Secuela de un Amor
Por: Marissa Cervantes
Él va abriendo sus ojos poco a poco. Le duele muchísimo la cabeza... ¿Qué le pasó? Lo último que recuerda es a esa mujer china, a sus profundos ojos y luego un choque tremendo que hizo que todo a su alrededor quedara en sombras. Cuando termina de ordenar sus pensamientos, nota que está acostado en una cama; por lo que presume que uno de los familiares de su cuñado le ha llevado hasta allí. La sola idea lo pone de peor humor. Porque ya de por sí está molesto con la mujer esa, que le hizo no se qué cosa para que se desmayara.
Da un profundo suspiro, tratando de calmarse. Por
lo menos ya está en Hong Kong, y estará cerca de su hermana, aunque eso es
relativo ya que recuerda que no sabe del paradero de Sakura. Demonios. ¿Por qué
su hermana no podía casarse con alguien que viviera en Japón, por lo menos?
Aunque eso ya estaba fuera de discusión. Ahora lo realmente importante es
averiguar dónde está Sakura y decirle que pase lo que pase, él la está apoyando
y la va a proteger contra lo que sea. Se acerca al borde de la cama y se pone
en pie, pero no demora más de un par de segundos, porque queda tirado en el
suelo. ¿Qué ocurre? Intenta ponerse en pie de nuevo, pero le ocurre lo mismo.
***
-Está delicioso- dice Mei Ling llevándose a la
boca una taza de chocolate caliente- a Wei siempre le han quedado exquisitos.
-Tienes razón- le comenta Kaho- está realmente
exquisito. Pero ¿no es un poco temprano?
-Pues sí- suspira Tsi- pero es que Mei y yo
tenemos algo muy importante que hacer hoy y no queremos atrasarnos.
-¿Alguna cita con alguien?- pregunta Kaho.
-En realidad vamos a entrevistarnos con alguien,
pero no sé si ese “alguien” espere nuestra visita- dice Mei Ling terminando su
taza y colocándola sobre la mesa.
-La verdad no sé qué vayan a hacer, pero tampoco
obligaré a que me lo cuenten. Sólo les pido que por favor se cuiden, en
especial tú, Tsi- les dice ella un poco preocupada.
-No te preocupes, que nos cuidaremos muy bien-
sonríe ella.
-¡¡¡¿¿QUÉ ME HAN HECHO??!!-
Las tres voltean la mirada hacia el piso superior.
Tsi da un suspiro, mientras que Kaho y Mei Ling se ríen por lo bajo.
-Parece que nuestro paciente ya despertó- dice Tsi
poniéndose en pie y tomando su bolso- no quiero ser yo la que lo vaya a
atender. Mei, creo que es hora de irnos. Y, Kaho, mucha suerte.
-Gracias, sé que la necesitaré- sonríe ella
nerviosamente. Ya se imagina lo que le espera.
-Veo que nuestro otro huésped ya ha despertado-
dice Wei al pie de las escaleras- ¿le voy preparando su desayuno?¡
-Sí, Wei, pero yo se lo llevaré a su cuarto- le
pide Kaho, acompañándolo a la cocina.
-Oh, me ahorraría usted un mal momento- alcanzan a
oír Mei y Tsi y ambas sonríen. La actitud de Touya es tan exasperante, que ni
Wei lo puede aguantar más de dos minutos.
-Bueno, ya nos enteraremos en qué termina todo
esto cuando regresemos- dice Mei abriendo la puerta, por última vez mira a Tsi
de manera suplicante- ¿segura de que quieres hacer esto?
-Lo medité muchísimo anoche, y sí, voy a hacerlo,
tengo que hacerlo- suspira ella, siendo la primera en salir de la casa.
-¿Qué excusa le diste a Xiao?- pregunta Mei Ling.
-O, ninguna en concreto, sólo le dije que vendría
a verte. Ya se nos ocurrirá algo después ¿no crees?
-Sí, eso creo...
*Aeropuerto de
Hong Kong.
“Pasajeros del
vuelo 567, provenientes de Inglaterra, favor de acceder por la puerta 7” se
dejaba escuchar como por cuarta vez en el altavoz del aeropuerto. Sakura y
Shaoran ya habían descendido, estaban ya buscando sus maletas para poder irse
enseguida a casa. Ellos tenían la intención de permanecer unos días más en
Londres, pero una llamada desesperada de Mei Ling, anunciando que Touya se
encontraba en casa Li; había sido el factor decisivo para su regreso. Además,
Shaoran quería que Sakura fuera revisada por un doctor, había que estar seguros
que el incidente anterior en realidad no había afectado para nada al bebé. No
les había dado tanto tiempo de avisarle a nadie, todo había sido muy rápido.
-¿Estás bien?- le
pregunta Shaoran tomando de la mano a su esposa- te noto algo preocupada.
-Sí, es que, aún no sé
cómo le voy a decir a Touya que va a ser tío- suspira Sakura. En realidad eso
es lo que más le preocupa ahora. ¿Cómo lo tomará su hermano? No quiere
pensarlo. Puede que reaccione bien, muy bien; pero también hay la posibilidad
que reaccione muy, muy mal.
-No tienes por qué
preocuparte. Tú no lo verás.
-¿Qué quieres decir?-
pregunta ella mirándola confundida.
-Quiero decir que cuando
llegues a casa te vas a cambiar y enseguida te vas donde el médico. Touya no
tiene por qué darse cuenta que has llegado. Yo me encargaré de decirle que
estás embarazada- le dice besándola en la frente- tú sólo no te preocupes.
-Pero es que creo que es
mi responsabilidad... es mi hermano y... creo que yo debo decírselo...
-No, no quiero que luego
él “suba” su tono de voz y te altere, no como estás-
-Tienes razón.... oh,
Shaoran, estoy tan preocupada- ella se lleva la mano al vientre- tengo miedo de
saber lo que me dirá el médico.
-Todo va a estar bien-
él la abraza- te lo prometo- todo va a estar bien.
Residencia Li.
-¿Y bien?- pregunta Kaho
tímidamente. Acercándose un poco a Touya, para verle su rostro. Está pasmado
por lo que acaba de oír- ¿cómo te sientes?
-Déjame ver si te
entiendo- dice él, que está sentado en la cama- la amiga de “ese” me hechizó
para que durmiera como diez horas. Pero, en esas diez horas, a la prima de
“ese” se le ocurrió la “genial” idea de que me hiciera otro hechizo, que me
dejara imposibilitado para caminar...
-Sí, así es- dice Kaho.
-¡¡¿Cómo demonios crees
que me puedo sentir??!!- grita enojado- ¿Por cuánto tiempo me voy a quedar como
un inútil?
-Eso tendrías que
preguntárselo a Tsi- suspira Kaho, sentándose un poco alejada de él- pero como
ahora no se encuentra, y no sé cuándo vaya a volver, pues tendrás que esperar
un poco...
-Ya veo- Touya se
escurre en la cama- si antes pensaba que no podía ayudar a Sakura, ahora
menos...
Estas últimas palabras
sí que le llegaron hondo a Kaho, quien se acerca a él un poco y rodea el rostro
de él con sus manos.
-Oh, Touya...- lo
siento- pero... ¿puedo darte mi
opinión?
-... claro...
-Tampoco ayudas mucho a
Sakura poniéndote disgustado por cualquier cosa y amargándote siempre...
-...-
-Sé que es duro... pero
es lo que pienso- suspira ella, bajando la mirada.
-Sí ¿Y sabes? Creo que
tienes razón, cuando vuelva a ver a mi hermana, le recibiré con la mejor
sonrisa, para que se sienta apoyada....
-Me alegra escuchar eso-
sonríe Kaho, sentándose con él.
-A mí también- dice
Shaoran abriendo la puerta, dejando sorprendida a Kaho y también a Touya.
-¿Tú?- exclama Touya-
¿Desde cuándo hace que llegaste? ¿Y Sakura dónde está? Me dijeron que estaba
contigo.
-Así es, estábamos en
Inglaterra con Eriol y Tomoyo. Regresamos recién hoy... no tengo ni quince
minutos de haber llegado a casa. En cuanto a Sakura, llegó también conmigo,
pero no puede verte ahora porque acaba de salir.
-¿Salir? ¿Adónde?-
pregunta Touya, quien empieza a desesperarse.
-Al médico.
-¿Médico? ¡¿Qué le
pasó?! ¡Mira que como sea tu culpa...!!- le amenaza él.
-Ahórrate tus amenazas-
Shaoran no lo deja terminar- que no le pasó nada grave a ella. Sólo va a que
inspeccionen al bebé...
-¿Bebé?- pregunta Touya,
y también la mirada de una confundida Kaho se posa sobre Shaoran. A ella ni Mei
ni Tsi le han contado nada.
-Sí, Touya, es lo que te
imaginas. Sakura está embarazada.
-¡¡¡¿QUÉ?!!- exclaman
Kaho y Touya al unísono.
Londres,
Inglaterra.
Tomoyo reposa su cabeza
sobre el hombro de Eriol, ambos se encuentran sentados en un parque. Tomoyo
siente cómo el viento rompe en su rostro, se siente completamente feliz. La
mano de Eriol toma la suya fuertemente. Ella no lo ve nada extraño, pero en
realidad Eriol se siente muy intranquilo. Tomando la mano de Tomoyo se siente
algo protegido. Ha estado dándole vueltas y vueltas a la pesadilla de anoche.
Lo que más le desesperaba era que nunca concluía, siempre se quedaba como
cortada, como si él supiera en qué terminaba. ¿De qué Creación hablaban esos
dos hombres? Y el niño ¿Quién era? Ése era el punto más atemorizante. Lo que
más podía recordar era el rostro del pequeño, y su vocecita gritando “¡¡Papá,
no!!”. Se oía desesperado, como si supiera que a su padre le va a pasar algo
malo. También cómo miraba con odio al otro hombre, su mirada lo acusaba de la
muerte de su padre. Sus ojos lo señalaban como culpable. ¿Quién, quién era ese
pequeño? Cierra sus ojos, tratando de concentrarse para ver
si puede recordar a ese pequeño. ¿Dónde lo ha visto? ¿Y por qué siente que
cuando mira al otro hombre, es a él a quien mira? ¿Por qué siente que es a él a
quien señala como culpable? Esos ojos... llenos de resentimiento lo están
mirando a él... él, el culpable. Pero ¿De qué? ¿De qué lo acusan?
En ese momento siente que algo roza su pie. Abre
los ojos para darse cuenta que se trata de una pelota. Él sonríe, al igual que
Tomoyo. Seguramente su dueño debe estar buscándola. Eriol toma el balón entre
sus manos y busca con la mirada a algún pequeño que se encuentre por ahí cerca.
Le pide a Tomoyo que la tome mientras él se voltea, pero no hay nadie. A Tomoyo
entonces se le resbala de sus manos y la pelota rueda, alejándose a un par de
metros de ellos. Eriol se ofrece a buscarla, camina hasta el balón y se agacha,
pero justo cuando la toma entre sus manos, otras más pequeñitas hacen lo mismo.
Cuando hacen contacto, Eriol nota que las manos están frías como el hielo.
Aleja las suyas y alza la mirada, cuál ha sido su espantosa sorpresa cuando
tiene frente a sí al mismo niño de sus pesadillas. Eriol retrocede rápidamente,
pero el niño se queda allí, sólo mirándole fijamente... ambos permanecen así,
observándose. Hasta que el pequeño alza su dedo índice y señala a Eriol, quien
no puede describir las miles de sensaciones que invaden su corazón cuando el
pequeño hace esto. Y esa mirada... llena de resentimiento... de rencor hacia
él. El niño le sigue señalando, hasta que, de la nada, desaparece.
Él no haya otra salida que salir de allí, llega
corriendo donde Tomoyo, quien le mira muy confundida. Él la toma de la mano y
la hace ponerse en pie, ambos salen de allí lo más rápido que pueden. Tomoyo no
hace ningún comentario en el camino, sólo le sigue el paso a su prometido, pero
cuando ambos están en la entrada de su casa, ella le mira terminantemente.
-¿Y? ¿Me vas a decir qué está ocurriendo? Porque
para esto que ocurrió no te servirá tu excusa de “estoy preocupado por Sakura y
Shaoran”. Porque esto no tiene nada que ver con Sakura o Shaoran o con el
Concilio. Esto tiene que ver contigo, y por lo tanto me afecta a mí, de modo
que estoy esperando una explicación, Eriol.
-Tienes razón, Tomoyo- suspira él avergonzado de
tratar de alejar a su novia de estos sucesos. Se sienta en la entrada de la
casa, siendo imitado por ella segundos después- sólo te advierto que es una
larga y extraña explicación.
-Para ti tengo todo el tiempo del mundo- dice ella
besándolo en los labios.
Hong Kong, Residencia Yang.
-Lamento mucho haberlas hecho esperar tanto- dice
el jefe del Clan Yang entrando al salón en donde hace rato esperan Mei y Tsi.
-No se preocupe, que espero que la espera valga la
pena- dice Tsi haciendo una pequeña reverencia.
-¿Sí? Pues dígame para a qué debo el honor de esta
inesperada visita- dice sentándose.
-Pues... es que no sé cómo empezar y no parecer
tan obvia, señor- suspira Tsi nerviosa.
-Ahorremos formalidades, Tsi, que sabes que soy un
hombre muy ocupado, y no creo que ni tú ni yo queramos perder nuestro tiempo.
-Sí, en eso tiene razón, por lo que iré al grano
directamente. Ayer mi esposo me comentó que estuvo haciendo investigaciones en
el Concilio e entrevistándose con varios Jefes de Clanes, entre ellos usted.
Xiao me comentó que usted había dicho varias cosas que lo extrañaron. “Todas
las cosas no son como parecían” y me preguntaba si usted podría aclararnos ese
punto- dice ella nerviosa.
-Vaya, Tsi, están usted y Mei Ling, muy bien
enteradas- suspira el hombre poniéndose en pie- efectivamente, estas fueron mis
palabras.
-¿Y en qué se basó para decirlas?- pregunta Mei
Ling, quien le mira fijamente- porque usted no es de estar diciendo cosas
infundadas por allí.
-Así es, Mei Ling, uno tiene que estar enterado de
lo que pasa a su alrededor. Por eso me he dedicado a investigar por mi cuenta
la famosa conspiración en contra de Li Shaoran. Y tales investigaciones me han
dado sospechas, de esas sospechas salieron las palabras que pronuncié ante su
esposo.
-¿Nos podría decir esas sospechas?- le suplica Mei
Ling.
-Las sospechas son sólo eso, Mei Ling, no es nada
seguro. Deben de saber que a mí no me gusta estar diciendo que sospecho de
alguien porque puede ser que esté equivocado. De modo que ustedes me van a
disculpar, pero no voy a decir nada hasta estar cien por ciento seguro.
-¿Y cuándo sería esto?- dice Mei ya poniéndose en
pie- discúlpeme si sueno grosera, pero estamos en una situación que no da para
perder el tiempo...
-Lo sé Mei Ling y la comprendo totalmente. Yo sé
cómo está la situación, les prometo que investigaré más a fondo y cuando lo
averigüe todo la familia Li será la primera en saberlo. Y, como esta vez la
situación lo requiere, si de aquí a dos días no estoy seguro, les diré de todas
formas de quien sospecho, para no dejar pasar más tiempo.
-De acuerdo- Tsi se pone en pie- sé perfectamente
que podemos confiar en usted. Y quedo más tranquila sabiendo que usted está
investigando por su cuenta. Cuando todo esto termine, Shaoran deberá enterarse.
-No se lo impediré, pero le agradecería que no lo
hiciera. Estoy haciendo esto en el anonimato precisamente para que nadie piense
que lo hago sólo para ganar un favor de Li Shaoran- sonríe él.
-Bueno, eso lo veremos cuando todo esto termine,
que tengo la esperanza sea muy pronto- le sonríe de vuelta Tsi- gracias por su
atención y su tiempo.
-Sí, ha sido un placer- dice Mei Ling, sonriendo
también.
-Tengan la seguridad que el placer ha sido mío- él
les abre la puerta- y pueden venir cuando quieran, son bienvenidas.
Mei Ling y Tsi salen de casa muy felices y
radiantes. Ambas tienen la seguridad que Yang será de una gran ayuda en todo
este asunto. Lo que las dos ignoran, es que Tao y Lin esperan a que ambas se
hayan ido para tocar a la Casa Yang.
-¿Sí?- les abre una señora- ¿Qué se les ofrece?
-Vinimos a hablar con el Señor Yang- dice Tao.
-Lamentablemente, el seño no los puede atender,
está a punto de salir para....- la señora no puede terminar porque Tao extiende
su mano hacia ella, mandándola a metros de ellos y dejándola inconsciente.
-Pudiste tratarla de mejor manera- le recrimina
Lin- pudiste hacer que sólo perdiera el sentido, no tenías que aventarla contra
la pared.
-Ya no te quejes- dice entrando a la casa- que
tenemos trabajo que hacer.
-Tú tienes trabajo que hacer- suspira ella,
haciendo ademán de quedarse en la entrada- ya te dije que no quiero ser parte
de esto...
Tao la mira, Lin luce en verdad muy mal. Ambos
habían regresado de Inglaterra y enseguida les habían dicho que debían hacer
otro “trabajo” con el Jefe Yang, porque estaba “estorbando”. Tao lo había
aceptado sin reproches y, aunque Lin también, era obvio que ella no quería
obedecer.
-Lin, lo siento- él la toma del brazo y la hace
entrar- pero tienes que venir conmigo...
Los dos recorrieron los pasillos en silencio,
reflexionando. Lin no dejaba de hacerse la misma pregunta : “¿Por qué?” ella no
quería ser parte de esto... se iba a repetir su historia. Porque sabía que Yang
tenía una hija de quince años, quien iba a quedar sin padre (la esposa de Yang
hacía años que había muerto), iba a quedar huérfana. Y como si esto fuera poco
¡¡Ella era quien lo iba a ocasionar!! La niña crecería sola... sin un padre...
hubo un momento en que se detuvo. Podía dejar inconsciente a Tao con sus
poderes, podía ir corriendo hasta donde Yang y decirle que huyera, que se
llevara a su hija y que nunca más regresara a Hong Kong. Sin embargo, la mano
de Tao, aún aferrada a la suya, la obligó a continuar. Sí, ésa era su realidad;
la realidad de una maldita asesina. Porque eso era lo que era ella: una
asesina. Le faltaba poco para convertirse en una, lo que le daría ese
calificativo estaba cruzando esa puerta, un hombre inocente que iba a morir.
-Lin... Lin- ella voltea hasta Tao- yo abro la
puerta, hay que caerle por sorpresa y atacarlo enseguida, porque de lo
contrario podría defenderse y estaríamos en problemas. ¿Entiendes?
-Sí, entiendo- le contesta ella.
Tao utiliza sus poderes para abrir la puerta estruendosamente.
Yang se voltea y contempla a sus visitas... pero no tiene tiempo de reaccionar
porque enseguida Tao lo rodea con un campo de energía.
-¿Qué demonios...?
-¡¡Lin, es tu turno!!- le grita Tao, conteniendo
la barrera- ¡¡Lin!!
Pero la chica no responde, sólo se queda mirando
fijamente al hombre. Ella puede hacer la diferencia... ella puede cambiar el
destino de ese hombre y de su hija.
-¡¡Lin!!- Tao prácticamente le suplica que
reaccione, no puede soportar mucho tiempo más.
-Dios...- murmura ella- Dios... ¿Qué hago?
-Sólo lo que te ordenamos, Lin- una voz retumba en
toda la estancia, Lin, la reconoce. Mira a todos lados atemorizada- no te
quieras pasar de lista con nosotros. Ya sabes cómo te puede ir... ¡Y tú Tao, no
seas débil! ¿Es todo lo que puedes aguantar? Estoy empezando a creer que cada
día me sirves de menos.
-Sí, Señor- Tao baja la mirada sumiso- aguantaré
más...
-¡Lo sabía!- Yang parece reconocer la voz del
hombre- ¡Sabía que eras tú!
-Lástima que no podrás contárselo a nadie más. ¡Lin,
haz tu trabajo!... Ahora...
Lin se seca las lágrimas y camina hacia Yang.
Extiende su brazos y el campo de energía se torna de un color rojo intenso...
poco a poco se va notando que el rojo proviene de la sangre de Yang, quien
emite un quejido de dolor que retumba en los oídos y corazón de Lin. Cuando
termina el hechizo, Yang cae de rodillas ante ella, la contempla con una mirada
sin rencor, lo que hace que ella estalle en llanto. “Lai Ming” murmura Yan
antes de lanzar su último suspiro y caer inerte a los pies de Lin, quien lanza
un grito de horror.
Tao se acerca a ella y la abraza, pero Lin lo
rechaza con fuerza.
-¡¡No me toques!!- le grita- ¡¡Lo odio a él por
obligarme a hacer esto, a ti por secundarlo y a mí por dejarme dominar!! ¡¡No
me toques!!- ella ve sus dos manos y, aunque no están manchadas, ella se las
limpia con sus ropas- ¡¡Mis manos están manchadas de sangre!!
-¡Lin!- la llama Tao, pero ella ya ha salido
corriendo de la biblioteca. Él decide seguirla, después de todo, no demorarán
en encontrar el cadáver.
Un par de horas después, Residencia Li.
Sakura entra en la casa, que se encuentra con un silencio muy extraño. Coloca su bolso sobre la mesita de la sala y se va hacia la cocina, donde supone encontrará a Wei.
-Wei...- ella lo llama.
-¿Sí, señora?- le contesta él- ¿Se le ofrece algo?
-Es que acabo de llegar y... ¿Dónde están todos?
-La señorita Mei Ling está en su recámara
descansando; su hermano está en su habitación, junto con la señorita Misuki.
Que, por cierto, me ha pedido que cuando usted llegara, le avisara que él
quiere verle.
-¿Mi hermano?- dice Sakura tomando un par de
galletas que se encontraban en la cocina y llevándoselas a la boca- mmm...
¡¡Deliciosas!!
-Gracias- sonríe Wei- y sí, su hermano quiere
verla. Me parece que Keroberos también ha solicitado su presencia.
-Estoy muy solicitada hoy- suspira Sakura- bueno,
gracias, pasaré a ver a mi hermano.
Ella sube las escaleras rápidamente y toca la
habitación que le depararon a su hermano.
-¿Sí?- escucha la voz de Kaho del otro lado.
-Soy yo. Voy a pasar- Sakura abre la puerta y,
para su sorpresa, se encuentra a Kaho sentada leyendo un libro y a su hermano
en la cama sentando, haciendo lo mismo- hola, Touya, Kaho. Discúlpenme por no
atenderlos antes, pero acabo de llegar con mi visita con el médico.
-¿Y? ¿Cómo estás tú y tu hijo?- pregunta Touya
levantando la vista del libro.
-Oh, ya lo sabes- sonríe Sakura nerviosamente- ¿y?
-¿Y? ¿Qué?- dice Touya dejando el libro sobre la
mesa de noche.
-¿Qué piensas?- pregunta su hermana acercándose
tímidamente hacia él.
-¿Qué pienso? Pues que ya iba siendo hora de que
me convirtiera en tío... ¿Cuándo se sabe si es niño o niña?
-Oh! Aún falta algo para eso- sonríe ella bajando
la mirada- pero no importa el sexo... lo importante es que vas a ser tío.
Sakura se acerca a él y ambos se abrazan,
permaneciendo en esta posición por varios minutos. Es Sakura quien lo rompe.
-Pero ahora, dime ¿Por qué estás aquí acostado en
tu cama a estas horas?- le mira ella extrañada- porque tú no eres de esos que
se quedan postrados en la cama... a ti te gusta estar activo. ¿Y leyendo? No,
ese no es mi Touya. ¿Qué está pasando?
-Pregúntale a tu amiga Tsi- dice Touya con aire
disgustado, mientras que Kaho emite una risita- ¡¿Y tú no te burles?! ¡Que
estabas más que enterada! ¡¡Ahora a ver cómo le haces, pero no quiero
permanecer más tiempo así!!
-Pues ¿qué es lo que pasa?- pregunta Sakura
dirigiéndoles miradas a ambos, sin comprender nada.
-Es que Touya se quedará en cama por un tiempo
más, por lo menos hasta mañana, cuando venga Tsi a retirar el hechizo- le
explica Kaho.
-¡OH! ¿Te hechizaron, hermanito?- sonríe Sakura.
Pero la mirada de reproche de éste le hizo saber que ése no fue un buen
comentario- bueno, me voy con Kero, que dicen que quería hablar conmigo, con
permiso.
-Pobre Sakura- sonríe Kaho sentándose al lado de
Touya- si vieras la cara que le pusiste.
-¡Es que no le da derecho a burlarse de mí!- se
queja él.
-Vamos, ya olvídate de esas trivialidades, ¡que
vas a ser tío!- ella le toma las manos- lástima que yo no sea una tía verdadera
del bebé, pero bueno, supongo que tendré que conformarme ¿no?
-No, no tienes por qué- Touya se acomoda en la
cama y se acerca más a ella- Kaho yo... creo que tenemos una conversación
pendiente.
-Hace años que espero esa conversación- dice ella.
-Lo siento...- están tan cerca que ambos pueden
sentir sus respiraciones, y el latido de sus corazones.
-No te arrepientas del pasado, sólo... piensa en
el futuro... te amo, Touya, te amo- ella lo besa, al principio él se queda como
estático, pero finalmente le devuelve el beso con igual pasión, pasión
acumulada a lo largo del tiempo.
**
-¡¡Sakura!!- Kero se acerca a su ama, revoloteando
por todos lados, mientras que ella sonríe- ¡¡Me alegra muchísimo que estés
bien!!
-Hola Kero- ella se recuesta en su cama- gracias
por preocuparte, pero estoy bien, gracias.
-¡Es que no te imaginas!
-Sí, Xiao está poniendo a Shaoran al tanto de
todo, por eso no está él aquí- suspira Sakura quien acomoda las almohadas
buscando su pijama.
-¡No, en verdad ni te imaginas lo que ocurrió en
tu ausencia!- le insiste Kero.
-Pues, no, ni quiero imaginármelo, ya me lo
contará Shaoran cuando regrese de su reunión con Xiao- ella empieza a
desvestirse.
-¡¡NO es eso!!- Kero tiene que estar de espaldas a
Sakura.
-¿Y qué más puede ser? ¡Ah! ¿Te refieres a lo de
Touya? Pues ya me enteré, acabo de hablar con él. La verdad me parece muy bien
eso de tenerlo incapacitado de la cintura para abajo. Porque puede que ahora
esté tranquilo con la noticia del bebé, pero ya me imagino cómo reaccionó
cuando se lo dijo Shaoran... si hubiera tenido sus piernas bien, ten por seguro
que le habría saltado encima- sonríe ella, al tiempo que termina de ponerse su
ropa- ya...
-Pues sí- Kero se voltea hasta su ama- ... que ya
me imagino la cara que ha de haber puesto tu hermano cuando...- entonces Kero
recuerda la razón de la conversación- ¡¡Pero no es eso!!
-¿No? ¿Entonces de qué se trata?- le pregunta
Sakura un tanto preocupada- ya vas a empezar a preocuparme en serio, Kero ¿Qué
es lo que pasa? ¿Algo más pasó mientras yo no estaba en Hong Kong?
Kero tenía un nudo en la garganta. ¿Cómo iba a
tomar Sakura esta noticia? No esperaba que lo tomara tranquilamente, porque lo
ocurrido con las cartas no era para tomarse a la ligera. Pero le preocupaba su estado,
no era bueno que estuviera teniendo emociones fuertes.
-Kero- insiste Sakura- nunca ha habido secretos
entre nosotros... ¿Qué pasa?
-Es que, no quiero preocuparte. Además, no sé si
tenga alguna relación con los hechos ocurridos en el Concilio, de modo que no
hay que adelantarse a los hechos ¿de acuerdo?
-Sí, sí, pero sigo sin entender...- suspira
Sakura- si no me dices me vas a dejar
con la duda, y es peor Kero...
-Sakura- Kero tomó aire y procedió a contarle-
cuando tú estuviste en Inglaterra yo quedé al cuidado del Libro, y entonces
pasó que...
-¡Hola!- Shaoran abre la puerta y entra,
interrumpiendo a Kero- ¡Sakura! ¡Qué bueno que ya estás aquí! ¿Qué te dijo el
médico?
-Fui hasta el hospital y me mandaron a hacer un
montón de exámenes que me dejaron exhausta, pero al final me dijeron que no
había pasado nada, el bebé está sano- sonríe ella. El rostro de Shaoran
recupera su alegría.
-Oh... qué bien, por lo menos es una buena
noticia; no creo que resistiera una más el día de hoy- dice recostándose en su
cama.
-¿Qué? ¿Pasó algo?- Sakura se recuesta en su
pecho.
-Mientras estaba hablando con Xiao nos llegó la
noticia de que asesinaron al jefe del Clan Yang.- suspira Shaoran mirando al
techo- ambos fuimos hasta su casa... su
cuerpo yacía en la biblioteca, Oh, Sakura, estaba desangrado, había sangre por
todos lados. Fue una impresión verdaderamente horrible...
-¿Y saben quién lo mató?- pregunta ella.
-No, pero Xiao y yo coincidimos en que tal vez
tenga alguna relación con lo que nos ha estado ocurriendo a nosotros. Más
porque Yang le había comentado algo a Xiao, sobre que debíamos cuidarnos o algo
así...
-Tal vez él estaba al tanto de la situación y por
eso lo mataron- opina Sakura tomando la mano de su esposo- tengo miedo...
-Todo va a estar bien, te lo prometo- él la besa
en la frente. Entonces nota que Kero aún permanece en la habitación, Shaoran le
lanza una mirada de reproche- ¿y tú? ¿No piensas irte?
-¡No voy a dejar a Sakura sola en un momento como
este!- chilla él.
-Ella no está sola, por si no lo notaste- suspira
Shaoran sonriente.
-Contigo es como si lo estuviera- murmura Kero,
pero a regañadientes sale por la ventana. Sakura sonríe, no puede creer que aún
Kero la cele de esta forma.
-Te amo...- sus labios se funden en un beso
apasionado. Shaoran trata de transmitirle seguridad... necesita que Sakura se
sienta tranquila y segura. Sakura, por su parte, sólo trata de disfrutar el
beso... siempre lo besa como si fuera la primera vez. Lo ama tanto... daría
todo por él.
**
El teléfono suena en la habitación de Mei Ling,
quien ya estaba a punto de conciliar el sueño. Procede a levantarlo y a tomar
la llamada, se sorprende al notar que es Tsi, y se oye un poco agitada.
-¿Tsi? ¿A qué se debe que me estés llamando a
estas horas?- pregunta Mei encendiendo la lámpara de su cuarto.
-Oh, Mei Ling... es que, ha ocurrido algo
terrible, ni te imaginas lo que pasó. ¿O ya te enteraste? ¿Te lo dijo Shaoran?
-¿Qué fue lo que pasó? Cuando yo subí a mi cuarto
Shaoran aún no había llegado, supongo que ya está en casa pero yo no lo he
visto... ¿Qué pasó, Tsi?
-Una tragedia...
-¿Qué?
-Yang fue asesinado... esta tarde, después que
nosotras nos fuimos a entrevistar con él- dice ella.
-¿Qué? ¡No puede ser!- se asusta Mei Ling- pero...
¿quién?
-No lo sé... nadie le puede hallar relación con lo
que está ocurriendo, sólo nosotras. ¿Recuerdas que él dijo que investigaba a
alguien? Bueno, pues seguramente esa persona lo mató...
-quiere decir que entonces a quien estaba
investigando... es quien está detrás de todo esto, porque de lo contrario nada
hubiera pasado.
-Es lo que me temo... esto es terrible ¡Tenemos un
enemigo justo frente a nosotros y no lo vemos!- se desespera Tsi.
-Cálmate, por favor, recuerda que puede que esto
no le haga bien al bebé- le suplica Mei Ling- ¿y Xiao? ¿Sabe de esto?
-Ahora mismo él está en nuestra recámara, lo que
pasa es que él se ofreció a cuidar a la hija de Yang por un tiempo. La pobre
chica está desecha... aunque sus demás familiares pueden encargarse de ella,
perdió a su padre...
-Pobrecita- la compadece Mei Ling- debe estar
sufriendo mucho ¿cuántos años tiene?
-Tiene quince, y se llama Lai Ming...
Afueras de Hong Kong.
“Lai Ming...” el rostro de Yan pronunciando estas
últimas palabras no pueden alejarse de la mente de Lin. Parecía cómo si siempre
tuviera a su hija en mente. Se pregunta si su padre también pronunció su nombre
antes de morir... si sus últimos pensamientos fueron para ella.
-Lin...- escucha que la llama Tao. Ambos están en
las afueras de Hong Kong, en lo que parece un parque- Lin... ¿ya estás mejor?
-No- dice ella sin levantar la mirada del piso- ya
nunca podré estar mejor...
-Lin...
-No te acerques más...- le advierte ella
fríamente- no quiero saber de ti... eres peor que yo, porque a ti nadie te
obliga a hacer esto, tú lo haces por placer...
-No lo digas ni en broma- dice Tao poniéndose
frente a ella- ¿Tú crees que para mí fue fácil matar a ese hombre? ¿Saber que
estaba destruyendo un hogar? ¿Qué crees?
-No te entiendo- ella alza la mirada hacia él- de
verdad que no...
-Lin... yo lo hago... para...- él se inclina hasta
Lin- para complacer a mi padre, que mi padre vea que no soy un inútil... que
puedo servirle.
-¿Qué?- Lin le mira extrañada- ¿Haces todas estas
porquerías sólo para mostrarle a tu padre que eres útil?
-...-
-Oh, pues realmente eres muy útil a la hora de
matar gente- ella le aplaude irónicamente- felicidades, eres muy útil.
-Basta, ya no me atormentes- Tao se aleja de ella.
Lin rompe en llanto de nuevo.
-Es que, ya no puedo... quiero salirme de esto...
ya no quiero más... no puedo...- ella se desploma en el suelo sollozando- ya no
más...
-Lin- Tao se acerca y la abraza dulcemente- Lin,
ya no llores.
-Te juro que la próxima vez que me pidan que haga
algo, me voy a negar. Me voy a negar y entonces verán cómo se las arreglan,
porque ya no les voy a ayudar- dice ella quitándose las lágrimas.
-Sabes que si haces eso corres el riesgo de que
te...
-...¿realmente importa ya? Ya no tienen nada más
con que chantajearme... mi familia está muerta... todos los que querían están
muertos. ¿Con quién van a negociar ahora? Porque a mí no me importa morir... ya
no... por lo menos quiero saber que daré mi vida por una causa justa... sé que
nadie llorará por mí, pero por lo menos moriría con la tranquilidad de que hice
lo correcto- suspira ella mirando suelo.
-No- Tao coloca sus manos en el rostro de Lin-...
por favor, no lo digas ni en broma. Lin, yo no voy a dejar que eso te ocurra
¿Me oíste? Vales demasiado como para que te maten...
-Tao, ¿no te das cuenta que me están matando cada
vez que me piden algo? Ya no... si para dejar de ser su esclava hay que pagar
con mi vida, la doy con gusto, pero ya no más...
-Lin... no, yo no soportaría perderte- él la
abraza- Lin, no...
-¿Qué?- ella le mira- ¿Qué estás diciendo?
-Wo ai ni, Lin- le sonríe él- desde siempre... y
ahora que por fin te has abierto conmigo no voy a dejar ir...
Lin lo rechazó levemente y se apartó de él un
poco. Permaneció en silencio, observándolo fijamente. ¿Era posible que él la
amara? ¿Ella merecía que la amaran? Y más de Tao, quien la había acompañado en
todo esto, que conocía todos sus secretos ¿él podría siquiera quererla? Eso
ella no lo concebía.
-Eso... no pude ser posible- ella trata de
alejarse, pero él la toma del brazo y la obliga a mirarlo.
-¿Y por qué no? Lin, ¿no será que la tienes temor
eres tú? No te vayas y huyas a lo que sientes! Porque yo sé lo que estás
sintiendo ahora, lo veo en tus ojos... sé que piensas que por todo lo que has
hecho no tienes derecho a amar ni a que te amen, pero te equivocas. Yo te
conozco, sé por qué has hecho todas esas cosas... y ¿sabes qué? Te amo aún
más... porque sé que has hecho todo eso sólo por defender a los que quieres...
-Tao... es que... si te digo que te amo... estaría
dándoles a ellos algo con qué amenazarme, con qué obligarme a...
-...no tienen por qué enterarse- él se acerca cada
vez más a sus labios.
-¡Cómo es que no conoces a tu padre! Él lo sabe
todo... lo ve todo, no podremos mantenerle oculto esto por mucho- dice ella
tratando de alejarlo.
-Con esas palabras estás aceptando que sientes
algo por mí- él sonríe.
-Si sintiera algo no quiere decir que vaya a dejar
que algo ocurra entre nosotros- le aclara ella.
-Ya no hables más, déjame llegar a ti...- él por
fin se decide y une sus labios. Lin al principio se resiste, pero luego deja
que todos sus sentimientos fluyan y le contesta el beso a Tao. Lin por primera
vez se siente completamente realizada, y por un momento olvida todo lo ocurrido
en su vida, todas las lágrimas y el dolor vividos en esos años se han ido con
ese beso con Tao. Ahora si siente que tiene fuerzas para enfrentarlo todo...
todo lo que esté por venir.
-Wo ai ni, Tao...- murmura ella abrazándose a él.
No muy lejos de allí, una figura los observa
sonriente.
-Oh... muy interesante... ya veremos qué provecho
le puedo sacar a esto...
>>>>CONTINUARÁ....
Notas de Autora:
Okis, este capítulo es un poco enredado ¿no? Pero como les prometí, las cosas se van enredando cada vez más. ¿Podré desatar este “gran” nudo que estoy armando? Je,je, pues por mi bien eso espero. Pues mando desde aquí mis saludos a Anto-chan, espero no haberte traumado más, jeje; y también a Sandra, a quien mando un besote grande!.
Por cierto, muchas gracias a todos los que me han mandado correos con sus comentarios, que me llegan de más energías y ganas para seguir escribiendo. Bueno, bueno, que ya están cansados de escuchar mis bobadas...
Avances para el capítulo 5: “Situaciones
Inexplicables”
Tao y Lin han pasado el mejor momento de sus vidas. Sin embargo, utilizarán este nuevo sentimiento para obligar a Lin a hacer un trabajito, relacionado con la hija de Yang, Lai Ming. Veremos algo de acción en Inglaterra, con Tomoyo que tiene que actuar para salvar a su prometido. Mientras que Nakuru les toma por sorpresa, anunciándoles que tiene que hacer un viaje muy importante, aunque no dice a dónde. Por los sucesos que están ocurriendo, Sakura decide sacar sus cartas para que estén listas por si la situación lo requiere, y cuál es su sorpresa al darse cuenta que faltan algunas. Y Shaoran recibe la visita de Tao Feng (no es el Tao de Ling, aclaro) quien le ofrece su ayuda incondicional en este asunto. Xiao toma las riendas de la investigación sobre la muerte de Yang, empezando a encontrar cosas que parecen no tener conexión.
Ya saben que para comentarios, sugerencias, jaladas de
oreja y demás cosillas, rei01@tokyo-3.com
está a su disposición.