Destino y Esperanza.
Se había retrasado. ¿Será que no quería hablar con ella? No, porque él fue quien la citó, de modo que el interesado, que era él, ahora no podía arrepentirse ¿o sí?. Últimamente ni sabía lo que quería, su vida tomaba un rumbo que ella no podía dirigir. ¿Y si en esta batalla moría? ¿A él le importaría? O aún peor ¿si él perdía la vida? ¿Cómo lo tomaría ella? La sola idea de verlo muerto le helaba la sangre.
-Lamento llegar tarde- se disculpó Shaoran sentándose frente a su prometida, quien le miraba pensativa, con todas esas ideas rondándole en la mente y, también, lastimándole el corazón.
-No, no hay problema- dice ella cortante- ¿de qué quieres hablarme?
Shaoran la miró confundido. ¿Qué no era obvio? Tal vez ella quería hacerse la desentendida de ese tema, pero él ya estaba cansado de darle vueltas al asunto; era el momento de tomar una decisión con respecto a ese matrimonio.
-¿De qué más?- sonríe un poco, para tratar de disminuir el aire de tensión que se sentía cada vez más- sobre nuestro compromiso…
-Ya me lo imaginaba- dice Pai sin mucho entusiasmo.
-Pai yo…
-Shaoran, por favor, ya estoy cansada de todos estos rodeos, de modo que por favor, sé explícito- dice ella con voz serena.
-Es que…
-Te lo haré más fácil- dijo ella viendo el carácter tímido de su prometido- ¿te vas a casar conmigo, o no?
Shaoran la miró incrédulo, jamás había esperado una pregunta tan directa. Observó a Pai por unos instantes, tratando de imaginársela junto a él… para siempre. La observó con los rayos matutinos y le pareció más hermosa que nunca. Sus ojos brillaban como jamás los había visto… entonces supo que su decisión estaba tomada. Metió la mano en su bolsillo y sacó cuidadosamente la cajita.
Pai había interpretado el silencio de Shaoran como una negativa, era obvio que él no sentía más allá que una amistad por ella. Estaba dispuesta a retirarse cuando vio que él deslizaba una cajita negra hacia ella. Cuando estuvo a escasos centímetros de ella, él la abrió cuidadosamente, dejando observar su interior. El delicado anillo salió a la vista, dejando a Pai atónita, sin poder decir una sola palabra. Ya que su corazón lo sentía atravesado en la garganta. No opuso resistencia cuando Shaoran tomó su mano y colocó dedicadamente el anillo en su dedo. Él dio un suspiro y trató de hablar.
-Pai… escucha yo…
-No me digas nada- sonríe ella, tratando de disimular las lágrimas de felicidad, así es, en el fondo su corazón se desbordaba de felicidad.
Como realmente ninguno sabe qué decirse, ambos optan por darse un abrazo. Shaoran no sabe si ama lo suficiente a Pai, pero está seguro de que ella, de entre todas las demás, es la elegida; no se arrepentirá… al menos por ahora, cuando su corazón aún no ha redescubierto un viejo sentimiento, que muy pronto saldrá a la luz… y cambiará su vida completamente.
Sakura realmente habría deseado no abrir la puerta. Ella se encontraba preparando su desayuno muy tranquilamente cuando escuchó el ruido del timbre, le resultó un tanto extraño, ya que no se imaginaba quién podría ser a esas horas tan prematuras del día. Al abrir la puerta se encontró con la bella sonrisa de un joven, un joven a quien ella no quería ver, a quien quería olvidar.
-Ken…- murmuró el nombre del chico.
Entonces ella tomó una actitud muy a extraña en ella, se comportó de una manera muy poco usual para la tierna Sakura. Su rostro cambió súbitamente convirtiéndose en una expresión de enojo y furia.
-¿Qué haces aquí? Que yo sepa no tengo nada que hablar contigo- dice tratando de cerrarle la puerta, pero el chico se lo impide.
-¡¡Por favor, Sakura, sé que cometí un error!!… pero por favor déjame hablar… me tomó mucho trabajo tomar la decisión de venir a hablarte…
Sakura había dejado entrar al chico, él empezó a dar explicaciones: “¡Ella fue quien se me insinuó! ¡Es de humanos errar! ¡No he podido olvidarte!” y otras frases se dejaban escuchar en la sala, mientras Sakura mantenía la cabeza entre sus manos, apretando los labios y conteniendo las ganas de llorar.
-¿Por qué volviste?- le dice ahogándose en sus propias palabras- eso ya quedó en el pasado…
-Sakura- el chico tomó sus manos y las besó con ternura- yo no quiero perderte… eres lo más importante en mi vida…
-Ken… escucha… yo confié en ti… te amé como no tienes idea. Pero me traicionaste, y la imagen tuya besándote con esa chica aún no la logro sacar de mi mente…y mi corazón- dice con los ojos llenos de lágrimas que luchan por salir, pero que la chica reprime con voluntad.
-Sakura… sólo… sólo te pido otra oportunidad… ¿sí?
Sakura observó nuevamente al chico, en el fondo ella quería darle una oportunidad… y también a ella misma. En ese momento evocó los momentos felices que había pasado al lado de Ken, las sonrisas y alegrías. ¿Por qué no intentar ser feliz de nuevo? No podría tropezar dos veces con la misma piedra ¿o sí? Pero, sin saber por qué, justo en ese momento llegó a su mente la imagen de Pai y Shaoran juntos (y felices) y eso la orilló a tomar una decisión.
-Está bien Ken… vamos a intentarlo de nuevo- Sakura trató por todos lo medios de darle una de sus mejores sonrisas, pero lo único que pudo regalarle fue una pequeña sonrisa forzada.
El único problema era que justo ahora que venía un problema grande, Ken aparecía de nuevo. Tendría que ocultarle que era una Maestra de Cartas, él nunca lo entendería y, en caso tal de que le creyera, no la dejaría sola y eso sólo provocaría que corriera peligro.
Eriol estaba realmente cansado. No quería admitirlo, pero se sentía derrotado. Siempre había sido él el que colocaba las pistas de modo que fuera otro quien las interpretara. Era él quien creaba los misterios, y ahora él se encontraba del otro lado: era él quien se sentía atrapado. Lo que más le molestaba era que no había podido recordar nada sobre “Destino” y “Esperanza”.
-¿Por qué no pude recordar eso?- pensaba acostado boca arriba en la cama de su habitación- como reencarnación de Clow… era ése mi deber… tal vez soy sólo eso, una simple “reencarnación”…
Justo en ese momento el teléfono suena, y saca al chico de sus pensamientos, obligándolo a contestar la llamada.
-Le llamamos desde la recepción- le anuncia una voz femenina del otro lado de la línea- le informamos que tiene una visita, joven.
-¿Una visita?- se sorprende Eriol- ¿de quién se trata?
-Es de una jovencita, aunque no nos ha dado su nombre, dijo que le era muy urgente comunicarse con usted ¿le decimos que suba?
-No, dígale que se quede allí abajo, yo ya voy para allá. Gracias- Eriol se apresura a ir a la recepción, imagina que debe ser Sakura, o tal vez Tomoyo, incluso Pai; aunque no está seguro de cual de las tres puede ser. O en caso extremo puede ser Nakuru quien vino de Inglaterra porque se sentía aburrida y se trajo a Spinel con ella. De modo que se colocó su chaqueta y partió rumbo a la recepción.
Una vez allí, empezó a recorrer con la mirada a todas las personas que se encontraban ahí, buscando algún rostro conocido, esperando encontrarse con el de Sakura o Tomoyo. Pero cuál es su sorpresa al encontrarse con un par de ojos de un color gris-café (o algo así, es un color que no se puede describir; mejor dicho que su servidora no puede describir) y con un hermoso cabello rojizo recogido en una trenza. La chica le sonrió y se fue acercando a él, Eriol por su parte, no se movía; estaba totalmente desconcertado, jamás se hubiera esperado que ella, precisamente ella, estuviera en Japón.
-Samantha…- suspira Eriol cuando la chica está a escasos centímetros de sus labios. Entonces reacciona y la aparta con leve brusquedad. La chica lo nota y se enfada.
-¿Ocurre algo?- pregunta.
Él no dijo nada y la tomó por el brazo, llevándola por el corredor en silencio, no le dirigió palabra hasta que ambos estuvieron en su habitación.
-¡¡Te dije claramente que te quedaras en casa!!- Eriol se ve disgustado.
-Ya lo sé- la voz de Samantha se escucha serena, pero en el fondo se ve que la está forzando- pero es que ya me tenías preocupada…
-¡¡Yo te dije que volvería pronto!!- suspira Eriol.
-¿Pronto?- la chica se pone de pie- ¿Pronto? ¡¡Faltaban tres semanas para nuestra boda!!
-¡¡Yo iba a regresar antes de eso!!
-¿Cuándo? ¿Quieres decirme? ¡Porque serías capaz de aparecerte el mismo día antes de la ceremonia!
-¡¡Basta!!- Eriol también se pone de pie, junto a la chica- ¿Acaso creías que tenía pensado dejarte plantada?
La chica guarda silencio ante este comentario y baja la mirada. Era cierto, ella tenía miedo de que Eriol se fuera a Japón y no regresara más a su lado. Porque la verdad es que no encontraba sentido del por qué su prometido se iba justo ahora que su boda estaba próxima a realizarse.
-Sam…- la voz de Eriol se torna dulce y se acerca a la chica- sabes que te amo…
-Eriol…- Samantha empieza a llorar- lo siento… es que tenía miedo de que algo pasara y al final la boda se tuviera que posponer… de nuevo…
Eriol notó que ella pronunció “de nuevo” con una inmensa amargura. Era cierto, ya sería la tercera vez que posponían la boda y no sólo eso, las dos veces era siempre él quien tenía que cancelar la boda a último minuto. Él ya no podía hacerle eso, en cierto modo él mismo provocó que ella estuviera en Japón.
-Ya Sam…- le sonríe y la abraza- te prometo que terminaré unos asuntos y regresaré a Inglaterra y nos casaremos tal y como lo teníamos planeado.
-Está bien, pero yo no me iré. Me quedaré contigo…- dice la chica- quiero quedarme contigo… es que ya no quiero separarme de ti más… déjame quedarme Eriol. No creo que sea una molestia para ti ¿o sí?
-No… en realidad no…- Eriol suspira mientras la chica le abraza.
Eso era precisamente lo que él no quería. Samantha era su prometida, la quería muchísimo. Ella era alguien demasiado importante para él, sin embargo, no estaba enterada de su pasado como Clow Lee. Él era muy reservado en ese asunto y solamente lo sabían sus guardianes y Kaho, nadie más en Inglaterra imaginaba siquiera el secreto de Eriol. Él no quería involucrar a Samantha en esta batalla, pero tampoco podía alejarla más de él, porque si le pedía que se marchara ella sospecharía. Ahora debía de encontrar la forma de mantenerla al margen de todo este asunto. Su otro problema también sería el factor tiempo, porque no estaba completamente seguro de que toda esta batalla se resolvería en menos de tres semanas, por lo que debería ir trazando un plan para aplazar la boda otra vez más.
-Ahora dime, Eriol. ¿Qué son estos asuntos que te han traído a Japón con tanta urgencia?- sonríe la chica aún en brazos de su novio- porque debe de ser algo muy importante para que ni siquiera hayas tomado tiempo de despedirte…
Esa era la pregunta que Eriol quería evitar.
-Ni hablar- pensó suspirando- no hay otra salida…
-Samantha…- Eriol tomó el rostro de su novia entre sus manos e hizo que ésta lo mirara a los ojos. Eriol murmuró unas cuantas palabras y la chica fue perdiendo el conocimiento poco a poco, hasta finalmente caer inconsciente en los brazos de Eriol.
¡Fantástico! Ahora había llegado al punto de hechizar a su propia novia, para impedir que descubriera su secreto.
Dio un profundo suspiro de culpa, mientras colocaba a Samantha en su cama.
-Perdóname- dice besándole en los labios- pero esto es por tu bien.
Empezó a escribirle una nota y la dejó en un lugar visible, al momento se retiró de la habitación.
Tomoyo sonríe al encontrarse con la mirada de Kogane en el centro comercial. Ni ella ni Sakura habían hablado con Kogane desde que supieron la situación en la que estaban. A Tomoyo le parecía un poco injusto hacer a un lado a Kogane, después de todo, ellas tres habían sido las mejores amigas desde la secundaria. Sin embargo, sería muy difícil explicarle todo lo de las cartas Clow y menos ahora, sólo para hacerla parte de algo que pondría en peligro su vida. Ahora ambas conversan animadamente y Tomoyo se alegra de que Kogane no haya sacado a relucir nada de esto.
-Me alegra haberte encontrado- sonríe Kogane- tenía varios días que no te veía ni a ti ni a Sakura…
-Es que hemos estado algo ocupadas- dice Tomoyo.
-Imagino, porque Sakura no es de dejar trabajos a medio hacer por cualquier tontería, debe pasarle algo importante…- sutilmente, Kogane estaba llegando el punto temido por Tomoyo, ya sería inevitable la siguiente pregunta- ¿Qué es lo que le ocurre? ¿Tú sabes?
-Algo un poco complicado de explicar- allí estuvo la mejor respuesta que Tomoyo pudo dar. Ya que no le quería mentir, pero tampoco quería contarle todo.
-¿Es algo que no me pueden contar?- inquirió Kogane, con voz apagada.
-No… no es eso Kogane… es que…
-¿Por qué no pueden confiar en mí?- suspira ella- ¿acaso no somos amigas desde hace ya mucho tiempo?
-Sí, eso es cierto… pero Kogane, eso fue desde antes de conocerte. El problema que tenemos ahora había surgido desde mucho antes de conocerte…- trató de calmarla Tomoyo.
-¿Todos estos años y no me habían dicho? ¡Les hubiera podido ayudar en algo!- se queja la chica.
-No podías ayudar… si te digo ahora lo único que conseguiré es preocuparte… tú no tienes nada que ver en esto- sonríe Tomoyo- no te lo decimos para no causarte molestias.
-¡¡Pero me siento apartada!!- Kogane empieza a llorar- ¡¡siento que no me tienen la confianza que creía!
-No! ¡Eso sí que no es cierto! ¡Te dije que es para no meterte en problemas!
-¿Sabes Tomoyo?- la chica se seca las lágrimas- dile a Sakura que no se preocupe, yo terminaré el resto del trabajo sola, le diré al profesor que el proyecto lo hicimos entre ambas. Además dile que no se moleste en llamarme, no quiero que se tome molestias hablando conmigo- Kogane dio media vuelta, pero sintió un dolor terrible en el pecho y cae de rodillas.
-¡¡Kogane!!- Tomoyo corrió a ayudar a su amiga y la ayudó a levantarse- ¿estás bien? ¿Qué te ocurre?
-No es nada- dice ella- aunque lo mismo me pasó ayer…
-¿En serio? ¿Y no has ido a un doctor?- Tomoyo luce preocupada.
Kogane miró a Tomoyo, preocupada por ella, entonces sonrió de nuevo.
-No creo que sea nada grave. Tomoyo… lo siento, toda persona tiene sus secretos y la amistad de tú y Sakura lleva muchísimos años y tienes razón, sé que si hubieran querido mi ayuda me la habrían pedido… pero no fue así… de modo que en nada puedo ayudar. Ya no voy a insistir más. Nos vemos luego…
-¿Quieres que te acompañe a tu casa?- le pregunta Tomoyo.
-No… pero por cierto, creo que Sakura necesitará de tu ayuda… Ken fue a mi casa ayer- al pronunciar ese nombre el rostro de Tomoyo se tornó de desconcierto- lo veía mal Tomoyo… me pidió ayuda, al principio me rehusé, pensé que no merecía el perdón de Sakura. Pero cuando ví sus ojos… se veía tan arrepentido.
-Entiendo- Tomoyo lucía descontenta- la verdad yo jamás lo perdonaría, pero la última palabra la tiene nuestra amiga…
Kogane se despidió de su amiga y se fue. Tomoyo dio un suspiro sonriendo, estaba feliz de que todo acabara bien.
La contempla por unos minutos más, tratando de hacerse a la idea de que ha regresado de nuevo. Tenía ya casi un año de no verla, no había cambiado mucho… seguía teniendo esa mirada cautivante y misteriosa, esos ojos profundos y penetrantes. Se habían separado por asuntos ajenos a ambos, él ya casi se había hecho a la idea no volverla a ver jamás y ahora, que la tenía frente a sus ojos, no lo podía creer. Ahora más que nunca él la necesitaba, necesitaba su apoyo porque sabía que no podría solo con esta desesperación que lo carcomía por dentro. Ella le sonríe y rompe el silencio, el silencio en que han estado sumidos ambos desde hace casi un año.
-Me alegra volver a verte- su voz sigue siendo la misma de siempre.
-¿A qué has venido?- pregunta él.
-Me gustaría darte por repuesta que volví porque quería saludarte y saber de ti… pero no puedo mentir y menos a ti- suspira.
-Sabía que no te quedarías con los brazos cruzados en una situación como esta- sonríe Touya al saber que su amiga no ha cambiado- ¿me ayudarás?
Ella le abraza, un abrazo en el que va envuelta la respuesta que Touya Kinomoto esperaba.
-Gracias por volver, Kaho… realmente necesito de tu apoyo ahora…
Ella sonríe nuevamente, sin embargo, su sonrisa no maquilla el semblante de preocupación en su rostro.
Ambos permanecen abrazados unos instantes, recobrando en esos minutos todo el tiempo perdido.
-Lo que se acerca es algo muy peligroso…- murmura Touya Kinomoto.
-Tengo miedo…- Kaho se aferra a él.
-Temo por mi hermana… no sé si ella podrá con esto…- suspira él.
-Temo por Eriol… algo me dice que él no saldrá bien librado…- a Kaho le tiemblan los ojos.
-Cuidaré de Sakura… no sé cómo, pero lo haré…- Touya nota que Kaho tiembla ligeramente, él la abraza más fuerte, tratando de transmitirle su fortaleza.
-Debemos de estar alertas… el mínimo signo puede ser una predicción… una predicción mortal… porque alguien perderá la vida…- Kaho empieza a llorar- esas imágenes no salen de mi cabeza…
-¿Qué ves?- pregunta Touya, temiendo cada vez más por la vida de Sakura.
-Alguien cayendo sin sentido… por proteger a otro… sangre en el suelo… gritos… lágrimas… tristeza… muerte… dolor…- se lleva las manos cubriéndose el rostro- temo que alguien muerta, Touya.
-Kaho… -Touya no encuentra las palabras correctas para consolar a la joven.
Ahora estaba más seguro que nunca de que debía proteger a su hermana.
-Vamos a tu casa- dice Kaho tomando su mano y empezando a caminar- allí estarán todos… nos reuniremos…
Touya siguió a la joven en silencio, tratando de pensar qué haría para protegerla a ella y a Sakura.
Kaho tenía razón. En la casa de Touya habían llegado hacía rato Shaoran y Pai, quienes ahora sí parecían una pareja de recién casados, Pai lo demostrada sin reservas y Shaoran se veía muy feliz. Yukito les había recibido y Tomoyo había llegado hacía media hora. Ella también había notado el cambio en la pareja y, sobre todo, el hermoso anillo que brillaba en el dedo de Pai. Justo entonces la puerta se abrió, dando paso a Sakura quien venía con un apuesto joven. Shaoran y Pai (principalmente el primero) se desconcertaron al ver a la joven tomada de la mano con el chico. Yukito trató de sonreír al ver esta escena, pero no lo logró y Tomoyo puso cara de enojo.
-Veo que lo perdonaste- dice con indiferencia fingida- me alegro por ti.
-Así es…- sonríe Sakura- ahora ya estamos bien.
La conversación siguió animada, hasta que Ken tuvo que irse (mejor porque si Touya lo encontraba para qué les cuento) y se despidió de Sakura con un beso en los labios.
Al ver este gesto, Shaoran quedó perplejo, el ver a Sakura en los labios de otro… produjo dentro de él una sensación demasiada extraña como para poderla describir, una sensación que mezclaba varios sentimientos, algunos que ni él mismo conocía. De lo que estaba seguro, es que quería hacer trizas al tal Ken.
A los pocos minutos de haberse ido Ken, aparecieron Kaho y Touya. A Sakura le asombró verlos juntos, ya que suponía a Kaho en Inglaterra. En el fondo se alegró de que ella hubiera regresado, ya que su hermano le tenía un gran aprecio y seguro que ella le ayudaba para contarle que había vuelto con Ken. No quería ni imaginarse la reacción de Touya, de seguro le diría que lo dejara, que ya la había hecho sufrir demasiado.
-Tus poderes no han cambiando- sonríe Touya- aquí están todos.
-Falta Eriol…- dice Kaho preocupada.
-Ya llegará- la tranquiliza Touya- ahora vamos a sentarnos ¿sí?
-Me parece que esto le concierne más a Yue que a mí- dice Yukito al momento de transformarse a su forma original.
-Veo que “éste” también está aquí- Touya mira a Shaoran despectivamente.
Shaoran murmuró algunos insultos y masculló algunas cosas, que hicieron que Pai sonriera nerviosa.
Kaho sonrió, dándose cuenta de que, aún con el pasar de
los años, Touya Kinomoto jamás cambiaría.
-¿Debemos esperar a Eriol para comenzar a hablar?- pregunta Yue impaciente.
-Tal vez demore más de lo debido- suspira Kaho- es que yo le dije a Samantha dónde encontrarlo… de modo que debió tomar el primer vuelo a Japón…
-¿Samantha?- pregunta Tomoyo extrañada.
-Sí, es su prometida- le aclara Kaho.
-Bueno, si dices que va a demorar pues habla y después le cuentas a él- dice Touya.
-Bien, he regresado porque he sentido lo que va a ocurrir…
-¿Te refieres a lo de las cartas?- pregunta Sakura.
-Así es- Kaho observa a Sakura- he visto varias cosas… hay demasiadas cosas que contar… pero omitiré las triviales y mi iré a lo importante: debes prepararte bien Sakura… no estoy segura hasta qué punto “Destino” obedezca las órdenes de Clow.
-Lo sé… he estado practicando con mucho empeño- dice ella- estaré preparada.
Kaho iba a decir sobre las visiones que no la dejaban tranquila, que alguno de los presentes corría el riesgo de morir, pero ella aún estaba afectada y, como no esta del todo segura, no quería provocarles más miedos a todos.
-Realmente creo que es momento de decírselo… es momento de hablarle con la verdad a Samantha- suspira Eriol mientras se mece en uno de los columpios que hay en el parque- ella tiene derecho a saberlo, después de todo voy a unir mi vida con la suya. ¿Estaré seguro de casarme? Esa sí que es una buena pregunta… una muy buena interrogante… si le planteo a Samantha mis dudas de seguro pondría el grito en el cielo… ya no voy a preocuparla más con el matrimonio… está decidido, me caso con ella.
-Debes estar seguro de casarte…- se escucha una voz femenina a sus espaldas.
Eriol se voltea y observa frente a él a una hermosa chica, de largos y sedosos cabellos negros, ojos de igual color, de tez blanca. No la ha visto nunca en su vida, pero le parece familiar.
-Hola- le sonríe la chica- mi nombre es Kogane… y soy amiga de Sakura.
-¿Sakura?
-Sí, te ví en estos días con ella- sonríe.
-Yo soy Eriol…- extiende el chico, apretando su mano con la de Kogane- mucho gusto…
-¿Preocupado por no querer lo suficiente a tu novia?- dice la chica sentándose en el columpio de al lado.
-Así es… pensaba que…- entonces Eriol se da cuenta de algo que no encaja- un momento… ¡¡yo estaba pensando!! ¡¡Jamás mencioné eso en alto!! ¿Cómo es que lo sabes?
Kogane se pone de pie y se coloca frente a Eriol. El chico siente impotencia ante la mirada de la chica.
-¿Eres muy amigo de Sakura?- ella ignora por completo la pregunta de Eriol.
-¡No has respondido mi pregunta!- dice él.
-Eres su amigo desde la primaria… así es- Eriol escucha estupefacto mientras Kogane le recita la historia. Pero no se extraña tanto, tal vez Sakura se la relató- le causaste muchas dificultades a la pequeña Sakura, también al pequeño Shaoran… todo porque tenías el deber de cumplir con tu misión- allí fue cuando Eriol se empezó a preocupar- porque eres la reencarnación de Clow Li…
-¿Sakura te ha contado todo esto?- pregunta extrañado y con un poco de temor.
-No…- dice ella sonriendo- yo lo sé… lo sé porque acabo de leer tus recuerdos…
-¿Qué?- Eriol siente un temor inmenso hacia esa chica.
-No tengas miedo…- entonces la expresión del rostro de Kogane cambia radicalmente, tornándose más infantil- yo no voy a hacerte daño… no podría hacerte daño… no temas de mí…- la chica se acerca poco a poco a Eriol, quien mantiene una actitud muy arisca ante la chica.
-¿Por qué debería hacerte caso?- Eriol logra ponerse de pie.
-Por que yo sería incapaz de hacerte daño… padre…- la voz de Kogane se oía dulce y, en ese momento, Eriol descubrió su identidad.
-¿Destino?- pregunta acercándose a ella- ¿eres tú?
Kogane sonríe cuando Eriol le reconoce. Para ella el solo hecho de volver a ver a su padre le llena de gozo, tenía ganas de saber de él, de saber que estuviera bien.
-Sí, padre… soy yo… me alegra volver a verte…- en ese momento, Kogane muestra su verdadera identidad y su verdadera forma. Eriol puede sentir su inmenso poder emanar, es una fuerza incapaz de describir.
El aspecto de Kogane no cambia del todo, sólo que ahora está envuelta en una luz plateada, Eriol puede notar que está sonriendo… él también sonríe, olvidándose por un momento que ahora el verdadero peligro empezará.
CONTINUARÁ…
Notas: ¿Qué tal? ¿Les ha gustado este capítulo? Espero que sí… me
costó bastante terminarlo y pulirlo bien. Me gustó la parte primera, con
Shaoran y Pai. ¡Qué romántico! ¿no les parece? ¡Sí, ya sé que me quieren matar
porque Shaoran le dio a Pai el anillo de compromiso! Como dice el dicho “mucho
ruido y poca acción” (aún no ha besado
a Pai y ni quiero que lo haga) ¿vieron
que mi Eriol tiene una novia? (¿saben? Creo que debí ponerle Marissa y no
Samantha! =P) Por cierto ¿alguien sabe el nombre del Parque que quedaba cerca
de Tomoeda? ¡Es que ya se me olvidó! =P
¿Se imaginaban que Kogane era la carta “Destino”? ¿Sí? ¡¡Pues no les
creo!! Mentira, la verdad es que creo que tal vez se lo imaginaban. ¿Pero saben
quién es “Esperanza”? Ja, ja!! ¡No les digo!! Tendrán que seguir leyendo la
historia. (Que aún va para laaaaarga)
-Kero: ¡¡¡MARISSAAA!! ¿Porqué yo soy el que menos participación ha
tenido?
Calma Kero, pronto tendrás tu participación, no te preocupes.
-Spi: ¿Y yo? ¿Por qué sólo lo tomas a él en cuenta?
No te preocupes, Spi ya llegarás.
-Nakuru: ¡¡Oye!! ¿Me puedes explicar qué demonios hago yo en
Inglaterra cuando MI Touya está con Kaho? ¡¡DIMEEEEE!!!
Calma Nakuru, tú llegarás de Inglaterra pronto. Y a propósito ¿quién
te dijo que Kaho y Touya son pareja? Ellos son sólo amigos; o al menos eso
dicen, ¿ustedes qué opinan? De paso mando esto para generar una encuesta: ¿Kaho
o Yukito? Manden su respuesta a mi mail (más abajo) y quien gane la encuesta se
quedará como pareja de Touya (suspiro n_n) en este fic)
-Nakuru: ¿Cómo? ¿Se puede saber por qué no me pones como candidata a
pareja de MI Touya? ¡¡¡Explícate!!
Ejem… creo que daré lo que viene en el siguiente capítulo.
Avances: todos quedan realmente sorprendidos al descubrir la identidad
de la carta Destino, quien les aclara algunas cosas. Pai queda impresionada por
el inmenso poder de “Destino” y le hace a Eriol una impresionante revelación. Samantha
empieza a sospechar que su novio le oculta algo y trata de averiguar qué es,
aunque no averigua nada en concreto; sus sospechas empiezan a tomar una mejor
forma. “Destino” les dice unas cuántas cosillas que hacen que toda la pandilla
tenga que tomar un avión para salir de Japón lo más pronto posible. Y,
directito de Inglaterra, llegarán dos amigos (para que ya no molesten)
-Nakuru: ¡¡¡YUPIII!! ¡¡Gracias Marissa, eres de lo mejor!! ¡¡Si me
necesitas para otro fic me llamas, ¿okiss?
-Touya: ¡¡NOOO!! ¡¡Marissa!! ¿Por qué me haces esto??
Ejem… Comentarios (Si es que ya no me han trinchado) a maral15@yupimail.com
Gomen por las notas de autor, pero se me ha salido de las manos
(¡Échenle la bronca a Kero, Spi y Nakuru!)