LAS GUERRERAS DE LA LUNA MÁGICA.
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CAPITULO VIII. Duda y muerte
Hace
tres horas... una estrella cayo del cielo y arraso con lo que había a su
paso... de ella, surgieron tres... “Hombres” cada uno vestido con una armadura
de color negro labrada en un extraño metal, ellos fueron los llamados
guerreros, después de eso, comenzaron a rondar las calles de Tokio, matando, y
destruyendo lo que encontraban, en ese momento, las poca resistencia que
encontraron a su ataque fue anulada de forma inmediata, nadie mas se atrevió a
revelarse contra ellos... casi media hora después, un grupo, o de hecho varios
grupos de chicas se atrevieron a enfrentarlos, la pelea se extendió a lo largo de casi tres horas...
De
inicio a fin, les tomo a tres de estos guerreros enfundados cada uno en un
enorme robot que hacían llamar centinela, un gran total de casi dos horas el
destruir un tercio de la ciudad y morir al lado de otras tres chicas que se
atrevieron a enfrentarlos.
...Casi
dos horas
Mas o menos a las 10:30 PM. Un guerrero nuevo surgió de la nave, se
hacia llamar Zaarel, el, era el líder... y a diferencia de sus guerreros, este
fue enfrentado por un grupo de cuatro chicas llamadas Sailors, las guardianes
de este planeta...
De
inicio a fin, a Zaarel le tomo un gran total de 22 minutos arrasar con lo que
quedaba de Tokio, deshacerse de sus oponentes, y tal vez, lo peor, arrasar con
todo ser vivo sobre este mundo, causar enormes daños en las ciudades en un
radio de 2354759694 Km. e incrementar su poder de una forma sorprendente, con
eso, Zaarel dejo bien en claro por que era, o mas bien había sido el líder de
los guerreros, sin embargo, aún no termina, en este momento, esta siguiendo a
una chica que entro a sus espaldas, y aunque podría destruirla con un simple
pensamiento, la cacería es algo que siempre le ha fascinado...
Nave guerrera 11:00 PM. 2:55 minutos después del impacto
“Dios... ¿Qué fue eso? Ya no
siento la presencia de las chicas... solo la de Serena, pero se esta haciendo
cada vez mas débil... no puede ser que ellas...”
Haruka... Sailor del planeta
Urano, Sailor del fuego y la ira... Una mujer que siente como cada una de las
presencias de sus amigas... de todas ellas ha ido desapareciendo conforme
transcurre el tiempo... No se explica por que.
No lo intenta, sabe que sus
amigas, al igual que ella estaban conformes y dispuestas a ofrendar su vida si
tuvieran que hacerlo, sin embargo, lo que en verdad le preocupa, lo que en
verdad le molesta, es que el aura de un hechicero, de su propio benefactor, no
solo no se ha debilitado, sino que aumenta su poder cada vez mas...
Y así, sumida en sus
pensamientos, sigue corriendo hasta llegar a una esquina dentro de la enorme
nave, siente la presencia de Ascot frente a ella, y sin pensar en otra cosa se
hecha correr hacia esa dirección, de repente se detiene, siente una nueva aura
detrás de ellas, dos, una mas fuerte que la otra, y aunque no las sintiera, el
rápido sonido de pasos que se acercan cada vez mas la pone alerta.
Se esconde detrás de una pared, y
espero paciente que el dueño de esa aura se acerque, la reconoce, esa aura es
de una mujer... no puede ser... esa aura es de...
—¡¡Michiru!!— Grita Haruka al ver
la silueta de la chica chocar en contra de su cuerpo, por un segundo, Michiru
queda aturdida por el golpe pero de inmediato se repone para clavar su mirada
en su compañera...
—¡¡Haruka!!— Grita para después
lanzarse a los brazos de su amiga quien la ve llorar sin comprender la razón...
—¿Qué pasa Michiru? ¿Qué estas
haciendo aquí?—
—Haruka... el las mato, las mato
a todas, me esta siguiendo... va a matarme, va a matarnos...—
—¿Quién?—
—Zaarel—
—¿¡Zaarel...!?—
—Tenemos que encontrar a Ascot,
el puede vencerlo, nosotras no pode...—
Pero antes de que Michiru acabe
la frase la mano de Haruka se impacta en su mejilla obligándola a callar...
—¡¡Cálmate Michiru!! ¡¡Tienes que
calmarte si queremos encontrar a Ascot, yo llevo casi una hora perdida en este
lugar!! No lo encontraremos si no nos calmamos, puedo sentir su presencia, pero
es tan grande que inunda todo el lugar, además hay otra persona peleando contra
él, su presencia es igual de grande que la de Ascot... la sientes?—
—S... Si..—
—Tenemos que guiarnos por el
sonido de la pelea si queremos encontrarlo—
—Si... yo... lo siento, es
que...—
—No importa... te entiendo, pero
esto aún no termina, no es hora de lloriquear Michiru.. eso no debe
importarnos...—
—Pero...—
—¡¡No debe de importarnos!!—
Grita Haruka al momento que hecha a correr adentrándose en la nave, detrás de
ella, Michiru queda confundida pero aliviada por haber encontrado a Haruka, sin
embargo, sabe que si no encuentran a
Ascot, haberla encontrado no servirá de nada...
Una
explosión que resuena en la nave le recuerda las palabras de su compañera, y
sin esperar otra cosa, hecha a correr detrás de ella, la llama, le pregunta a
donde van, pero Haruka no responde, ni siquiera voltea, y sin saber por que,
esa sensación de tranquilidad que Michiru tenia, se desvanece junto con la luz
que queda detrás de ella. Dejando a ambas chicas...
En las
sombras...
Con sus
pensamientos...
“...Oh Dios... ayúdanos...”
“...El esta detrás de nosotras... nos esta
siguiendo... va matarnos...”
...Corren... Las dos son Sailors, Neptune
y Uranus, Haruka y Michiru, ambas fuertes y orgullosas, sin embargo ahora se
encuentran corriendo seguidas por un enemigo, se mueven rápido mientras que la
adrenalina recorre su cuerpo, Zigzaguean, por los innumerables pasillos que se
extienden dentro de la nave, algunos tan estrechos que parecen ahogarlas pero
que de repente se abren para dar paso a enormes cámaras que comienzan a cerrarse
una vez más... Ya no les impresiona... Ya nada dentro de esta nave, ni siquiera
el enorme alarde de tecnología de la que reboza las sorprende, por ahora, ambas
tienen un solo pensamiento en su cabeza... Encontrar a un hombre, una de ellas
ve en él una última esperanza, la otra, el culpable de todo lo que esta
pasando... Como sea, el encontrarlo lo más rápido posible es lo único que les
da fuerzas a ambas chicas para seguir adelante...
De repente, el pie de Michiru se atora con
una placa que sobresale del suelo, sin poder hacer nada, el cuerpo de la chica
se precipita hacia el metal bajo de ella para recibirla con un sonido seco que
hace eco dentro de la nave...
—...Michiru, Levántate, no tenemos tiempo
que perder, debemos encontrar a Ascot...—
Pero Michiru no contesta, trata de
levantarse cuando siente que las fuerzas la abandonan y comienza a llorar
ocultando su rostro con las manos...
—¡¡Michiru, no es hora de llorar, aún
tenemos que cumplir una misión!!— Le reprocha Haruka a su compañera al mismo
tiempo que regresa para jalarla de un brazo, pero Michiru no se levanta, deja
que su cuerpo caiga derrotado al suelo al igual que las lágrimas que bañan el
rostro de la chica...
—¡¡Que no lo entiendes Haruka!! ¡¡Tengo
miedo, tengo mucho miedo!! ¡¡Están muertas, todas están muertas, Rei, Mina,
Lita, Ami!! ¡¡Y Lucy, esas tres chicas no tenían por que haber muerto, no era
su pelea, pero están ,muertas!! ¡¡Todas están muertas!!— Los sollozos de
Michiru inundan la nave haciendo eco en sus pasillos que los repiten burlones
como si se rieran de las dos Sailors...
...Todas están Muertas...
...Todas están muertas...
...Todas están muertas...
—..¡¡Ya basta Michiru!! ¡¡Deja de llorar o
te quedaras aquí!! ¡No quiero abandonarte, pero lo are si tu me obligas...!—
Grita Haruka tratando de callar los ecos a su alrededor, Michiru voltea a ver
el rostro de su amiga que se yergue frente a ella, y lo odia, por un segundo,
Michiru siente hervir su sangre al mirar a Haruka, tan tranquila, como si no le
importara... Un sentimiento del cuál se arrepiente de inmediato cuando nota el
brillo de una lágrima en los ojos de Haruka...
—Vamonos...— Alcanza a decir Haruka antes
de que las lágrimas cierren su garganta y acto seguido voltea sin esperara que
Michiru la siga
—Haruka yo...— Pero antes de que Michiru
alcance a decir algo una enorme aura llena de poder se deja sentir detrás de
ellas, las dos chicas voltean sabiendo de quién se trata para tomar cada una su
postura de pelea, las dos saben que ya no podrán huir, ya no tiene caso, así
que ambas se miran sin saber que hacer, pero es una palabra de su propio
perseguidor la que les muestra lo que viene...
—¡¡Peleen niñas!! ¡¡Pelean contra
Zaarel!!—
Un reto, ambas lo entienden de inmediato,
pero es Haruka la primera en responder, de un salto, se arroja sobre Zaarel con
las manos iluminadas con un fuego mágico que arroja a el guerrero, pero Zaarel
no se mueve, lo recibe de lleno sin titubear ante la sorpresa de Haruka...
—No puede ser... la corona de fuego...—
—¡¡Es inútil mujer... como todo lo que
intenten!!—
—¡¡¡Cállate!!!— Grita Michiru mientras que
libera todo su poder en contra de Zaarel quién trata de esquivarlo sin éxito...
–¡¡Las Sailors no nos rendimos...!!—
Sin embargo, la silueta del guerrero
vuelve a surgir de entre el destello azuloso provocado por Michiru solo para
encontrarse con una esfera de fuego que lo envuelve haciéndolo retroceder...
—¡¡¡Michiru ahora!!!— Grita Haruka dejando
que su técnica se una a la de su compañera quién ataca una vez mas a la sombra
que se mueve entre el fuego, una explosión acalla el lugar dejando solo el humo
que se extiende rápidamente por los pasillos
Ambas chicas retroceden para atacar una
vez mas cuando dos esferas de color rojo salen de entre el fuego hasta chocar
contra ellas, un quejido de las dos Sailors se escucha dentro de la nave y
antes de que puedan reponerse un rayo rojizo golpea sus cuerpo haciéndolos caer
con un golpe seco...
—...Te dije... te dije que no iba a
funcionar...— Alcanza a decir levemente Michiru
—Claro... ahora la que tiene toda la culpa
soy yo verdad?— Contesta Haruka dejando que una leve risilla se escape de sus
labios
—Así es siempre no?—
—...Ja ja ja... claro Michiru... lo que tu
digas...—
Los labios de ambas dejan escapar una
sonrisa al mismo tiempo que sus manos se mueven lentamente buscando la de la
compañera, pero antes de que se alcancen uno de los pies de Zaarel interrumpe
el camino pisando la mano de Michiru
rompiendo la joya que brillaba en su guante, lentamente, Michiru alza el
rostro hasta encontrarse con la mano de
Zaarel sobre su cara brillando con una extraña luz verde...
—Son fuertes... de verdad fuertes... sus
almas son de verdaderas guerreras, me serán de mucha utilidad si en algo les
consuela saberlo...—
Y antes de que alguna de las dos chicas diga
o piense en algo el destello ilumina el rostro de Michiru haciéndola lanzar un
grito que se ahoga con el sonido de la técnica, una sombra plateada surge del
cuerpo de la chica y va a unirse a la mano de Zaarel que se incorpora
lentamente ante la mirada desesperada de Haruka quien trata de acercarse a
Michiru hasta que la mano de Zaarel la toma e cuello elevándola frente a su
rostro...
—No... tu también serás parte de mi...— Y
con un nuevo destello otra silueta surge del cuerpo de Haruka hasta llegar a los
ojos de Zaarel que brillan satisfechos al dejar caer el cuerpo de Haruka a un
lado...
—Y ahora... iré a ver por que Yamena tarda
tanto... tal vez necesite un poco de... ¿Qué es eso?—
—...Michiru...—
Da la vuelta, y detrás suyo el cuerpo de
Haruka se arrastra lentamente buscando la mano de Michiru quién yace con los
ojos abiertos estirando la mano tratando de encontrar la del ser amado...
—...Michiru... aun no... recuerdas lo que
prometimos cuando... peleamos contra galaxia... prometimos que estaríamos
juntas... pasara lo que pasara, nada nos separaría... nada...—
Una sensación casi de respeto invade a
Zaarel quien mira extrañado el gesto de amistad... de amor entre ambas
chicas...
—Michiru... contéstame... por favor...—
Suplica Haruka sin lograr alcanzar la mano de Michiru que lentamente mueve los
labios queriendo pronunciar un nombre...
—H...—
—...Ha...—
—Aquí estoy Michiru... a tu lado...—
—Ha... A...—
—A... Ascot...—
Los ojos de Michiru terminan por cerrarse
al pronunciar el nombre del hechicero dejando que su mano se cierre antes de
tocar la de Haruka quién mira incrédula como los labio de Michiru dejan de
temblar...
“...No puede ser...” Piensa Haruka “Lo
estaba llamando... estaba muriendo... y...”
—¡¡¡¡Lo estaba llamando!!!!—
Un chorro de sangre acompaña el grito
desesperado de Haruka que comienza a cerrar los ojos mientras que balbucea la
misma frase...
—Lo estaba llamando... llamaba a Ascot...
a ese maldito...—
Las lágrimas comienzan a escaparse de los
ojos de Haruka para mezclarse con la sangre derramada alrededor suyo, su cuerpo
comienza a temblar dejando escapar ligeros sollozos que se pierden en el aire
hasta llegar a los oídos de Zaarel quién mira casi conmovido la escena... casi,
pero ese sentimiento de piedad, es algo que perdió hace ya mucho tiempo, y en
vez de ello, mira respetuoso el dolor de un guerrero, un guerrero que perdió en
batalla tanto su corazón como el del
ser amado, un guerrero de honor... y con esa impresión, la mirada del guerrero
busca los ojos de Haruka sin saber bien por que, y la ve, tan solo es una
mujer, sin embargo su mirada refleja tanto valor, tanto coraje... pero
además... esos ojos castaños brillan por un sentimiento bien conocido para los
de su raza, los ojos de Haruka relucen llenos de odio, un odio enorme, brutal,
una mirada que hiela la sangre, incluso la de Zaarel. Pero lo que mas le
impresiona, lo que mas sorprende al guerrero...
es
que todo ese odio...
no es para él...
Mas adentro de la nave...
—¡¡¡Maldita sea Guruclef, ya detente!!!—
—¡¡¡Mi nombre es Yamena!!!—
Guerrero y hechicero...
Hechicero y hechicero...
Combatiente y combatiente...
Amigo y amigo...
Enemigo...
Y Enemigo...
Ambos han combatido desde el anochecer, ambos saben que ninguno
dará cuartel, ninguno lo pedirá, ambos saben por que pelean, sin embargo,
ninguno de ellos esta seguro si esa razón es buena o mala...
Uno lucha por venganza...
El otro lucha por justicia...
Uno lucha con toda su alma...
El otro no...
Por que uno de estos dos hombres aún tiene
que velar por sus alumnas, y es por esa razón que esta pelea se ha prolongado
tanto... si... solo por eso.
—Ho... hu... me estoy... cansando de esto
Ascot... ¿Por qué no dejamos de jugar y peleamos como nos enseñaron?—
Pero Ascot no contesta, no por que no
pueda, ni tampoco por que no quiera, aprovecha este segundo de aliento para
mirar tras de si, dos de las chicas que le dieron asilo, una de ellas es una
mujer... Setsuna, Sailor Plut, la otra solo es una niña, una niña hermosa, con
el corazón lleno de pureza, bondad, pero también de valor... ella es Hotaru...
y al mirarlas a las dos, tendidas detrás de él, con la débil esfera de energía
que el mismo creo protegiéndolas... Ascot sabe que no puede darse por
vencido...
Ni lo hará...
No otra vez...
La tregua termina con un nuevo ataque de
Yamena, como pequeños rayos que se desprenden de las manos del guerrero cientos
de destellos de color plateado se extienden hasta Ascot que trata de evitarlos,
no puede hacerlo, y cada uno de los destellos se enreda en su cuerpo como una
red de luz, lo aprieta, lo presiona y provoca que sus brazos sangren mientras
que los hilos de luz vencen la carne hasta cortarla, solo un segundo, y con un
grito Ascot consigue liberarse y atacar una vez mas a su oponente, sin
hechizos, sin magia, solo sus manos que se impactan en el rostro de Yamena
haciendo que se tambalee, sin recuperarse, un nuevo golpe cimbra el piso y
manda a Yamena a caer entre un montón de alambres, sacude la cabeza tratando de
ubicarse y abre los ojos solo para mirar como un rayo de luz sale de las manos
de Ascot hasta golpear su cuerpo, su espalda cruje al ser aplastada contra la
pared, sus brazos le duelen, su boca tiene ese sabor inconfundible a sangre,
sus párpados se queman al sentir la enorme oleada de calor caer a plomo sobre
su cuerpo, con mucho esfuerzo consigue levantar las manos y retener el embate
de Ascot, alza sus brazos desviando el rayo que golpea el techo haciendo que
varias placas de metal caigan sobre él con un sonido... el sonido seco del
metal.
—Se acabo Guruclef... Yamena, seas quién
seas... se acabo, ya es hora de detener esto...— Grita Ascot mientras que
camina lentamente al lado de su oponente.
—No... aún... no—
—¡¡Ya basta Guruclef... tienes razón... yo
tuve la culpa de que ellos murieran, y estoy dispuesto a hacer lo que sea para
compensarlo... pero eso no justifica el ataque de Zaarel... en vez de pelear...
deberíamos de luchar como antes contra él... deberíamos de luchar juntos
amigo... los dos... como hermanos...—
—¿Los dos?— Pregunta débilmente Yamena...
—¿Cómo... hermanos?... ¡¡No!! ¡¡Mientes, si confío en ti solo me traicionaras
una vez mas!!!—
—¡No! Guruclef... yo no volveré a
traicionar a... mis aliados... mis amigos...—
Los dos hombres se miran a los ojos
tratando de entender a su contrincante, lentamente, Yamena se levanta mirando
las pupilas del hechicero como si buscara algo cuando de pronto, toda la
energía dentro de él estalla formando un torbellino...
—¡¡¿¿Qué no entiendes Ascot...??!! Quiero
creerte... ¿Pero como hacerlo? ¿Por qué... por que sufro de esta manera...?
¡¡Yo no soy el culpable!!—
Y con ese grito, todo el poder dentro de
Yamena estalla de golpe haciendo que el lugar tiemble ante el poderío del nuevo
guerrero mandando a Ascot al pie de sus discípulas...
—¡¡¡Tu si eres el culpable Ascot!!!
¡¡¿Quieres remediar lo que hiciste?!! ¡¡La única forma en que puedes hacerlo es
muriendo por los que murieron por tu culpa...!!!—
El sonido deja de existir, las cosas
pierden su color al reflejar la silueta llena de luz del guerrero quién,
lentamente, baja las manos apuntando a Ascot que sigue derrumbado junto a
Hotaru y Setsuna...
—¡Mírame Ascot... mira a aquel al que has
traicionado... mira tu muerte...!—
Las manos de Yamena brillan como nunca y
un rayo enorme sale de sus manos quemando las palmas y desgarrando los brazos
del guerrero, por su parte, Ascot mira venir el rayo hasta que siente el calor
que este produce quemar sus ojos... De
reojo, alcanza a ver como sus dos discípulas se quejan débilmente al sentir el
calor acercarse a ellas, sus manos se tensan al comprender que ninguna de las
dos sobrevivirá si esa ataque las golpea, y en el segundo que dura el ataque
Ascot cierra los ojos... Y piensa...
no quiere hacerlo...
pero no tiene opción...
no tiene...
Ninguna opción...
—¡¡¡Esto termina ahora Yamena!!!— las
manos del hechicero retienen el ataque de Yamena y con un nuevo destello de
color azul regresa la esfera de energía hacia su oponente que se ve envuelto
por ella antes de que pueda moverse...
—¡¡¡No necesito de todo mi poder para vencerte
Guruclef, ni a ti... ni a nadie!!!—
La esfera estalla en el aire volando el
techo de la nave dejando al descubierto el cielo ennegrecido con los destellos
del fuego iluminando las estrellas... –Y nunca... nunca dejare morir a otra
amiga...— Agrega el muchacho entre
jadeos y sangre para después dejarse caer de rodillas frente a la columna de
humo que se comienza a desvanecer dejando tras de si la silueta tambaleante de
Yamena que se acerca lentamente al hechicero...
—Bien... bien peleado... Ascot...
Siempre... siempre fuiste...
Siempre fuiste el mejor..—
—Yo no... no queriiii....— Las palabras se
combinan con la sangre cuando el cuerpo de Guruclef cae sobre Ascot que lo detiene antes de golpear el
suelo...
—Guruclef... yo no quería...—
—No... no te disculpes... Ascot... yo no
debí... no debí confiar en... Zaarel—
—Pero Guruclef...—
—Yo... yo * Cof * ...yo entiendo ... tu
pena... Ascot... Tu... tu comprende mi dolor... * Cof *—
—Lo siento Guruclef... yo lo siento... no
me dejaste opción...—
—Cierto * Cof * ...no te deje opción...
pero protege... protege el planeta de las guerreras... es lo menos... que
puedes hacer... protégelo...—
—Lo haré Guruclef... hasta el fin, esta
vez no huiré como un cobarde... peleare hasta el fin—
—Ten * Cof * ...cuidado Ascot... no
somos los únicos traidores en esta
nave... siempre hay otro...—
Los labios de Guruclef se mueven para
disimular una sonrisa ante el rostro de Ascot que mira impotente como los ojos
de Guruclef pierden su color hasta volverse blancos, una pequeña ola de calor
surge del cuerpo del guerrero inerte en los brazos del hechicero mientras que
su cabeza se deja caer hacia atrás...
—Lo sé Guruclef... Zaarel también es uno
de nosotros...— Musita Ascot para dejar el cuerpo de Guruclef sobre el piso
–Pero el pagara lo que hizo... te lo prometo—
Da la vuelta para acercarse a sus amigas
quienes comienzan a abrir los ojos para alivio de Ascot que se agacha frente a
Hotaru quie débilmente le hace una pregunta...
—¿Qué paso señor?—
—Nada pequeña...—
—Lo siento señor... creo... creo que me
quede dormida—
—No te preocupes Hotaru... te dije que te
cuidaría mientras durmieras...—
Una risilla se escapa de labios de la niña
que se incorpora lentamente con la ayuda del muchacho
—¿De que ríes?— Pregunta Ascot
—Me llamó Hotaru...—
—Si... creo que lo hice...—
La atención de Ascot se desvía para
atender a Setsuna que se levanta tratando de comprender lo que paso...
—Ya no importa... ahora tenemos que
encontrara a Zaarel... esto terminara antes de que acabe la noche...—
—Ascot...—
—¿Si?—
—No puedo sentir la energía de las demás
chicas...—
—No... no puede ser...—
—¿Qué pasa señor?—
—Es cierto, pero no solo la de las
chicas... no puedo sentir nada...—
Un escalofrío recorre el cuerpo de Ascot
cuando se da cuenta de que la ciudad ha sido arrasada por completo, pero antes
de que deduzca otra cosa una esfera de fuego lo obliga a protegerse al igual
que su discípulas...
—¿Y ahora que?—
Una delgada silueta que se acerca
lentamente hacia el hechicero responde la pregunta del muchacho que mira
incrédulo la escena...
—Ahora viene lo mejor Ascot...— Se escucha
decir una vez que surge de todas partes acompañando el paso de la silueta...
—¿Zaarel?— Pregunta quedamente Ascot al
reconocer la voz del guerrero –Donde estas?—
—Estoy aquí Ascot... En todas partes, pero
aun no es el momento de pelear contra mi... aun te falta un guerrero por
vencer...—
—¿Quién?—
—Mi mas nueva discípula Ascot... la ultima
discípula del clan guerrero...— Contesta la voz de Zaarel al mismo tiempo que
la silueta que atacara a Ascot y a sus amigas se deja ver con la luz que surge
de sus propias manos...
—Haruka...?—
Al igual que Ascot, Hotaru y Setsuna miran
sorprendidas las manos humeantes de su amiga que se yergue frente al
hechicero...
—No puede ser...—
—Haruka...—
—Así es Ascot... soy yo—
—Pero... ¿Qué...?—
Los labios de Haruka no contestan, en vez
de ellos, las pupilas de la chica se fijan en el rostro del hechicero mientras
que un susurro surge de su garganta
—Por que te odio Ascot... así de fácil—
Responde Haruka dejando que sus manos se envuelvan en fuego una vez mas ante la
mirada de Ascot quien trata de comprender las palabras de su discípula...
—Por que te odio...
así de fácil...—
Continua...
o