SAKURA CARDCAPTOR
§El secreto de la luna§
Por Sakura Jessey
Touya
y Yukito entraron al salón juntos esa mañana como de costumbre. Haruka se
acercó a ellos sin dejar de mostrar la emoción que le producía el ayudarlos.
—
Chicos... Disculpen lo de ayer —suplicó— Es que yo no sabia como sacar el...
—
¿Qué te paso en el brazo? —preguntó Yukito preocupado.
—
¿Mi brazo? Bueno... —observó su brazo vendado— Un accidente cualquiera lo
tiene, no se preocupen. Pero... Hablando del trabajo...
—
Nosotros ya escogimos el libro —aseveró Touya tajantemente. La sonrisa de
Haruka se esfumó—. No necesitamos más favores.
—
Entiendo... —balbuceó cabizbaja— Debo... Debo ir a la biblioteca... Con
permiso...
Haruka
salió rápidamente de allí. Yukito quiso ir tras ella pero Touya le detuvo.
Decidió ir él mismo a buscarla. Fue a la biblioteca pero no la halló ni ahí ni
en ninguna otra instalación de la preparatoria. Había desperdiciado media hora
en encontrarla y seguramente no lo dejarían entrar a su clase. Continuó su
búsqueda en los jardines y en los patios de deportes. Fue en estos últimos
donde la encontró.
—
¡Pásame el balón! —ella gritó a uno de los chicos con los que jugaba
basketball.
Touya
observó que, a pesar de que aquella chica solo contaba con el brazo derecho,
lograba dominar el balón sin dificultad encestando una y otra vez.
—
¡Grandioso! ¡Eres una gran jugadora!
—exclamó admirado el capitán del equipo.
—
¿En serio? Y yo que creí que en todo era una tonta... —sonrió— ¿Seguimos
jugando?
—
Tal vez sea mejor regresar a clases —intervino Touya—. Te he estado buscando
desde hace más de media hora...
—
¿Y para que te molestas si yo no te caigo bien? —replicó mientras le devolvía
el balón a uno de los jugadores, luego salió de la cancha seguida por Touya— No
me gusta fastidiar a la gente. Prefiero hacerla feliz alejándome de ella.
—
Nunca dije que me cayeras mal.
—
Las palabras no son necesarias... Pero antes de desaparecerme de tu vida me
gustaría pedirte solo un ultimo favor.
—
Ya te dije que tu no...
—
Invítame a tu casa.
—
¡Qué!... ¡Pero...!
Al
notar su reacción, Haruka le tomó de la mano y lo condujo a un lugar donde nadie pudiera
interrumpirlos.
—
Antes de que me hagas alguna pregunta debo confesarte algo... Sé que tu hermana
y tú tienen poderes mágicos.
—
¿Qué dices?
—
Mi nombre real es Zora y soy un ser creado por un mago que seguramente tú
conoces muy bien... Su nombre era Clow.
Al
decir esto bajo Haruka se formó el símbolo distintivo del mago Clow el cual
envolvió de luz a la chica transformándola en un ser semejante a Yue pero con
ropas de colores obscuros. Su mirada era igual a la de Eriol y sus alas
parecidas a las de una libélula.
—
No puede ser...
—
Necesito tu ayuda y la de tu hermana, Touya. Por favor, si me ayudas te prometo
que jamás volverás a verme. Sólo necesito que la dueña de las Cartas me diga...
—
¡No permitiré que te acerques a Sakura!
Para
sorpresa de ambos Yue apareció nuevamente desde arriba. Touya observó que su
presencia asustaba de sobremanera a Zora.
—
¿Tu otra vez?... ¿Qué quieres? ¿No te has cansado de fastidiarme a pesar de
tantos años de no vernos?
—
¡Tienes un asunto pendiente que arreglar conmigo y no pienso dejar que pase más
tiempo...! ¿Estás lista para pelear?
—
¡Aguarda, Yue...! —trató Touya de intervenir.
—
¡No interfieras! —le replicó molesto— ¡Esto solo puedo arreglarlo yo!... ¡Zora
es parte mía y debe entenderlo de una buena vez!
—
¿Parte tuya...?
—
¡Yo no quiero pelear!... ¡No entiendo porque me odias tanto! ¡Si me fui fue
porque tu no me deseabas a tu lado! ¡Yo necesito de alguien que me quiera o si
no sería mejor morir!... ¡¿Acaso eso es tan difícil de entender?!
Yue
estaba realmente enfadado. Volvió a atacarla varias veces pero Zora logró
evadirlo. Touya no entendía lo que sucedía pero sabía que debía detener esa
batalla.
Touya
se colocó frente a Yue para detenerlo.
—
¡Basta!... Ella dijo que no quiere pelear...
Zora
aprovechó el momento para escapar. Yue intentó ir tras ella.
—
Espera... —le detuvo Touya— ¿Podrías decirme qué sucede? ¿Por qué la atacaste
de esa forma?
—
Mantente al margen de esto —ordenó sin dejar de darle la espalda—. Y por ningún
motivo permitas que vea o hable con Sakura... o podrían salir lastimados.
Luego
Yue voló hasta el techo del edificio más cercano. Desde ahí buscó a Zora pero
ella nuevamente había desaparecido sin dejar rastro.
En
tanto, Touya, aún desconcertado por lo sucedido, bajó la mirada encontrándose
la mochila de Haruka en el pasto. Al recogerla verificó que tenía una placa con
sus datos y domicilio. Pensó que si Yue no le daba ninguna explicación
seguramente Haruka lo haría. Se dirigió a su salón a buscarla pero, tal como se
lo temía, ella ya no apareció; sin embargo, Yukito regresó sin tener la menor
idea de porqué había salido del salón.
Al
terminar las clases, Touya buscó a su hermana en la primaria para pedirle que
se encargara de las labores del hogar en su lugar. Ella accedió no sin exigirle
que él hiciera lo mismo el fin de semana. El aceptó no de muy buena gana.
Después se dio a la tarea de buscar la dirección que aparecía en la placa de
identificación de Haruka. Llegó hasta un alto edificio de apartamentos del cual
Haruka ocupaba el no. 560 en el quinto piso.
Haruka
acababa de darse una ducha cuando el timbre de su puerta sonó.
—
¿Si? ¿Quién es? —preguntó indecisa de abrir la puerta vistiendo solamente su
bata.
—
Kinomoto. Vengo a entregarte tu mochila.
—
¿Ki... nomoto? —balbuceó al abrir. Le miró desconcertada.
—
Disculpa... si llegue en mal momento —dijo apenado al verla vestida así.
—
¿Eh? No te preocupes... Pasa... Deja la mochila en esa mesita, por favor. En un
momento estoy contigo. Toma asiento.
Touya
observó detenidamente el lugar. Los muebles estaban vacíos, no había nada que
distinguiera el decorado de aquel departamento. Sin embargo, en una de las
esquinas se alcanzaba a notar el boceto de un dibujo pegado en la pared. Al
acercarse identificó con sorpresa que se trataba de un retrato hecho a mano de
Yue.
—
Ese dibujo lo hice hace mucho tiempo —comentó Haruka al entrar a la sala—. En
la parte de atrás dibuje a Clow también... Touya... Seguramente tienes muchas
preguntas que hacerme, ¿verdad?
—
Nunca imagine que tu tuvieras algo que ver con la magia o con...
—
¿Con Yue?... Tengo mucho que ver con él. Tal como escuchaste yo soy parte suya.
Mis poderes dependen de la Luna pero mi vida depende de mi dueño.
—
¿Tu también tienes un dueño?
—
Ya no —dijo algo triste—. Mi ultimo dueño murió hace un año. Él descendía de
una familia de magos del oriente, casi tan famosa como la de Clow. Antes de morir
me dijo que se había enterado que las Cartas Clow tenían una nueva dueña aquí
en Japón y por eso vine a buscarla.
—
¿Y qué es lo que quieres de mi hermana?
—
Solo a ella puedo decírselo... Te aseguro que no es nada malo, no quiero
hacerle daño... Pero sé que Yue evitará a toda costa que la vea.
—
Él dice que puedes lastimarla.
Haruka
no dijo nada más, solo observó detenidamente el dibujo de Yue.
—
Veo... que sientes algo especial por Yue...
Haruka
se sonrojó mientras apretaba aquel dibujo contra su pecho.
—
De las creaciones de Clow yo soy la única que puede elegir un dueño... Ni Yue,
ni Kerberos ni las cartas tienen esa libertad porque dependen de la magia y las decisiones de sus dueños al cien por
ciento... Yo soy todo lo contrario. Yo
puedo tomar mis propias decisiones y obtener magia a través de la luz de la
luna pero... Mi existencia está ligada a los sentimientos que mi dueño tenga
por mi. El propósito de Clow al crearme era el de hacerle compañía a Yue... Por
supuesto Clow me quería mucho pero Yue no... Fue un grave error elegirlo como
mi dueño porque sabía que moriría a su lado, por eso me aleje de su lado.
—
Pero aún lo quieres... —dedujo algo preocupado.
—
No... No lo sé... Pero eso no debe preocuparte porque yo no podría apartarlo de
ti... Aunque déjame decirte que Yukito es mucho mejor que ese amargado de
Yue.
Touya
le observó sorprendido. Entendió que Zora aun no sabia que Yue y Yukito eran la
misma persona. Ella, sonriente, dejó el dibujo sobre uno de los muebles y tomó
su mano izquierda.
—
Tu nivel de magia es casi nulo... Seguramente la utilizaste para ayudar a
alguien... Aunque no me permitas ver a tu hermana, quisiera devolverte el favor
de haber escuchado mi historia. Dentro de dos días será luna llena pero ahora
tengo bastante energía para ayudarte.
Nuevamente
la insignia de Clow se formó debajo de
ambos. Ella volvió a forma natural y, utilizando un pendiente en forma de
estrella logró devolverle todas las habilidades que Touya había perdido al
ayudar a Yue aquella vez que estuvo apunto de desaparecer.
—
Increíble... —balbuceó mientras sentía como la magia de Zora continuaba
recorriendo su cuerpo.
—
Esta es la primera vez que tu cara de ogro desaparece frente a mi —comentó Zora
llamando su atención. Su pendiente de estrella aún seguía brillando en su
pecho.
—
Disculpa si he sido grosero contigo... —dijo sinceramente— Y ya que veo que no
eres una mala persona... Quisiera invitarte a comer este fin de semana a mi
casa.
—
¿¿¿¿¿En serio????? —preguntó muy contenta—. Entonces... Podré ver a...
—
Sakura... Mi hermana se llama Sakura.
—
¡Qué bonito nombre!... Gracias, Touya. Allí estaré...