
sentido la fuerza... pero sobre todo, ha sentido la culpa de no haber podido
ayudar a sus discípulas... y ha sentido la pena de no poder cumplir una
promesa, pues a si mismo, Ascot había jurado que nunca dejaría morir a otro
amigo...
Y su Dios sabe que lo intento...
Pero todas las que le dieron asilo,
todas las que una vez llamo aliadas... y una mujer que tal vez llego amarlo...
y un amigo que desde la eternidad le ofreció su apoyo...
Han muerto...
Y lo que es peor, es que dos de ellos,
un hombre, y una mujer... murieron por su mano.
Y mentiría si dijera que no le importa,
pero no puede darse por vencido... aun cuando en su rostro, se advierte el
dolor, el sigue esperando, pues sabe
que esto por fin llegara a su fin, de una forma u de otra...
—Esperándote Ascot... aquí estoy—
Resuena una voz en la oscuridad, y acto seguido, miles de chispas surgen de la
nada para reunirse en el aire y estallar dejando al descubierto la silueta de
Zaarel que permanece inmóvil mirando al guerrero...
—Hace mucho tiempo que no nos veíamos
Ascot... has cambiado mucho...—
No hay palabras, solo se miran
desafiantes. Hasta que Zaarel haya una respuesta , y la voz de Ascot rompe el
silencio para hacer una pregunta... solo una.
—¿Cómo?—
—¿Cómo Ascot?—
—Yo te mate, yo te destruí...—
—No Ascot... tu destruiste mi alma...
pero no mi vida...—
—No... el Savation te consumió por completo, yo lo vi...—
—Ya no recuerdas Ascot... el
Savation... consume el alma, pero deja los cuerpos intactos... destruye la
esperanza... pero deja la desesperación,
destruye los sueños... pero deja las pesadillas... y es eso lo que
consume al contrincante, todo ese dolor que se concentra en su cuerpo y en su
mente, todo ese odio es el que acaba por consumirlo...—
—¿Y entonces? ¿Cómo es que sigues
vivo?—
—¿Quieres saberlo Ascot? Ya no lo recuerdas... Cuando el torneo
termino... cuando tu venciste dejaste mi cuerpo a que se perdiera en el
olvido... yo lo recuerdo bien, no podía moverme, podía mirar el sol y la luna
brillar frente a mis ojos, pero no podía sentir calor ni frió, lo único que
podía sentir era odio, paso mucho tiempo, y aprendí a disfrutar mi odio contra
ti, solo esperaba una oportunidad, para liberarme, pues mi cuerpo seguía
intacto, no se como, no me interesa...
Y un día, escuche a alguien hablar de
tu destierro, y después, el cielo de Benea volvió a ennegrecerse, las aves
callaron una vez mas, y la noche volvió a nuestro planeta, como antes de tu
masacre, la sangre corrió en riachuelos, la guerra empezó de nuevo... y fue
entonces cuando me encontraron... siguiendo las leyendas, hasta llegar a mi, me
llevaron a una de las fortalezas guerreras, pero eran tan diferentes a como las
recordaba... llenas de luz, de ruido. Pensaron que podrían usarme como arma, yo
solo espere... inmóvil, como había estado cerca de cien años... hasta que los
guerreros encontraron la respuesta... el odio, el dolor, eso es todo lo que yo
necesitaba para seguir vivo, era un arma, solo sentía odio en contra tuya, y
sin un alma que sintiera compasión o sufrimiento, mi único razón para seguir
existiendo era el destruirte, a ti, y a todo el que se atreviera a
enfrentarme...
Pasaron siglos antes de que pudiera
moverme otra vez... cientos de guerreros dieron sus vidas para liberarme de la
muerte, los ritos del clan de hechiceros y la tecnología de los guerreros me
hicieron caminar otra vez... pensaron que seria su arma, pero yo aun era un
hechicero, aun recordaba el honor del
clan de hechiceros... pero cuando
pude volar otra vez, cuando por fin libere mi poder como en las antiguas guerras...
todo había cambiado, nuestro clan se había vuelto débil, al igual que los
guerreros, la guerra era mas una diversión que la gloria que significaba para
nosotros, los hechiceros eran jóvenes y arrogantes, los guerreros eran fuertes
pero no recordaban como pelear...
Me sentí decepcionado Ascot... pues
nuestra guerra se había convertido en un juego, y uno por uno, destruí a cada
hechicero, y a cada guerrero, igual que tu lo habías hecho hace siglos, y al
final solo quedaron los mas fuertes, todos ellos eran guerreros, pero eran
jóvenes, demasiado jóvenes, la mayoría ignoraban que yo era un hechicero, me
convertí en su líder, en su maestro. Use su tecnología, y comenzamos a vagar en
tu búsqueda, siempre en tu búsqueda, pero fue mucho tiempo, simplemente me
aburrió seguir tu pista, me hice un
mercenario, destruir mundos, escuchar los gritos, el dolor, sentir la sangre en
mis manos... eso me dio otra razón para seguir vivo....—
—¿Por que este mundo Zaarel?—
—En verdad Ascot, si en algo te
consuela, iba a destruir este mundo de todas formas, fue hasta después que supe
que estabas aquí... –
—Y si me querías a mi, por que mataste
a esas chicas...—
—¿Por que? Tu me conoces Ascot, mato al
que osa mirarme a los ojos, mato por placer, mato por todo Ascot, solo por que
quiero hacerlo... mato por que soy un hechicero...—
—Pero ahora pelas bajo el símbolo
guerrero... eres un traidor, un...—
—¡Traidor Ascot! Exactamente, soy un
traidor, igual que tu... o al menos eso me dijo Guruclef cuando rescate su
cuerpo y le di una vida nueva...—
—Tu usaste a Guruclef.. y a Haruka...—
—No Ascot, yo solo le di el poder para
que pudieran destruirte, yo no los hice odiarte... pero a decir verdad, sabía
que no seria suficiente. Siempre fuiste muy obstinado para darte por vencido...—
—Igual que tu...—
—Tal vez... piénsalo Ascot... nosotros
dos, somos los últimos sobrevivientes del clan de hechiceros, somos los mas
fuertes, sobrevivientes, ambos, podríamos conquistar este universo, todos, mis
guerreros, mis guerreros destruyeron a tus discípulas, y tus discípulas,
destruyeron a mis guerreros...
estamos solos, no hay por que pelear,
únete a mi, y juntos crearemos la historia, nada nos detendrá, ni siquiera
Shouten, o su consejo...—
—¿Quién
Shouten Zaarel? ¿Por que le temes?—
—¡¡Yo no le temo a nadie, ni a nada!!
Pero tu no comprendes... ellos, son demasiado fuertes para uno de nosotros,
pero no para los dos...—
—¿Quiénes Zaarel?—
—Te lo diré... pero antes dime
Ascot... pelearas junto a mi?—
Ascot no contesta, una leve risa se
escapa de sus labios al escuchar la proposición del guerrero –Pelear a tu lado
Zaarel? ¿Después todo lo que has hecho... como te atreves a pedirme eso?—
—¡¡Maldita sea Ascot!! ¡¡No lo
comprendes, ellos te están buscando, por lo que hiciste en Benea, y ahora
es mi deber restaurar el honor de los
guerreros y de los hechiceros, esa la única forma de que me dejen en paz,
entregándote a Shouten y al consejo, pero te estoy dando la oportunidad de
pelear contra ellos, de morir con honor, como un hechicero, con el honor de un
hechicero...!!—
—¿Honor Zaarel...? Tu no sabes que
significa esa palabra...—
Ambos hombres se miran mientras que sus
cuerpo flotan en medio de la nada, el susurro del viento marca el final de la
plática solo para darle paso a una cosa...
—Ya veo Ascot... entonces, no me dejas
opción... pelea...—
—Como quieras...—
De un grito, la voz de Ascot resuena en
lo que queda de Tokio abriéndole paso a una inmensa luz que surge de su cuerpo
rodeándolo de energía creando una esfera a su alrededor, al igual que el,
Zaarel también lanza un grito e ilumina sus ojos con un brillo verdoso que se
extiende a su alrededor hasta chocar contra la enorme cantidad de poder que
rodea a Ascot, los dos oponentes se miran mientras que sus pupilas desaparecen
dentro de su mirada y antes de que el eco de sus gritos se pierda, los dos se
lanzan sobre su oponente creando un destello que ilumina la noche, uno a uno,
los golpes de ambos hechiceros crean destellos de luz que brillan en la
oscuridad en forma de círculos que se disuelven en unos instantes, en un
segundo, la pelea de los dos hechiceros se aleja de la nave para reaparecer
entre lo que queda de la ciudad de Tokio, los edificios estallan a su paso y
los árboles que aun no han sido consumidos por el fuego son arrancados de raíz
por las corrientes que provocan al volar sobre ellos, de pronto, un golpe que vuela en pedazos uno de los edificios a
su alrededor se acompaña por una figura que sale volando hasta chocar con una pared
que se agrieta al recibir el cuerpo de Ascot quien yace malherido y
sangrando...
—Estas débil Ascot... Tal vez Haruka y
Guruclef no te hayan destruido... pero te dejaron muy débil...—
Sin decir otra cosa, Zaarel comienza a
volar en dirección al muchacho que sacude su cabeza tratando de ubicarse, es
cosa de un segundo antes de que Ascot logre alzar su mirada para encontrar las
manos de Zaarel frente a su rostro y antes de que pueda alejarse de su
oponente, este libera una corriente de agua sumiendo el cuerpo del
hechicero dentro del edificio que termina por derrumbarse ante el ataque.
—Te gusto Ascot...?— pregunta Zaarel
fijando su mirada entre los escombros
—No puede ser... ese era la técnica de
Ami...— Se escucha decir al hechicero que se libera de entre las rocas y
comienza a volar una vez mas —¿Cómo es que tu...?—
—Esperaba que lo preguntaras Ascot...
fíjate bien, mira lo que tu técnica ha logrado...—
Sin comprender las palabras de Zaarel,
Ascot mira como el guerrero cruza los brazos sobre su pecho y lanza un grito
que comienza a liberar su poder
–Diosa...— Exclama el muchacho al
sentir como la presencia del guerrero comienza a hacerse mas grande y un
murmullo parecido al eco de un grito inunda el lugar, los ojos de Zaarel
comienzan a liberar una luz verdosa que se extiende sobre su cuerpo creando una
especie de barrera que refleja cientos de rostros gritando por salir, los ojos
de Ascot tiemblan al reconocer la técnica de Zaarel pero antes de que diga algo
los rostros de varias chicas que ruegan por su libertad llaman su atención...
—Rei, Ami, Mina, Lita... Michiru—
balbucea en voz baja el hechicero al darse cuenta de que los rostros reflejados
en aquella luz son los de sus amigas –No puede... eso significa que tu... el Savation—
—¡¡Lo reconoces Ascot, eso es lo
que tu técnica ha logrado, el alma de tus alumnas por la que tu me
arrebataste!!—
—Maldito...—
Sin pensarlo, Ascot comienza a volar en
dirección a Zaarel quien ríe al ver la desesperación del muchacho, de la nada,
el guerrero crea un arco envuelto en llamas y comienza a disparar flechas que
surgen de sus manos en contra de Ascot que trata de esquivarlas, pero no logra
evitar que una de ellas lo roze en el hombre frenando su camino, la
mirada de Zaarel brilla con la luz verdosa que lo envuelve al darse cuenta de
que las heridas de Ascot ya no sanan como antes y aprovecha el descuido del
muchacho para lanzarle una esfera de luz de color Azul que golpea a Ascot en el
rostro, sin poder controlar su cuerpo, Ascot cae a plomo sobre el asfalto
destrozado de las calles de Tokio seguido de Zaarel que vuela lentamente hasta
tocar tierra...
—Ese fue el maremoto de...—
—Creo que se llamaba Michiru... una
chica preciosa, me recordó a alguien...a ti no?—
—¡¡¡Cállate!!!— Grita Ascot y de un
salto trata golpear al guerrero pero antes de que logre tocarlo este alza la
mano y lo detiene en el aire para arrojarlo en contra de un auto que estalla al contacto
con el muchacho.
—Resígnate Ascot, no lo hagas mas
difícil... estas débil, estas solo, tus amigas ya han sido destruidas, no hay
nadie que te acompañe, muere sin pelear Ascot, o únete a mi, pero ya no vale la
pena que luches solo, no lograras nada!!—
—¡¡El no esta solo!!— Grita una voz por
detrás de ambos hombres –Yo aun puedo pelear—continua la voz acompañándose por
un destello dorado que inunda el lugar –Y no dejare que mates a Ascot—
—Eres tu...—
—Serena...—
Ambos contrincantes distraen su
atención hacia la chica que se acerca lentamente dando pasos cortos y suaves
haciendo eco en la oscuridad que sucumbe por la luz que brilla en su frente
—Vaya, en verdad quieres pelear? ¡O te
esconderás como la cobarde que eres?—
—No... ¡¡Yo no volverla esconderme!!
¡¡Soy Serena Tsukino!! ¡¡Yo soy Sailor Moon!! ¡¡Yo soy la protectora de este
planeta!!—
Zaarel deja escapar una sonrisa al
escuchar el grito de Serena, sin embargo, su sonrisa se borra al sentir como la
energía de la chica comienza a crecer al igual que la luz que surge del símbolo
en su frente...
—¿Crees que podrás vencerme sola niña?—
—¡¡Ella no esta sola!!— Gritan dos
nuevas voces que se acercan a través del humo y el fuego – Nosotras también
somos Sailors, nosotras también protegeremos este planeta, y también a Ascot,
el es nuestro amigo—
—Hotaru, Setsuna...—
Tanto Serena como Ascot miran
asombrados como las dos Sailors se unen a ellos y apuntan sus lanzas en contra
de Zaarel que mira indiferente la escena...
—Tres de ustedes... contra mi, sus
amigas eran cinco, y las vencí en un abrir y cerrar de ojos, y ustedes tres
quieren pelear en mi contra...—
—Tal vez no seamos tan poderosas...
pero pelearemos juntas, yo no las abandonare otra vez, moriré peleando contra
ti si es preciso, pero no abandonare a mis amigas una vez mas!!!— Responde
Serena
—...Que desperdicio... ¿por qué no les
dice que esta pelea no tiene sentido Ascot... tu sabes que nunca podrán
vencerme....—
—No Zaarel... Este es su mundo, ellas
tiene todo el derecho de pelar por el, por la vida de sus amigas... ellas
también son guerreras, también conocen el honor...—
—Oh que estúpido... como quieras,
terminemos de una vez por todas—
La conversación termina, y el ataque
comienza, por los extremos, de frente, por arriba, a Zaarel no le importa, sabe
que es lo suficientemente poderoso para vencer con un solo golpe, lentamente
alza su mano derecha creando una barrera de energía que lo rodea, cierra los
ojos, sabe que nunca podrán romperla, de repente, una sensación extraña invade
su mente, “¿Dolor?” un quejido se escapa de sus labios al sentir como el acero
corta sus costado y lo obliga a abrir los ojos solo para encontrar las manos de
Serena iluminadas con el mismo brillo dorado de su frente, no tiene tiempo de
defenderse cuando la chica provoca un estallido que lo derrumba sobre el
pavimento roto, su cabeza da vueltas y apenas si se percata de la silueta de
Ascot sobre él y del brillo que se desprende de sus manos para sumirlo entre la
tierra, por primera vez en años, esa sensación de que la sangre brota de su
cuerpo invade su mente transformando el gesto confiado de su rostro, abre sus ojos una vez más, aunque no lo hiciera,
siente el calor de un nuevo ataque cerca de su cuerpo, de un salto sale del
agujero que el mismo hizo, con un
estallido aleja a sus oponentes, toma aire, mira sus manos manchadas con
sangre, su sangre, lleno de ira voltea a mirar los rostros de los guardianes,
ya no solo el de Ascot, las tres chicas restantes también son fuertes, en
especial la rubia...
Y por encima de la pelea, sin que nadie
lo mire, una sombra es testigo de la historia, su nombre es Shouten, y el sabe
que en sus manos esta el poder para detener esta carnicería, pero no lo hace,
aun no es tiempo, sigue mirando esperando el desenlace, sabe que no
tardara mucho...
Lo sabe...
La pelea continua, pareja, justa, como
Shouten desearía que fuera, aunque solo es un momento, pues el poder de Zaarel
no disminuye mientras que el de las Sailors se agota, Y el guerrero lo sabe,
mientras que esquiva los ataques de Setsuna quien inútilmente trata de
golpearlo una sonrisa ilumina su rostro, y antes de que la Sailor pueda
defenderse la toma del cuello elevándola por los aires ante la mirada de
Serena, Hotaru y Ascot que queda inmóvil al ver la posición de su amiga...
—Ascot... ¿es por seres tan débiles que estas luchando? ¿Deja de jugar
conmigo, se que aun ocultas tu poder...
¿¡O es que quieres que mate a todas estas humanas antes de enfrentarme a ti!?—
—Suéltala...!!!—
—No Ascot, ya estoy harto de estas
interferencias, nuestra pelea comenzara ahora...—
Las palabras se quedan en el aire ante
las miradas confundidas de Serena y Hotaru que sienten como el aire a su
alrededor se calienta y las nubes comienzan a cerrase sobre los dos
contrincantes, una llamarada surge del cuerpo de Zaarel un segundo antes de que
su mano suelte el cuerpo de Setsuna quien cae inconsciente a los pies del
guerrero, sin detenerse a mirarla una segunda vez, Zaarel deja que su cuerpo
comience a flotar en el aire al igual
que Ascot quien lo mira desafiante
—Ascot, que esta pasando...?— Por
respuesta, la mirada de Ascot se clava sobre Serena y antes de que comprenda lo
que pasa un grito del hechicero hace volar el piso a sus pies dejándola
inconsciente.
—¡¡Ascot!!— Grita Hotaru al ver como el
cuerpo de Serena queda tendido en el suelo, pero el hechicero no responde,
lentamente alza la palma de su mano y deja que una tenue luz dorada salga de
ella hasta golpear a Hotaru que queda inconsciente a un lado de Serena
—Lo siento pequeña, pero ya nadie va a
morir en esta pelea...—
—Creí escuchar que ellas tenían derecho
a proteger su mundo...— fanfarronea Zaarel a l mirar como Ascot deja
inconsciente a la niña
—Ya han muerto demasiados esta noche,
no las arriesgare a ellas también—
—Oh, pobre Ascot, tan noble como
siempre, es una lastima que cuando acaba contigo ellas correrán la misma
suerte—
—Cállate...—
Ambos hombres se miran el uno a otro,
como la última vez que pelearon, de un grito los dos liberan su poder haciendo
que el cielo se abra de golpe dejando ver las estrellas, la energía de los dos
se arremolina alrededor suyo mientras que sus miradas se disuelven dentro de
sus pupilas, de un movimiento, la imagen de Zaarel desaparece en el aire y un
silbido que acompaña una línea de luz golpea el hombro de Ascot quien cae hacia
atrás seguido por varias gotas de sangre que acompañan su cuerpo, pero antes de
que llegue al piso, el hechicero controla su caída y en un abrir y cerrar de
ojos su silueta se disuelve también en un rayo de luz, de un golpe, ambos
hombres reaparecen uno conteniendo el ataque del otro al mismo tiempo que se
ven a la cara con una mezcla de odio y respeto, ambos se separan y con sus
manos provocan un rayo de luz que choca en el aire para explotar un segundo
después, el humo aun no se disipa cuando los dos hechiceros comienzan a tirar
golpes a su contrario aun cuando ninguno da en el blanco.
Varias explosiones resuenan en el aire
acompañadas con esferas de luz que surgen de las manos de ambos, pero ninguna
de ellas logra acertar en su contrincante hasta que uno de los ataques de Ascot
golpea a Zaarel haciéndolo caer hasta chocar contra el piso...
—Eso es Ascot... ese es tu verdadero
poder—
Ascot no contesta, sus ojos en blanco
se quedan fijos sobre el guerrero que escupe sangre al tratar de levantarse,
sus manos se iluminan otra vez creando un destello que choca contra Zaarel
sumiéndolo en la tierra, sin poder evitar el ataque, Zaarel alza las manos
tratando de contener el rayo de energía cuando un ligero gemido llama su
atención, atrás de él, no muy lejos, el cuerpo de Serena se levanta aturdida
por el ataque, de un golpe, Zaarel se quita de encima el rayo de Ascot y vuela
hasta encontrar el cuerpo de Serena para tomarlo por el cuello...
Ascot detiene la lluvia de energía que
se desprendía de sus palma al ver como Zaarel se oculta detrás de la chica que
trata de defenderse, la mirada de Ascot retoma su color y antes de que piense
que hacer Zaarel ilumina sus manos con una esfera que golpea al hechicero
haciéndolo caer al suelo envuelto en llamas...
—¡¡Ascot!!— Grita Serena al ver como el
hechicero choca contra el suelo y de un tirón logra liberarse de las manos de
Zaarel para echar correr en dirección a
Ascot bajo la mirada de Zaarel que apunta con su mano a la Sailor dejando que
esta se ilumine hasta que un rayo plateado sale directo a Serena quien sigue
corriendo...
—Serena!!— Grita Ascot al ver como el
rayo de luz se desprende de la mano de Zaarel haciendo que la chica voltee para
encontrar el destello de energía frente a ella, sus labios se abren tratando de
gritar pero antes de que el golpe de Zaarel la alcance la silueta de una mujer
se interpone a su paso recibiendo de lleno el destello plateado.
—Setsuna...— Susurran Ascot y Serena al
mismo tiempo cuando reconocen el rostro de la Sailor quién cae lentamente a los
pies de Serena quien se agacha tratando de reanimarla solo para ver como sus
ojos se cierran lentamente dejando en sus labios una sonrisa que se diluye en
las lágrimas de Serena
—No llores Serena...— Es lo último que
Setsuna logra decir antes de que sus labios dejen de temblar y sus manos caigan
al suelo con el guante que le diera Ascot hecho pedazos
—Setsuna... no te mueras...—
Y a unos paso de ambas chicas y del
hechicero que continua inmóvil, Zaarel mira divertido la escena mientras que
sus ojos brillan contrastando con el fuego que se desprende de sus brazos los
cuales se alzan en contra de Serena y Ascot quien yace detrás de ella...
—Despídete Ascot...—
De pronto, antes de que Zaarel haga
otra cosa, un aura llena de energía a sus espaldas seguida por un grito llama
su atención y antes de que pueda reaccionar, la lanza de Hotaru lo aprisiona
por la espalda obligándolo a desvanecer su ataque, la joya en el guante de la
pequeña comienza a brillar al igual que sus ojos causando un gran temblor que
cimbra las maltrechas calles de la ciudad, una aura de color púrpura se
desprende de su cuerpo creando una gran esfera de luz que envuelve a ambos ante
la mirada atónita de Serena y Ascot quien trata desesperadamente de levantarse,
de repente, toda la ciudad queda en silencio, el fuego deja de chisporrotear y
el viento acalla su murmullo cuando la energía de Hotaru alcanza su limite,
pero aun no es suficiente piensa la pequeña, y quedamente comienza a recitar el
verso enseñado por el hechicero...
“...Energía de la destrucción, tormenta
y azote de los mundos, otórgame tu poder, deja que mi alma se haga una contigo,
estrella del norte, baja a mi cuerpo y ayúdame...”
—Hotaru no...—
—¡¡Niña estúpida, que estas haciendo,
vas a matarnos a los dos!!—
—No Zaarel, Ascot tiene razón, tu
morirás esta noche... ¡¡Poder de la muerte y la vida, esfera de la destrucción!!—
Un gran temblor se deja sentir a los
pies de Hotaru cuando su silueta al igual que la de Zaarel se pierde en la
esfera de luz, la joya en el guante de la niña se cuartea dejando surgir un
enorme destello que se une a la técnica de Hotaru, el sonido se pierde ante el
estruendo hasta que la dulce voz de Hotaru se deja escuchar en el aire...
—Ascot... Serena, yo seré quien termine
con esto, ese es mi deber, yo también soy una Sailor, una protectora de este
planeta...—
—¡¡¡¡Hotaru no!!!!!!!— Grita desesperado
Ascot tratando de detenerla pero una ligera risilla acompaña las palabras de la
niña...
—Señor... me divertí mucho con usted...
gracias por todo, cuide a nuestra princesa... y señor... Ascot yo, yo lo...
quiero mucho... lo quiero mucho...—
Un segundo, tal vez dos, mas que suficiente para que el corazón de
Ascot se haga pedazos al escuchar las palabras de la niña, un segundo, tal vez
dos, ese es el tiempo que dura el estallido provocado por Hotaru, un segundo,
tal vez dos, una eternidad donde se pierde la vida de una pequeña, valiente,
demasiado valiente para su edad, un segundo, tal vez dos, y la pelea parece
terminar...
—¡¡¡¡¡¡¡Noooooooo!!!!!!!!—
El grito de Serena no logra nada, la esfera se expande
hasta que una columna de luz sale por encima de ella y un viento tan fuerte
como el de una tormenta arroja a Serena y a Ascot hacia atrás mientras que la
luz que surge del lugar donde se perdiera la silueta de Zaarel los ciega por un
momento hasta convertirse en un enorme destello que vuela en pedazos los restos
de la calle y los edificios que aun no se vencían, los ojos de Ascot se abren
desorbitados tratando de hallar la silueta de la niña pero una nueva corriente
de aire lo arrastra hasta chocar contra una roca...
La luz de la explosión comienza a diluirse en la noche dejando
tras de si un enorme cráter y una gran nube de humo púrpura donde Hotaru y
Zaarel desaparecieran, pasa un momento antes de que Serena y Ascot lleguen
hasta ese lugar para encontrarlo solo y callado al igual que el resto de la
ciudad...
—Hotaru...—
La mirada de Ascot se agacha apenada al ver como los ojos de
Serena se llenan de lágrimas y se ocultan tras las manos de la chica que cae de
rodillas sollozando como una chiquilla, y Ascot, se siente débil, se siente
triste, enojado, pero sobre todo, se siente inútil al pensar en las palabras de
la niña, y dentro de él, algo muy en el fondo de su alma pareciera romperse, y
ese algo, traspasa su corazón haciéndolo pedazos, y el reconoce ese
sentimiento, pero lo ignora, ni siquiera quiere pensar en ello, así que
simplemente se traga sus lágrimas como lo ha hecho desde siempre, lentamente,
se acerca a Serena para tomarla del hombro... “Esto ya termino...” le dice para
después levantarla a su lado “Veré que puedo hacer por este mundo...” continua
pero antes de que termine, el rostro de Serena se acurruca en su pecho para
llorar sobre él
—Ascot... vámonos de aquí— Le
ruega –Ya no quiero saber más de esto—
El hechicero asiente a las palabras de Serena y lentamente la alza
del suelo para comenzar a volar, pero antes de que logre elevarse, un rayo
dorado sale de entre el humo para el golpear la espalda de Serena haciéndola
soltar la mano de Ascot quien mira casi con miedo como la mirada de la Sailor
se desvanece
—Serena...— Pero no hay respuesta, el cuerpo de la chica cae al
suelo con una gran herida en la espalda para la desesperación de Ascot quien se
arrodilla frente a su amiga...
—¡¡Serena, Serena tu no, por favor, tu no...!!—
—Ascot...—
La vos de Serena se acalla y sus ojos quedan abiertos pero sin
brillo, todas las lágrimas dentro de sus ojos se quedan ahí y un delgado
hilillo de sangre brota de su boca.
—No, Serena... ¡¡Serenaaaaaa!!—Los ojos de Ascot se llenan de
lágrimas, pero esta vez el hechicero no se contiene y comienza a llora sobre
Serena quien deja de respirar en las manos del hechicero
—No llores Ascot... ella no era de nuestro linaje...—
—Zaarel...—
—Rayos, esa niña si era muy fuerte, me dejo muy... débil—
De entre los escombros, el humo y el fuego, el cuerpo ensangrentado
y malherido de Zaarel comienza a avanzar en dirección a Ascot quien lo mira
lleno de odio...
—¡¡Maldito!!— Grita Ascot y de un salto comienza a volar en contra de Zaarel
hasta que su puño golpea la quijada del guerrero
—¡¡Ya basta Zaarel!! ¡¡Por Lucy, por
Marina, por Anais!!— Otro golpe y el cuerpo de Zaarel sale volando sin control
seguido por Ascot quien lo sume de nueva cuenta en el suelo –¡¡Por Rei, Ami,
Mina, Lita!!— las manos de Ascot se iluminan y cientos de rayos brillan en la
noche golpeando a Zaarel hasta deshacer
el suelo bajo su cuerpo –¡¡Haruka, Guruclef!!— El ataque de Ascot cesa solo
para que una patada del hechicero
aplaste el rostro de Zaarel quien comienza a sangrar por la boca y la
nariz –Por Setsuna, por Serena!!— Las manos del hechicero toman el cuello de
Zaarel alzándolo frente a su rostro hasta que los ojos de ambos quedan uno
enfrente del otro –Por Michiru... y por Hotaru— La mano derecha de Ascot deja
de sujetar a Zaarel y comienza a concentrar energía mientras que la izquierda
sigue fija en el cuello del guerrero que mira impotente como la esfera de color
plateado se avecina sobre su rostro...
—¡¡Tu caerás en Tokio!!—
La esfera de Ascot golpea el cuerpo de
Zaarel causando una enorme explosión que arroja el cuerpo del hechicero por los
aires para caer varios metros mas allá del hechicero que jadea cansado y lleno
de furia
—Tu masacre termina ahora...—
De un salto, el cuerpo de Ascot se
eleva por los aires mientras que sus ojos se tornan de color rojo al mismo
tiempo que una enorme cantidad de
energía se reúne sobre su cabeza...
—¡¡Ya basta hechicero!!— Grita una voz
por encima de Ascot obligándolo a alzar la mirada para encontrarse con una
delgada figura enfundada en un traje negro –Esto acaba ahora—
—¿Quién eres tu? –
—No me recuerdas hechicero...
mi nombre es Shouten...—
Continua...
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