Secuela
de un amor.
Por: Marissa Cervantes.
¡¡Hola!! Esto es sólo para que sepan que, antes de leer la historia, deben haber leído antes “Destino y Esperanza” o de lo contrario habrá muchas cosas que no comprenderán. Si no lo has hecho ¿qué esperas para leerla? Y si ya te la leíste, pues disfruta del escrito siguiente.
Capítulo 1: “Vestida de blanco...”
Cerró la puerta tras de sí. Respiró profundamente y escuchó... nada. Exactamente lo que quería oír, había sido un día lleno de bullicios, ajetreos e inconvenientes. Pero finalmente, lo que debía de ocurrir, ocurrió. Ahora eran realmente inseparables, en realidad nunca lo fueron, pero ahora tenían una excusa para mantenerse más unidos. Dio un suspiro al volverse a ella. Se veía cansada, al igual que él, pero no por eso la hermosa sonrisa se apartaba de su rostro. Tomó su mano a la tenue luz de la habitación... pudo sentir cómo ella se acomodaba sobre su pecho. En segundos ambos se encontraban acostados, aferrados uno sobre otro. Su mentón acariciaba levemente su frente y sus manos permanecían entrelazadas.
-Ha sido un largo día...- rompe él el silencio.
-No negarás que ha valido la pena...- suspira ella
volteándose hacia él.
-Jamás... jamás negaría eso....- sonríe.
-Y pensar por todo lo que tuvimos que pasar-
murmura ella tomando su mano con leve ternura. Entonces ambos cerraron los
ojos, evocando todos los sucesos de aquel día.
Hong Kong, Casa de la Familia Li, esa mañana.
-¡¡Te estoy diciendo que ya era hora de ir a recibirlos al aeropuerto!!- exclama una joven de largos cabellos negros, su rostro refleja desesperación.
-Calma, llamamos al aeropuerto y preguntamos si el
vuelo ya llegó- le dice calmadamente un joven tomando el teléfono y marcando el
número.
-No sé cómo tomas estas cosas tan a la ligera.
Imagina si el vuelo se retrasa y entonces no puede venir. ¡¡Dios!! Ella es la
madrina y echaría todo por la borda... Sakura se deprimiría muchísimo y- se
lleva las manos a la cabeza-... seguramente no querría seguir con la
ceremonia... y luego...
-Mei Ling...- le llama él suavemente.
-...Shaoran, por complacerla, tampoco querría
continuar con los preparativos...- suspira ella entre sollozos.
-...Mei Ling- vuelve él a llamarla sonriendo dulcemente.
-...¡¡Sería un caos total!!- chilla la joven
china.
-¡Mei Ling!-
-¿Qué quieres, Ken?- se enoja ella.
-Hace unos diez minutos que llegó el vuelo de
Tomoyo, en vez de estar especulando posibles desgracias deberías acompañarme a
recibirla- le extiende él la mano sonriente.
-¡¡¿Y qué esperamos?!!- le toma por el brazo y
arranca rápidamente hacia la puerta- ¡¡Nos vamos ahora!!
Cuando la joven abrió la puerta casi se cae encima
de otra joven, que venía con algunos paquetes que, por suerte, no se cayeron
con el susto propiciado por Mei Ling, quien se volteó y la reconoció de
inmediato, sonriéndole.
-¡¡Tsi!! ¡¡Qué bueno que llegas!! ¿Traes el
vestido?- pregunta enseguida.
-Así es- sonríe, recuperándose del susto- y por lo
que veo estás muy emocionada Mei. Te veo con muchas energías...
-¡¡Es que hoy es el día, Tsi!! ¡¡Es el día!!- da
un saltito y luego voltea hasta Ken- ¡¡Pero éste guapo y yo nos vamos porque
tenemos que ir a recoger a la madrina y a Yukito que también viene con ella!!
-¿Y Eriol? ¿El también va a venir?- pregunta Tsi.
-Él también, no se lo va a perder...- sonríe ella-
pero vienen en aviones separados. Además, ahora Tomoyo es la prioritaria ¿no?
-Entonces ve rápido y luego nos encontramos aquí
para terminar de arreglar a nuestra “afortunada” ¿te parece?- sonríe y Mei Ling
asiente, antes de desaparecer junto con Ken.
Tsi da un profundo suspiro, mezclado con una
sonrisa, al entrar en la sala y abrir la caja que traía consigo. Un desbordante
vestido blanco era su hermoso contenido. Lo observó por unos segundos... se
veía perfecto así adentro de caja... cuanto más en el cuerpo de Sakura. Lo tocó
levemente, evocando meses atrás, cuando era ella la afortunada novia. Llevaba
unos cuatro meses de casada con Xiao, con quien era muy feliz. Y ahora también
lo era, puesto que era de aquellas personas que se alegran con la felicidad
ajena.
-Es precioso...- escuchó una voz a sus espaldas.
Tsi la reconoció enseguida y volteó sonriente.
-¡¡Sakura!!- le abraza- ¡¡Hoy es tu día!! ¿Cómo te
sientes?
-Pues... la verdad algo nerviosa. ¿y si ocurre
algún imprevisto? ¿Y si al final el vestido no me queda bien? ¿O si...
-Calma- le mira Tsi sonriente- al principio parece
incierto y puedes verlo como todo un caos. Pero te aseguro que este será un día
que marcará tu vida para siempre... de modo que trata se sonreír y no pienses
en el hoy, sino en el mañana que compartirás con él.
Sakura le mira detenidamente y no puede evitar que
lágrimas fluyan de sus ojos, se las seca y abraza a la chica, quien en estos
pocos meses se ha convertido en un gran soporte para ella. Cuando se separa aún
se quedan viendo detenidamente, sonriendo en silencio. Entonces siente que una
par de manos se posan en su cintura. Un calor le empieza a recorrer todo su cuerpo,
y sonríe... es la sensación que se siente cuando tienes a tu complemento a tu
lado, se voltea y le da un beso corto y dulce.
-Buenos días Shaoran- le murmura al oído.
-Buenos días, mi flor de cerezo- le alza él en sus
brazos. Mientras Tsi sonríe, aún no puede creer que irradien tanto amor a su
paso. Parece que nunca se acabara, que siempre hubiera tiempo para
demostrárselo, por más que lo supieran.
-Hoy es el día... nuestro día- cierra ella los
ojos sonriente.
-Me alegro que ya sea hoy. Creo que contaba las
horas, los minutos y hasta los segundos para que nuestras vidas quedaran unidas
para siempre. Pero te confieso que quiero que esto pase rápido, ya sabes que
entre más rápido sea lo que te atemoriza, mejor...- se sonroja.
-¿Puedes creer que aún tenga pena de este día,
Tsi?- mira Sakura a su amiga, quien observa a Shaoran detenidamente. Ella le
conoce bien y aunque se todo un hombre de veintiún años, aunque sea el jefe de
todos los hechiceros del Concilio hoy su rostro se asemeja al de un niño pequeño
en su primer día de clases, con temor a lo desconocido.
-Oh... no me extraña, en serio- sonríe
burlonamente.
Shaoran baja la cabeza desalentado. Sabía que Tsi
haría un comentario de ese tipo. Y menos mal que no estaba Mei Ling, porque le
hubiera echado menos flores todavía. “Se burlan y hasta me reprenden, pero
jamás podrán entender” se repetía cuando escuchaba a su prima decirle que “¡No
entiendo cómo puedes portarte tan fuerte y decisivo frente a los del Concilio y
ante esto te portes como un niño!”
Entonces volteó hasta el contenido de la caja.
Sonrió al ver el hermoso vestido blanco... ya que entre Mei Ling y Tsi se
habían encargado que él no lo viera, por más que lo intentó. Y ahora, por estar
prestando atención a “sus nervios prematrimoniales” le habían dejado ver el
ajuar de novia de Sakura.
-Es precioso- dice mirando la tela- sólo haces
falta tú para completar su hermosura...
-Gracias- se sonroja ella levemente, entrecerrando
los ojos. Pero a los pocos segundos, al igual que Tsi, reacciona y cae en
cuenta lo que ha pasado. Mira a Shaoran enojada, mientras que Tsi cierra la
caja.
-Para algo sirvieron mis nervios ¿no?- sonríe él
tímidamente. Pero empieza a preocuparse cuando ve acercarse a él a las dos
mujeres, quienes no lucen muy contentas.
-¡¡SHAORAN!!
Aeropuerto de Hong Kong.
Su mirada buscaba con desesperación algún rostro conocido, sin conseguirlo. Da un suspiro de desaliento, se acerca a tomar sus maletas y observa su reloj. Da otro suspiro desalentador. Se da cuenta que hace varios minutos deberían haber pasado por ella, cuando no es así. ¿Habrá pasado algún inconveniente? Espera que no, o de lo contrario todo se retrasaría.
-Debí obligarle a que se viniera conmigo- suspira, refiriéndose a Yukito. Ellos habían quedado de venir juntos, pero al final él tuvo un contratiempo y quedó de tomar el siguiente vuelo, que llegaría aproximadamente dos horas después que ella.
Se sentó y cerró los ojos levemente. El cansancio que sentía era mucho, ya que además del viaje había tenido que convencer a su madre que se quedara en Japón, ya que insistía en viajar, a pesar de su inestable salud. También estaba Eriol... al principio era todo amor y más amor. Pero a los pocos meses las cosas no iban tan bien. ¿El problema? Él viajaba mucho a Inglaterra, y allí son sólo se encontraba Samantha, su antigua prometida, sino otras cuantas que harían lo que fuera por que él les hiciera caso. Y lo peor de todo es que él no pudo darle una razón concreta de sus frecuentes viajes. Tenía mezcla de sentimientos: preocupación, por no saber lo que él hacía; celos, de esas otras que estaban en Inglaterra; rabia... por no saber enfrentar su situación y mucha envidia... porque su mejor amiga se casaba hoy y ella sentía que su relación amorosa se iba a pique; contrastando con Sakura.
-Tal vez el y yo no seamos el uno para el otro- murmura, secando un poco sus ojos de las lágrimas que había empezado a salir ante el flujo de esos recuerdos algo dolorosos.
-¡¡Tomoyo!!- escucha le entusiasmada voz de Mei Ling y alza la mirada. Le sonríe a su amiga y toma sus maletas, levantándose del asiento. Mei Ling corre hacia ella y le abraza fuertemente- ¿Cómo estás, amiga?
-Bien, muy bien- miente ella- pero preocupada porque no estaban aquí ¿por qué el retraso?- les pregunta a ambos. Ante esta pregunta, Mei Ling le dirige una mirada de reproche a Ken, quien sonríe torpemente.
-Creo que es por mi culpa... en realidad se me pasó el tiempo, lo siento Tomoyo- le dice.
-Oh... no, no hay problema- sonríe ella, pero Mei Ling puede notar tristeza en sus ojos- y Yukito no se vino conmigo porque tuvo que quedarse a hacer algunas cosas en Japón, pero el avión que tomará llegará dentro de unas dos horas, creo- dice ella consultando su reloj.
-¡Pero tendrá que venir otro a buscarlo!- se queja Mei Ling- porque ya estoy cansada de salir y entrar de la casa! Además tengo unas ganas de ver a Sakura con el vestido puesto... pero ¿por qué se retrasó Yukito?
Tomoyo frunce el seño. Ahora que lo piensa con detenimiento, Yukito no le había especificado el motivo de su retraso. O tal vez hasta se lo haya dicho y ella ni prestó atención. Negó con la cabeza y luego miró a Mei Ling.
-No... no sé en realidad. Sólo dijo que “tenía asuntos que atender”- dice evocando las palabras textuales del joven.
-Vaya...- suspira Mei Ling confundida.
-¡Qué bueno que ya llegaste! Temía que se retrasa el vuelo por el mal tiempo que ha estado haciendo los últimos días- decía Sakura a Tomoyo, quien se encontraba sentada en la cama de la habitación de su amiga, observando unas revistas. Sakura, por su parte, estaba siendo ayudada por Mei Ling y Tsi a ponerse el vestido.
-Ahora por quien debes temer es por Yukito- suspira mirando la hora- aunque ya falta menos de una hora para que llegue.
-Si ese tonto de Ken no lo pasa a recoger se me va a caer la cara de vergüenza!- masculla Mei Ling- ¡¡Es que a veces es tan olvidadizo!!
-Sí, en momentos importantes como estos es cuando más se le olvidan las cosas- sonríe Sakura, recordando sucesos pasados con Ken, cuando había olvidado también hacer lo que le correspondía.
-Pero aunque se le olvide hasta tu nombre le vas a amar ¿cierto?- sonríe Tsi con picardía- porque por allí ya escuché a este par de tórtolos hablar de boda-. Mei Ling se sonroja y se voltea hasta Sakura, para cerrarle la cremallera del vestido. La tela es suave y tiene un color no definido, entre el blanco y el plateado, la cola no es ni muy larga ni muy corta; es sin mangas y para complementar, Sakura lleva una pulsera color dorado, que tiene grabadas las iniciales de ambos: S+S que Shaoran mandó grabar para su compromiso. Tsi y Mei Ling le habían recogido sus largos cabellos, dejando unos mechones al descuido. Su maquillaje era muy natural, peor aún se lo colocarían porque faltaba algo para la ceremonia.
Sakura volteó hasta el espejo y se observó en él. Sonrió plenamente y miró hacia Tomoyo, quien sonríe al ver lo radiante que se ve su amiga. Caminó hacia ella y le abrazó por la espalda y ambas se quedaron así, frente al espejo. Entonces Sakura pudo notar que Tomoyo estaba algo extraña, su mirada reflejaba tristeza.
-Disculpen ¿podrían dejarnos solas un momento?- les pide a Mei y Tsi, quienes enseguida se retiran de la habitación sin hacer el menor comentario, seguramente ya habían notado la extraña actitud de Tomoyo. Cuando estuvieron solas, las dos amigas se miraron a los ojos, lo que bastó a Sakura para saber qué ocurría con Tomoyo.
-Bien, dime qué está pasando entre tú y Eriol- le exige ella. Tomoyo deshace el abrazo y desvía la mirada enseguida- ¿qué es lo que pasa Tomoyo? Creí que nos teníamos confianza... ¿es algo muy grave?
-En realidad no sé. No sé siquiera si vendrá... no creo que quiera verme... no sé que tan grave sea... sólo sé que no quiero saber de él ahora.
Sakura se sentó y obligó a su amiga a que hiciera lo mismo. Ella tomó de la mano a Tomoyo fuertemente, dándole a entender que ella le daba apoyo.
-Y lo peor de todo... es que... presiento que...
-¿Qué?
-Es que... ¿no lo ves? Xiao y Tsi ya se han casado y se ve que son felices. Tú y Shaoran se casan hoy... y no hace falta decir que van a ser felices... y en cuanto a Mei Ling y Ken ya los ves haciendo planes de boda!! ¿Y yo? Sólo con problemas con Eriol... aunque a veces, cuando miro a Yukito me siento afortunada. Yo no quisiera estar en su lugar. Pero no deja de doler, Sakura, quiero estar con Eriol, si supiera cuánto amor tengo para darle... cuánto...- ella empieza a llorar levemente y Sakura se derrumba al verla así. Tomoyo, siempre con ánimos y alegría le duele verla así de triste
-Tranquila- la abraza Sakura tiernamente- yo estoy segura que él también te quiere y te tiene reservado el mejor de los sentimientos, exclusivamente para ti. Ahora seca esas lágrimas y ayúdame a quitarme el vestido, por favor...
-Una de mis mejores creaciones... la mejor- dice mirando orgullosa al vestido.
-¡¡Oigan!! ¡¡Ya llegó Yukito!!- anuncia Ken dejando varias maletas en el suelo.
-¡¡Qué bien!- le recibe Mei con un beso rápido en los labios.
-Aunque a decir verdad te va a sorprender que...
-¡¡¿Y dónde está?!!- dice Mei Ling cortando a Ken.
-En la sala, pero Mei, hay algo que no he podido decirte...
-Ya me lo dirás luego- dice ella encaminándose hacia el lugar nombrado por el joven.
-No, es que se trata de Yukito...- insiste él.
-Pues lo trataré personalmente con él- dice ella llegando a la sala con una sonrisa.
-...es que no es Yukito, sino quien vino con él- vuelve a decir Ken siguiendo a Mei Ling, quien le mira sonriente.
-¿Y quién vino con él.......?- entonces a ella se le congela la mirada y queda estática. Frente a ella está Yukito sentado en el sofá, sonriente como siempre, tomando una taza de té. Pero no es por Yukito por quien se ha asombrado tanto, sino por la persona que está junto a él.
-Pero.... ¿Qué hace él aquí??????- exclama cuando recupera el aliento, aún asombrada, señalando al acompañante de Yukito y mirando a Ken como tratando de que él le de una buena explicación. Pero su novio no puede más que encogerse de hombros y desentenderse del asunto.
-¿Dónde está Shaoran?- se deja escuchar su voz, Mei Ling enseguida se pone a la defensiva.
-¿Para qué quieres verlo?- le interroga- ¡Más vale que...
-¡¡¿Dónde está?!!- vuelve a preguntar y Mei tiembla por dentro. Cuando se enoja, vaya que da miedo. Ella se coloca detrás de Ken.
-Shaoran está en su cuarto, terminándose de arreglar para...
No le dejó terminar, ya que pasó rápidamente de largo y subió las escaleras de dos en dos y toma el pasillo de la derecha, donde queda el cuarto de Shaoran Li. Mei Ling se queda observando las escaleras por unos segundos y luego voltea hacia Yukito.
-¿Qué hace aquí? ¿Tú si me puedes explicar, verdad?- pregunta asombrada.
Shaoran escucha que tocan su puerta bruscamente y se extraña un poco, nadie nunca lo ha hecho, por más enfadado o desesperado que esté, ya que en su casa el tocar la puerta es un signo muy especial de buena educación. Se termina de abrochar la camisa y hace girar la perilla, esperando encontrarse del otro lado con Mei Ling, Ken o Xiao, pero en su lugar se encuentra con la enojada cara de su “casi” cuñado. Como no se lo esperaba, se espanta y retrocede un par de pasos.
-¿Ahora qué? ¿No me digas que ya me tienes temor?- fueron las palabras de él.
-¿Touya?- murmura él, un poco pálido.
-Sí, soy yo. Te preguntarás que hago aquí y como no me gustan los rodeos voy a ir directamente al punto- como Shaoran no daba signos de querer hablar, él cerró la puerta y continuó- hoy se casa mi única hermana, es una lástima que sea contigo; pero ya que no puedo hacer nada para impedirlo, porque de seguro tú o tu bruja familia hará lo que sea para que no cumpla mi cometido es mejor dejar que se casen. En fin... como es mi única hermana y mi padre ha muerto, creo que debo ser yo quien la lleve al altar. Y ese es mi deseo.
Cuando terminó de escuchar la petición de Touya, Shaoran dio un gran suspiro de alivio. Él realmente no esperaba que Touya llegara a Hong Kong sólo para pedirle que dejara llevar a Sakura al altar. Él le sonrió levemente.
-Claro que sí, yo no puedo quitarte ese lugar- le dice, extendiéndole su mano.
Touya alza la mirada y mira fijamente a Shaoran, mira la mano extendida hacia él. Traga en seco y, extendiendo la suya, sellan un pacto de paz, que ambos hacen por el ser que más quieren: Sakura.
-¡¡Sakura!!- Mei Ling no disimula su nerviosismo al ver entrar a la chica, pero ella no lo nota y se va directamente hasta Yukito y le abre los brazos fraternalmente, uniéndose en un dulce abrazo.
-¡Te extrañé tanto!!- le murmura ella- ¡Gracias por haber venido!
-¿Cómo creíste que iba a faltar?- le sonríe- ¡Qué poca confianza me tienes! ¿Acaso no sabes que eres como una hermana para mí? jamás podría faltar en un día tan importante como hoy, jamás.
-¡¡Pero ni sabes quien más!!- dice Mei Ling interrumpiendo a Yukito- ¡¡Terrible!! ¡¡Terrible!!
-¿De quién hablas?- se preocupa Sakura.
-¡¡De nadie!!- entra Shaoran a la habitación. Mei Ling mira a su primo desconcertada. ¿Cómo era posible que dijera “de nadie?”. ¿Qué había hablado con Touya?
-¿De nadie?- pregunta Sakura confundida, volviendo a mirar a Mei Ling, quien parecía más confundida que ella.
-Touya no quiere que Sakura se entere... aún...- le susurra Shaoran a su prima y ella asiente en silencio.
-¿Qué?- vuelve a preguntar Sakura.
-Nada- Shaoran le da un beso en la frente- despreocúpate y ¿ya te probaste el vestido por última vez?
-Sí, le queda perfecto- contesta Mei Ling y Tsi también asiente sonriente.
-Bueno, ahora sí te terminas de arreglar, porque tienes que estar lista para la ceremonia en menos de una hora- le sonríe Shaoran.
-¿Menos de una hora?- entra Tomoyo a la sala preocupada, mirando el reloj- ¡Eriol todavía no llega!
-Es cierto- anota Tsi- ¿Será que tuvo un inconveniente en Inglaterra?
-Tal vez pasó algo con Kaho o Nakuru- propuso Mei.
-O tal vez el inconveniente esté aquí- baja la mirada Tomoyo, con la voz temblorosa- ¡Pero no nos vamos a desanimar por eso! ¡Es tu día, Sakura! Y si no llega, pues él se lo pierde ¿no te parece? ¡Vamos a ponerte preciosa!- toma de la mano a su amiga y se la lleva hasta su habitación, seguida por Tsi.
-¿Qué quería Touya?- pregunta Mei Ling, una vez Sakura se hubo retirado.
-Sólo quiere llevar a su hermana al altar, lo que me parece lo más justo ¿no crees?- dice Shaoran.
-Bueno, sí, es lo más justo...- Mei mira el reloj y se lleva las manos a la cabeza- ¡Ya es tarde! ¡Voy a arreglarme y más vale que ustedes también!
Ella sube rápidamente a su alcoba, dejando a Shaoran, Ken y Yukito sonriendo levemente.
-Es por eso que la amo- se sonroja Ken.
Tsi le abrió la puerta y ella sintió la brisa vespertina frente a su rostro. El sol empezaba a ponerse sobre el horizonte, la hora cero se acercaba cada vez más y más; y los latidos de su corazón iban cada vez más rápido, se aceleraban cada segundo, porque era un segundo menos de espera. Pasó su mirada sobre sus amigas, Mei Ling y Tsi lucían contentas. Tomoyo también sonreía, aunque podía notar que seguía triste y preocupada, porque Eriol todavía no hacía acto de presencia. Mei Ling le abrió la puerta del auto.
-Bien, nosotras nos iremos en el otro vehículo y nos encontraremos en la iglesia- la besa en la mejilla- nos vemos...
Sakura quedó sola, sólo con el chofer. Ese era el “tiempo de reflexiones” del cual Tsi le había hablado. Era el tiempo en donde se ponía pensar en todo lo que había pasado... y todo lo que estaba por venir. Estaba segura que si cerraba los ojos, podría ver pasar todos los recuerdos, desde el primer día en que conoció a Shaoran. Eran tantas peleas, alegrías, confusiones y tristezas, pero ella las recordaba todas y cada una. Recuerda el rostro de él cuando le dijo “¡Es que tú me gustas mucho!” sus mejillas sonrojadas y su voz temblorosa. Cuando se despidieron en el aeropuerto. Cuando enviaba sus cartas y estas no eran respondidas, cuando lo volvió a ver después de diez años y lo creía casado con Pai, y sus celos estallaron al enterarse que no era verdad. Recuerda el rostro de él cuando le fue a buscar al aeropuerto, y ambos sellaron su pacto de amor eterno.
-¿Muy feliz hoy?- pregunta el chofer, sacándola de sus pensamientos.
-Cómo no estarlo- sonríe Sakura- es el día más feliz de toda mi vida...
-¿Le quiere mucho?- vuelve a preguntar.
-Más que a nada en este mundo, se lo puedo asegurar. Shaoran es con quien quiero pasar el resto de mis días...
-Ya veo...- han llegado a la Iglesia y el chofer detiene el auto. Sakura se preocupa al notar que no puede abrir la puerta- disculpe ¿ocurre algo?
-Te lo diré otra vez: estás cometiendo un grave error- el chofer se voltea hacia ella y da un grito de susto al comprobar que el hombre es su hermano.
-¡Touya! ¿Qué haces aquí? ¡Déjame salir!- dice forzando la puerta.
-Sólo quiero que me escuches un momento, hermana- le dice él seriamente.
-Bien- suspira Sakura recostándose en el asiento- te escucho.
-Sabes que no estoy ni estaré nunca de acuerdo con tu relación con Shaoran Li... es quiero que lo tengas presente. Y si vine hasta aquí fuera para impedir que te casaras con él, no te voy a mentir. Pero... ese brillo en tus ojos... el tono de tu voz cuando hablas de Shaoran... me hizo recordar que también muchos se oponían al matrimonio de mis padres y sin embargo, fueron felices. Y no dudo que él te vaya a hacer feliz Sakura, porque sé que te ama, aunque me duela aceptarlo. Sakura, lo que temo no es que seas infeliz, sino que estés en peligro, que te ocurra lo mismo que mamá. Eres lo único que me queda en la vida, hermanita, y no pienso dejarte en las manos de ese chico, en las que seguro correrás peligro... no soportaría perderte...
El rostro de Sakura se había suavizado por completo. Extendió su mano hacia su hermano y le acarició dulcemente la mejilla. Al fin podía comprenderlo, tal vez todo hubiera sido más fácil si él lo decía desde un principio.
-Touya, tú también eres lo único que me queda... eres mi familia. Te prometo que me voy a cuidar, además si sabes que Shaoran me ama, sabrás que él no dejará que nada me pase... sólo te pido que confíes en mí...
Touya besó a su hermana en la frente. Luego salió el carro y le abrió la puerta a ella, quien le tomó del brazo, sonriendo completamente.
-¿Lista?- le pregunta Touya.
-Desde siempre- fue la feliz respuesta de su hermana.
Touya caminó decidido, llevando a Sakura de su brazo. Él tal vez nunca lo admitiría, pero ése era uno de los momentos más felices de su existencia. Frente al altar estaba Shaoran sonriente y a su lado, Mei Ling, dando un suspiro de alivio al ver aparecer a Sakura. Touya unió las manos de Sakura y Shaoran con una mezcla de tristeza y ternura.
-Ya sabes que si algo le pasa, no vivirás para contarlo- le advierte Touya.
-Daré mi vida para protegerla- le asegura Shaoran.
-Vaya, ahora comprendo cuáles eran tus “asuntos pendientes”- se acerca Tomoyo a Yukito, quien está sentado en la primera fila.
-No tienes idea de lo que me costó convencerlo para que viniera- sonríe él.
-A quien sí no pudimos convencer fue a Kero- se ríe Tomoyo levemente, recordando que el pequeño guardián sí había dicho que “jamás” asistiría a la “sentencia de muerte” de Sakura. De modo que se encerró por propia iniciativa en el libro y dijo que no saldría de allí “en un tiempo considerable”.
-Ya saldrá de allí, ya lo verás- le asegura Yukito.
Sakura y Shaoran se sienten, mientras el sacerdote empieza a hablar.
Yukito da un suspiro. De repente ha empezado a pensar en Pai. Ni siquiera hace unos meses se separaron y ya la está extrañando. Ambos decidieron esperar... mira hacia el techo, y sonríe levemente al recordar a la chica. Sí, sabe que valdrá la pena esperar un poco más y entonces se decide a obviar su situación por un momento y centrar toda su atención. Entonces ve como su amigo Touya se coloca a su lado, sonríe para sus adentros al ver el rostro de malhumor que se trae el mayor de los Kinomoto, ya que Yukito sabe que en el fondo, Touya está feliz. Pero eso él jamás lo aceptará.
Mei Ling deja de poner atención a las palabras del sacerdote cuando siente la cálida mano de Ken sobre la suya. En el fondo está emocionada porque sabe que muy pronto ella también estará frente al altar. Lo más irónico es que siempre pensó, desde niña, que sería con Shaoran con quien finalmente uniría su vida. Pero al final las cosas no sucedieron así... ¡Cuánto se alegra ahora!
Trata de prestar atención a la ceremonia, sin embargo, Tomoyo no puede dejar de mirar hacia atrás con algo de disimulo, buscando en vano el rostro de Eriol. ¿Por qué no se presenta? La angustia le carcome el alma como nunca creyó... porque era cierto que había tenido romances anteriores a éste, pero nunca lo había tomado así... nunca necesitaba saber a ciencia cierta en dónde estaba él. Durante días se había estado preguntando por qué siempre terminaba pensando en Eriol, por qué estaba angustiada si él no estaba con ella. Y sólo ahora, frente al altar, fue cuando pudo darse cuenta que se había enamorado profundamente, como jamás creyó estarlo en toda su existencia.
-A buena hora te das cuenta, Daidoji- murmura ella para sí, sonriendo con una amarga ironía.
-....y ahora, si hay alguien que crea que este matrimonio no deba realizarse, que hable ahora o calle para siempre...- al terminar de pronunciar estas palabras, todas las miradas se posaron automáticamente sobre Touya, quien empezó a ponerse rojo, mezcla de vergüenza e ira.
-¿Pero qué les pasa?- masculló, hundiéndose en su asiento, ante la sonriente mirada de Tomoyo, Mei Ling y Yukito.
Ante el silencio de los demás, Mei Ling respiró profundamente, al igual que Tomoyo, quienes tenían el leve temor que Touya levantara la voz ante esta pregunta.
-¡Esperen!- se escuchó una voz por todo el lugar- ¡Aún no pueden casarse!- todos los presentes intercambiaron miradas de confusión. Y a los pocos minutos, las miradas rodearon a Touya nuevamente, quien esta vez sí se exasperó.
-¿Y por qué demonios tengo que ser YO? ¡¡Soy receloso con mi hermana, pero ningún psicópata!!- se enoja.
-¿Entonces quién más podría querer impedir la boda?- pregunta Mei Ling sorprendida.
Sakura mira a todos lados, está segura que esa voz la conoce, pero en éstos momentos no la logra identificar. Shaoran toma su mano fuertemente y ella le mira preocupada.
-¡Esta boda aún no puede realizarse!- vuelve a decir la voz.
-¿Y por qué no?- se pone Tomoyo a la defensiva inmediatamente.
-Por que hace algo de tiempo le hice una promesa a la novia... y le dije que se lo cumpliría antes de su boda, por eso aún no puede casarse...
-¿Se puede saber por qué no muestras tu rostro?- reclama Mei Ling furiosa, porque ya realmente era el colmo, ni en su peor suposición ella hubiera esperado algo así- Además ¿qué clase de promesa le hiciste a Sakura?
-Promesa... una promesa....- murmura Sakura tratando de recordar algo.
-Le prometí que haría feliz a una persona... una persona muy especial para ella...
-¿De qué demonios hablas?- Mei Ling estaba a punto de estallar realmente.
-Prometí que haría feliz a la persona que más amo en este mundo... por eso no pude rehusarme. De modo que, Sakura, no te fallé- una hermosa melodía empezó a sonar en todo el lugar. Sakura sonrió inmediatamente, al parecer pudo recordar de qué se trataba todo este asunto tan extraño, Shaoran la miró buscando respuestas, pero ella sólo le miró dándole tranquilidad.
-Esa... esa canción- Tomoyo sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas rápidamente, que empezaron a caer al suelo. Esa canción era la melodía en piano que ella cantaba cuando era niña. Eriol siempre le decía que era “nuestra canción”. Justo en ese momento todas sus dudas, todas sus tristezas, quedaron disipadas.
-Tomoyo, cariño, no tienes idea de lo mucho que sufrí al verte triste. Te aseguro que tendrás una explicación para todo... estoy lleno de muchas dudas, lleno de muchos temores, creo que lo único de lo que me siento seguro es este sentimiento que tengo atravesado en el pecho cuando siento tu presencia, cuando sus dulces ojos se posan sobre mí, cuando tu dulce voz se deja oír... te amo T-chan, no sabes cuándo me honraría que unieras para siempre mi vida con la tuya...- Eriol aparece detrás de las cortinas de la Iglesia, mirando directamente a Tomoyo-... no sé cómo sobreviviría sin ti...
Ella, aún con lágrimas en los ojos, fue corriendo hasta donde él se encontraba, con los brazos abiertos esperándola.
-¿Cuál es tu respuesta?- le mira él dulcemente- creo que moriré de ansiedad si no me respondes ahora...
-No tienes idea de cuánto he esperado este momento... toda la vida, creo que toda la vida- ella le da un apasionado beso en los labios. Por unos minutos, el mundo se detiene, sólo existen ellos dos. Eriol la toma por la cintura tiernamente, como tratando de nunca más separarse de ella, de mantenerla aferrada a él. Nada puede detener este radiante y feliz momento...
-Ejem...- dice Mei Ling observándolos- muy tierno, pero tenemos que terminar con esta boda.
...bueno, nada es eterno ¿o sí?
La pareja se separa algo avergonzada y se sienta. Mei Ling se hace seña al sacerdote para que continúe.
-Tremenda cursilería- masculla Touya- ¡¿Tanto lloriqueo y lagrimotas por esto?!
-¿Está ocupado?- se sienta una hermosa conocida suya, él se asombra.
-¿Kaho? ¿Qué haces aquí?
-A llenarte de cursilerías, Touya-chan....- sonríe ella sin mirarle.
Después de terminada la ceremonia, Shaoran se llevó a Sakura (en brazos) hasta un auto y de allí partieron hasta un hotel a pasar la noche de bodas. Debido a los compromisos de él con el Concilio, su luna de miel se pospondría. Llegaron al hotel sonrientes y alegres, enseguida en la recepción le dieron su habitación y ambos, tomado de la mano, se dirigieron hacia ella. Una vez allí, Shaoran cerró la puerta tras de sí. Respiró profundamente y escuchó... nada. Exactamente lo que quería oír, había sido un día lleno de bullicios, ajetreos e inconvenientes. Pero finalmente, lo que debía de ocurrir, ocurrió. Ahora eran realmente inseparables, en realidad nunca lo fueron, pero ahora tenían una excusa para mantenerse más unidos. Dio un suspiro al volverse a ella. Se veía cansada, al igual que él, pero no por eso la hermosa sonrisa se apartaba de su rostro. Tomó su mano a la tenue luz de la habitación... pudo sentir cómo ella se acomodaba sobre su pecho. En segundos ambos se encontraban acostados, aferrados uno sobre otro. Su mentón acariciaba levemente su frente y sus manos permanecían entrelazadas.
-Ha sido un largo día...- rompe él el silencio.
-No negarás que ha valido la pena...- suspira ella
volteándose hacia él.
-Jamás... jamás negaría eso....- sonríe.
-Y pensar por todo lo que tuvimos que pasar- murmura ella tomando su mano con leve ternura. Entonces ambos cerraron los ojos, evocando todos los sucesos de aquel día.
-Fue algo totalmente loco ¿no?- rompe ella el silencio- creí que nunca acabaría... fue el día más feliz de mi vida...
-Fue todo sorpresivo, en especial la llegada de Eriol, yo no me lo esperaba ¿tú sí?- le pregunta Shaoran acariciándole el cabello a su esposa.
-La verdad no, él me había prometido hacer feliz a Tomoyo, pero se me había olvidado que la promesa debía cumplirse antes de mi boda- sonríe ella inocentemente.
Él la contempló por unos segundos. Su esposa.... aún no podía creerlo. Ella notó sus profundas miradas.
-¿Ocurre algo?
-¿Sabes?- dice plantándole un beso en los labios- te amo...
-Yo también te amo- le responde ella sonriéndole.
Residencia de la Familia Li.
Era natural que todos en la casa estuvieran dormidos, después de todo el día estar corriendo de un lado a otro para tener todo arreglado en la ceremonia y que quedara perfecta. Pero Tomoyo y Eriol eran la excepción. Ellos no estaban dormidos, no porque no estuvieran cansados, sino porque estaban disfrutando la máximo de su amor. Estaban en el sillón de la sala, besándose como nunca, hasta que repentinamente Tomoyo se detuvo.
-¿T-chan?- le pregunta Eriol- ¿Qué ocurre?
-Es que...- ella le besa de nuevo- aún no lo puedo creer...- le besa otra vez- todo lo que ha pasado es increíble.
-Lo que viene será mucho mejor, te lo puedo garantizar- le abraza él. Ambos quedan recostados en el sillón, abrazados.
-Perdóname- dice Eriol- he sido un...
-Yo también tengo algo de culpa- suspira ella- creo que exageré algo...
-Tomoyo, yo...
-No digas nada, es absurdo estar recordando malos ratos. Lo importante es el ahora... en donde estamos felices ¿no te parece?
-Sí... ya verás que serás la mujer más feliz del mundo, me voy a encargar de eso, mi T-chan...
-No lo dudo- cierra los ojos tomando a Eriol fuertemente de la mano.
-Pero me prometiste explicaciones- ella abre los ojos y le mira- en realidad quisiera saber la razón de tus viajes tan repentinos y prolongados a Inglaterra...
Tomoyo nota como el rostro de Eriol cambia radicalmente. Es una mezcla de preocupación, miedo y desesperación. Ella le mira extrañada, no entiende por qué el cambio del joven.
-¿Ocurre algo malo, Eriol?- pregunta ella, ansiosa de una respuesta.
-Digamos que he estado haciendo exhaustivas investigaciones...
-¿Investigaciones? ¿Pero de qué?- le interroga su novia.
-T-chan... puede que ahora estemos en un momento tranquilo y feliz, pero… según lo que he averiguado, puede que esto no dure mucho.
-¿Qué quieres decir?- se preocupa ella enseguida.
-No sé si sea grave pero...
-¿Cómo no va a ser grave?- dice ella desesperada- ¡¡Si es algo que te pone así de preocupado debe ser muy grave!! ¡Mira cómo te pusiste!! ¡¿Y ahora qué es lo que viene? ¡¡¿Qué?!!
-Eso es lo peor del caso, que no lo sé a ciencia cierta...- él toma la mano de Tomoyo y la besa con ternura- pero no dejaré de averiguar y, aunque no sepa qué es lo que ocurrirá, quiero que sepas que voy a protegerte contra todo ¿Entiendes? ¡Contra todo!
Ambos, apretando fuertemente sus manos aún, se funden en un abrazo.
Fuera de la Residencia Li.
Una sombra se esconde tras un árbol. La luz de la luna alumbra un poco y se puede distinguir que es la figura de una mujer la que está afuera de la casa de Shaoran Li. Observa la casa fijamente. La mujer está cubierta con una capa negra, que no deja ver su rostro, lo único que puede verse son sus penetrantes ojos, que son de un color azul intenso. En sus manos trae un medallón con un extraño símbolo. Da unos cuantos pasos y suspira profundamente, como tratando de darse fuerzas.
-Tranquila... recuerda que sólo cumples órdenes- murmura para sí.
Toma el medallón fuertemente y de entre sus ropas saca una daga, que tiene el mismo símbolo que el medallón. Toma la daga y se hace una cortada superficial en su mano derecha. Da un pequeño gemido de dolor cuando el metal roza y corta su piel. La sangre aparece al instante, entonces extiende el medallón con su mano izquierda y con la derecha vierte su sangre sobre el medallón, mientras pronuncia unas extrañas palabras que parecen ser un hechizo antiguo. Cuando termina de hablar, su herida se cierra automáticamente y el medallón desaparece dejando un polvo de color negro que se esparce por el aire.
Ella entonces da un suspiro de alivio y se aleja de allí corriendo, sin darse cuenta que la daga se le cayó accidentalmente en el suelo.
CONTINUARÁ...
06 de Octubre 2001, 11:04 a.m.
Notas
de Autora:
¡Cumpliendo
lo prometido! Aquí tienen la continuación del fic “Destino y Esperanza” hacía
tiempo venía con ganas de escribirla, pero las ideas que tenía no se
concretaban bien. Había hecho un capítulo que era totalmente distinto a este,
pero se me borró el archivo u_u (y a estas alturas aún no sé por qué) me puse un poco brava y un poco triste por lo
del archivo y dejé el fic “dormido” por un tiempo. Pero un buen día decidí
abrir mi cuenta de “pendientes” y me decidí a escribir de nuevo el cap1, pero
me salió totalmente diferente al anterior. Este que acaban de leer me gusta más
n_n de modo que así se quedó.
**Avances del Capítulo 2: “Buenas noticias y extraños sucesos”:**
Ha
pasado un mes desde que se llevó a cabo su boda, Sakura y Shaoran ya se han
habituado plenamente a la vida matrimonial. En el momento en que Sakura va a
darle una noticia muy feliz a su esposo, éste se da cuenta de que un aura muy
extraña lo está envolviendo a él y a su familia. Eriol le habla desde Inglaterra
para comunicarle sus temores y ambos empiezan a preparase para lo que pueda
venir. Mientras, Sakura teme comunicarle algo a Shaoran, temiendo que le cause
más preocupaciones de las que ya tiene.
Okis,
entonces les espero en el capítulo 2, que estará lleno, como su título lo dice,
de “buenas noticias y extraños sucesos”, ahora sí me voy despidiendo y diciéndoles
que todo tipo de comentarios, sugerencias y críticas serán recibidas con una
sonrisa, favor enviarlas a rei01@tokyo-3.com