LAS GUERRERAS DE LA LUNA MÁGICA.

 

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CAPITULO IX. Traidores...

 

 

Hace milenios... un niño del clan Atram despertó en medio de una pesadilla para abrir los ojos dentro de otra pesadilla aun peor, fuera de su casa, gritos lastimeros inundaban la noche que se iluminaba por la enorme hoguera en que se había convertido su aldea, trato de levantarse y correr al lado de su padre, pero antes de que lo lograra, el cuerpo inerme de su hermano atravesó la pared destrozándola con el impacto y cayo en medio de un charco de sangre a los pies del pequeño, preso del terror, este chico comenzó a correr entre su pueblo que yacía derrumbado muerto sobre sus propias tierras, sus pies se mojaban con la sangre de amigos y familiares y un olor extraño y amargo inundaba su nariz haciéndolo toser, con una mirada, se dio cuenta de que, fuera lo que fuera lo que estaba destruyendo a su clan, venia de por encima de él...

Y temeroso, pero decidido, alzo la mirada para encontrarse con un hombre embestido en una túnica que fulminaba blancos a placer con una luz que salía de sus manos para caer certera como un rayo...

 

En ese momento, dio un paso atrás para pisar un rama que crujió ante el peso del chico, y ese sonido, ese ruido casi imperceptible en medio de aquella masacre le pareció el peor de los truenos a aquel niño que miro lleno de miedo como el rostro del extraño giro sobre sus hombros hasta que su mirada quedo fija sobre el...

 

—Vaya... parece que aún falta uno mas— Le dijo al mismo tiempo que su manos comenzaron a brillar apuntando directo al niño –Si en algo te consuela chico... vas a caer por la mano del mejor de los hechiceros...

vas a caer por la mano...

de Zaarel—

 

Un destello rojo y ese calor quemante y horrendo es lo único que este chico recordó después de esa noche, al salir el sol, y sin comprender como era que seguía vivo, el niño camino entre cadáveres y cenizas hasta encontrar una mano que se movía pidiendo ayuda, era la mano de una chica, de su edad, una niña...

 

Así comenzó la leyenda de Ascot...y través del tiempo, el nombre de este chico que creció y se convirtió en hechicero, que creció y se convirtió en hombre, que creció y se convirtió en demonio, fue recordado como símbolo de valentía, Ascot, aquel que no le temía a nada...

 

Pero como todas las leyendas, esta no decía toda la verdad... pues en su vida, Ascot siempre temió el nombre de ese hechicero que masacro a su clan en una noche... siempre temió el nombre de Zaarel...

 

Tiempo después... mucho tiempo después, cuando una paz surgió en medio de la guerra que un solo hechicero dio fin, comenzó lo que fue llamado el gran torneo de los clanes, un evento para recordar aquellas épocas de gloria y brutalidad... en esos momentos, ya nada importaba al hechicero llamado Ascot, de no ser por la vida de una chica llamada Pamela, la vida de la mujer que amaba...

 

Así que el no estuvo presente en estas peleas hasta que llego la final, donde el debía de combatir con el que se hubiera ganado el derecho de retarlo... ese fue un hechicero, un muchacho, que por nombre...

Llevaba el de Zaarel...

 

Y Ascot sintió miedo, miedo de ese nombre, pero además,  miedo de esa aura llena de ira que rodeaba a su oponente...y fue cuando lo reconoció... con otro cuerpo, con otro rostro... pero no había duda... era el mismo, Zaarel...

 

La pelea fue cruenta, la batalla fue larga hasta que llego a su punto culminante, como una obra que ve caer el telón al ser finalizada, el combate por el poder terminó con una técnica prohibida, desenterrada por el mismo Ascot, el Savation, y con esta técnica muchos cuerpos perdieron sus almas, Zaarel, Pamela... y uno mas, el mismo que la había ejecutado... Ascot.

 

Por que ese día... la furia, el odio, el remordimiento hicieron presa del hombre que alguna vez fuera el ser mas poderoso de su mundo...   

Y el miedo... el miedo hacia aquel nombre que lo había atormentado desde niño se hizo presente una vez mas, por que Ascot, volvió a temer el nombre de Zaarel...

 

Eso fue hace mucho... Y en la mente de Ascot el mismo pensaba que ya lo había superado, sin embargo, cuando un ser extraño le dijo que Zaarel lo buscaba sus manos temblaron como hacia milenios no lo hacían, y fue ese mismo temor el que le evito el decir la verdadera identidad de este invasor, por que en su mente, en su alma y en su corazón, Ascot conservaba la esperanza de que el Zaarel que inicio esta pelea no fuera el mismo que lo reto en el torneo de los clanes...

Hace un momento...

La voz grave y fría de un guerrero consumió esa esperanza... pues esa voz era la misma, y esa aura, esa aura que inunda la nave... sin una pizca de piedad, sin alma y sin corazón... no es otra que la de Zaarel.

 

Pero ahora hay algo nuevo...

 

Y eso es que este Zaarel vino bajo el símbolo guerrero, y además, esta vez no vino solo, pues a su lado, cuatro guerreros lo acompañaron, cuatro de los enemigos jurados de su clan atacaron juntos este planeta, y ahora, un quinto guerrero, con las manos llameantes y la mirada llena de odio, una nueva guerrera lo acompaña en su lucha, una guerrera que hasta esta mañana había prometido proteger este mundo...

 

Ella es Haruka

 

Pero mientras que Ascot y sus dos discípulas tratan de comprender lo que pasa, la voz seca, fría y muerta de Zaarel interrumpe sus pensamientos resonando una vez mas en la nave...

 

—Aun falta una pelea Ascot... véncela, y pelearas conmigo...—

 

—Zaarel... ¡¿Te escondes detrás de una mujer?! ¡Ven y pelea como el guerrero que dices ser!— Grita Ascot lleno de ira, pero el silencio le da una respuesta, el murmullo del viento se acalla y es solo el chisporrotear del fuego que baila incesante en las manos de Haruka el que interrumpe la calma

 

—Ya lo oíste Ascot... si quieres a Zaarel deberás de vencerme—

 

—Pero... Haruka... ¿De que hablas?— Pregunta confundido el hechicero

 

—Haruka, ¿Qué pasa? ¿Por qué peleas del lado de Zaarel?— Grita Hotaru sin bajar su lanza que apunta hacia su compañera –Hotaru tiene razón, que diablos te pasa Haruka, pareciera que de verdad vas a protegerlo!!!—

 

—Setsuna, Hotaru , no se entrometan en esto, no quiero hacerles daño...—

 

—No hablas en serio verdad? Por que quieres proteger a Zaa..—

 

—¡¡¡Cállate Setsuna!!! ¡¡Tu no comprendes, Ascot es quien tiene la culpa de todo!!!—Responde Haruka con un grito haciendo callar a su amiga que la mira incrédula...

 

—Haruka...— Susurran Ascot y Hotaru al mismo tiempo

 

Sin decir nada mas, la figura de Haruka comienza a avanzar lentamente hacia Ascot que permanece inmóvil, por un segundo, tanto la Sailor como el hechicero se miran uno a otro tratando de encontrar algo dentro de sus ojos, por un segundo, pero pasado el instante, ambas siluetas se vuelven una mancha borrosa mientras que un golpe ensordecedor retumba dentro de la nave

 

—¿Dónde están?— Pregunta Hotaru al sentir el temblor que cimbra el piso bajo sus pies

 

—Están ahí, pero se están moviendo muy rápido, no puedo verlos, no puedo creer que Haruka pueda pelear de esa forma— Contesta Setsuna quien trata de seguir los movimientos de ambos peleadores

 

Mientras tanto, Un hilillo de sangre que aun escurre de la frente de Ascot se pierde en el aire al volar directo hacia Haruka que parece adivinar los movimientos del hechicero, las manos de Ascot se encienden para liberar varios rayos de luz que Haruka esquiva con facilidad y contesta de un golpe que hace volar una de las paredes de la nave, sin distraerse por esto, Ascot sigue volando en dirección a Haruka quien trata de detenerlo con las esferas de luz que surgen de sus manos, no es suficiente, cuando el hechicero logra llegar frente a Haruka que parece sorprendida al ver como las manos de Ascot de llenan de luz, pero antes de que el muchacho pueda hacer algo mas, un estallido que surge del cuerpo de la chica lo arroja hacia atrás obligándolo a retroceder hasta quedar suspendido en el aire...

 

—Impresionante...— Susurra Ascot al  sentir como una nueva herida se abre por debajo de su ceja

 

—Así es Ascot... Zaarel me dio el poder suficiente para destruirte, todo el poder que pudiera imaginar por llevarle tu cabeza...—

 

—Ya veo... te hizo lo mismo que a Guruclef... el también esta controlando tu odio y tu rencor...—

 

—No se de que estas hablando Ascot...— Dice Haruka mientras que agacha su cabeza y cierra sus puños —Si estoy pelando contra ti, es por que te odio... ¡¡¡Tu me quitaste lo que mas quería en este mundo!!! ¡¡Tu me quitaste a Michiru!! ...Y la dejaste morir...— Una lágrima acompaña el grito de Haruka quien baja la mirada tratando de ocultar su llanto ante el hechicero que retrocede confundido por las palabras de su discípula...

 

—¿De que.. estas hablando?—

 

—Y ni siquiera... te diste cuenta verdad...? No lo entiendes Ascot... Michiru... ella te amaba... ella murió tratando de encontrarte... tu nombre fue lo último que ella dijo antes de que su luz te extinguiera... Tu me la quitaste, ella era mi estrella y tu... ¡¡¡Tu me la quitaste Ascot!!! ¡¡Y nunca te voy a perdonar que lo hayas hecho!!—

 

Las palabras de Haruka se pierden el viento para sorpresa de Ascot que mira incrédulo como las lágrimas brotan incontrolables de los ojos de la chica mientras que su voz  resuenan en los oídos del hechicero

 

—¿Ella me... amaba?— Se pregunta a si mismo el muchacho un momento antes de que la figura de Haruka se lance sobre él

 

—Zaarel me prometió que me la devolvería si te mato!!—  Grita Haruka mientras que concentra toda su energía en sus manos y apunta la enorme cantidad de poder en contra de Ascot que permanece inmóvil sin poder creer en las palabras de Haruka

 

—Pero Haruka yo...— es hasta ese momento que Ascot se da cuenta de la enorme esfera que Haruka mantiene en sus manos, casi de inmediato, alza los brazos tratando de detenerla  pero el ataque de la Sailor lo golpea de lleno haciéndolo lanzar un grito que nuca sale de su garganta, como si el tiempo se detuviera, la esfera sigue avanzando hasta chocar contra una de la paredes que se vence como si no fuera nada ante el poderío de la Sailor que mira satisfecha pero con las pupilas brillando aun  por las lágrimas...

 

Detrás de ella, tan Hotaru como Setsuna miran sorprendidas como la esfera sale de los restos de la nave y una vez en el cielo oculta la luna con una explosión que envuelve con humo el lugar.

 

—Ascot...— Murmura quedamente Hotaru mientras que sus ojos brillan por las lágrimas al ver como la silueta del hechicero se pierde entre las llamas y casi de inmediato apunta su lanza hacia Haruka que voltea lentamente para fijar su mirada sobre las dos Sailors tras de ella.

 

—!!!Ascot!!!— Grita Setsuna una vez mas, pero su grito no haya respuesta al igual que las lágrimas que Hotaru derrama sobre su traje, las manos de la pequeña se tensan, y  antes de que Setsuna pueda detenerla corre en dirección a Haruka que se limita a observarla para levantar la mano creando una corriente que golpea a Hotaru haciendo que suelte su lanza... –No quiero pelear contigo Hotaru—Dice quedamente la Sailor al ver la mirada furiosa de la pequeña quien no puede creer en lo que pasa

 

—¡¡No!! ¡¡Nosotras prometimos cuidar este mundo, sin importar quien fuera nuestro oponente!!— Grita Hotaru y de un salto se pone de pie y toma su lanza del suelo, una lágrima que nunca escapa de las pupilas brilla en sus ojos justo en el momento que se arroja una vez mas sobre Haruka quien trata de detenerla arrojándole una esfera de fuego que la niña evita de un salto, aun no ha caído cuando su lanza gira sobre su cabeza para caer apuntando a Haruka quien mira sorprendida los movimientos de la pequeña...

 

—Sin importar quien fuera nuestro oponente...— Murmura Hotaru mientras que su lanza apunta directo a la garganta de Haruka –Sin importar quien fuera nuestro oponente... Tu me lo enseñaste...—

 

Por un segundo, la mirada de Haruka tiembla al sentir el acero debajo de su garganta, pero al ver los ojos de Hotaru, no puede evitar que una sonrisa se dibujo en su rostro...

 

—No... no te atreverás, como yo no podría matarte... tu no puedes matarme a mi... mi pequeña Hotaru...— Dice Haruka con un tono maternal, para después acariciar el rostro de la pequeña que comienza a sollozar una vez mas al comprender las palabras de Haruka.

 

—Yo... yo no... no podría hacerlo... yo, tu eres mi...— La frase no termina cuando las palabras de la niña comienzan a ahogarse entre sollozos y sin poder resistir suelta la lanza que sostenía en sus manos la cual cae con un ruido seco y frío al suelo...

 

—Yo no puedo— Balbucea Hotaru para abrazar a Haruka quien la rodea con sus brazos mientras que le dice...

 

—Yo tampoco Hotaru, no quiero pelear contigo... pero si no dejas que me encargue de Ascot...—

 

—Eh?—

 

—¡¡¡Entonces no tendré otro remedio que matarte!!!—

 

Las manos de Haruka se encienden una vez mas al contacto con el cuerpo de la niña que mira incrédula como los ojos de Haruka se vuelve a llenar de odio al mismo tiempo que su manos derecha se posa sobre el pecho de la chica para liberar una enorme esfera de energía que golpea de lleno a Hotaru haciéndola volar con un grito hasta caer a los pies de Setsuna...—

 

—¡¡¡Hotaru!!!— Pero el rostro de la pequeña no muestra reacción alguna, sus ropas quemadas aun humean cuando los brazos de Setsuna la toman por la espalda para repegarla contra su pecho mientras que sus lágrimas resbalan por sus mejillas para caer tibias sobre el rostro de la niña...

 

—Hotaru... contéstame, por favor, Hotaru...!!!—

 

—Le dije que no interfiriera...—

 

—Haruka...!!! Cómo pudiste... ¿!Como pudiste?!— Grita Setsuna liberando toda su energía provocando que el piso debajo de ella vuele en pedazos

 

—Tu no comprendes Setsuna... Zaarel, Zaarel es la única verdad, el tiene razón, todo lo que ha pasado es culpa de Ascot... Ami, Rei... y Lucy, esas niñas, todas murieron por su culpa... el trajo el mal, el trajo la muerte para este mundo...—

 

—¡¡No seas tonta Haruka!! ¡¡El fue quien las mato!! ¡¡El es nuestro enemigo!!—

 

—¡¡No es cierto!!— Contesta Haruka liberando su poder haciendo que varias columnas de fuego se alcen a su pies, por su parte, Setsuna deja a Hotaru y toma su lanza para apuntar a Haruka que comienza avanzar hacia ella, pero antes de que de un paso mas, el humo que inundaba la nave comienza a arremolinarse hasta formar un torbellino...

 

—Setsuna cuida a Hotaru...— Dice una voz detrás de la Sailor –Ella no es Haruka... Zaarel le hizo lo mismo que a Guruclef, ella dará su vida por el antes de rendirse... no podemos hablar con ella...—

 

—Ascot...!!— Responde Setsuna al reconocer la figura del hechicero que se alza sobre la cortina de fuego a sus pies, su cuerpo malherido y sangrante camina lentamente hacia la mujer que mira incrédula la enorme herida que cruza su pecho...

 

—Vaya... creo que no fue suficiente verdad...—

 

—Haruka... ya basta, por Michiru, no hagas esto...—

 

—¡¡No te atrevas a pronunciar su nombre!!—

 

—¡¡Tal vez ella me quería, tal vez ella me amaba. Y me arrepiento por no haberme dado cuenta, pero esa no es razón suficiente para que pelemos, ella no querría esto, ella deseaba proteger este mundo mas que a nada !!—

 

—No... no es cierto, yo... yo no... Dios... Hotaru... que estoy haciendo?—

 

—¡¡Reacciona Haruka, tu eres mas fuerte que Zaarel!!—

 

—¡¡No!!! ¡¡¡Noooooooo!!!— Grita Haruka y sin poder controlar sus lágrimas se arroja una vez mas sobre Ascot quien cierra los ojos al ver la decisión de la chica

 

—Haruka... lo siento...— Murmura el hechicero y salta para encontrarse con el puño encendido de la chica, ambas siluetas se cruzan en el aire provocando un destello que ilumina la noche por un segundo para darle paso una vez mas a la oscuridad, la figura de Ascot cae de pie para después inclinarse sobre sus rodillas mientras que la de Haruka cae con un golpe seco y los ojos cerrados...

 

—Haruka...— Una lágrima, una lágrima que por fin logra salir de las pupilas de Ascot se combinan con la sangre sobre su rostro al ver la figura inmóvil de su amiga tendida en el suelo...

 

—Ascot...— Se escucha la voz de Haruka dentro de la cabeza del hechicero –Perdóname... pero no comprendes como me sentía... Ascot... salva el alma de Michiru... por favor... ella te ama...—

 

te ama...

 

—¡¡¡Harukaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!— El grito de Ascot desgarra la noche al mismo tiempo que la presencia de Haruka se disuelve junto con el fuego que rodeaba sus manos y Ascot, por segunda vez, en una sola noche, mira, y siente la impotencia de ver como uno de sus amigos, una de sus discípulas muere sin que el pueda hacer algo, y por segunda vez, en una noche, Ascot siente temor, y siente odio contra el que comenzó todo esto... y por segunda vez, en una noche... Ascot recibe otra petición, otra promesa que habrá de cumplir...

 

 

—Ascot...—  Susurra la voz de una mujer enmedio de la oscuridad

 

—Setsuna... como esta Hotaru?— Contesta el muchacho al darse cuenta de que Hotaru yace tendida sobre las manos de Setsuna

 

—Ella... estará bien, pero tu... te ves muy débil, no creo que...—

 

—No... aun falta uno, quédate aquí Setsuna, cuida a Hotaru... Yo iré por Zaarel... esto termina ahora...—

 

—Pero Ascot... –

 

—Estoy bien... mis heridas sanaran pronto—

 

—Pero, estas sangrando, y tus ojos, hay demasiado dolor en ellos...—

 

—No... se lo debo a la las chicas... no puedo darme por vencido aun...—

 

Ambas miradas se cruzan, y por un segundo, ambas almas se exploran una a la otra, se consuelan mutuamente, y es cuando Setsuna comprende el dolor de Ascot, pero no hace nada, sabe que no puede hacerlo, y lo único que se le ocurre es acercar su rostro al del muchacho para besarlo en la mejilla... y Ascot, el agradece la intención de la mujer a su lado, y por un segundo, por un momento, la confianza que había perdido al comenzar la noche regresa a él, su mirada se dirige hacia la niña que yace inconsciente, y  su rostro deja salir una leve sonrisa al ver el rostro de la pequeña, como si durmiera... tan hermosa.

 

—No te preocupes... cuando despiertes esto habrá terminado...—

 

Setsuna asiente a las palabras de Ascot para después mirar como se aleja y comienza a volar hasta quedar por encima de la nave...

 

—¡¡¡Zaarel!!! ¡¡¡Aquí estoy, ven por mi guerrero!!!— La oscuridad no le responde, el susurro de las cigarras se ha acallado, ya no hay bullicio, ni el canto de las aves nocturnas que daban vida a la noche, solo hay muerte, solo hay dolor... y enmedio de ello, hay un hombre... un hechicero que a lo largo de esta noche ha sentido como su alma cae en pedazos, como un poder que casi había olvidado ha resurgido desde el fondo de su alma,  ha sentido el poder, ha sentido la fuerza... pero sobre todo, ha sentido la culpa de no haber podido ayudar a sus discípulas... y ha sentido la pena de no poder cumplir una promesa, pues a si mismo, Ascot había jurado que nunca dejaría morir a otro amigo...

Y su Dios sabe que lo intento...

Pero todas las que le dieron asilo, todas las que una vez llamo aliadas... y una mujer que tal vez llego amarlo... y un amigo que desde la eternidad le ofreció su apoyo...

 

Han muerto...

 

Y lo que es peor, es que dos de ellos, un hombre, y una mujer... murieron por su mano.

 

Y mentiría si dijera que no le importa, pero no puede darse por vencido... aun cuando en su rostro, se advierte el dolor,  el sigue esperando, pues sabe que esto por fin llegara a su fin, de una forma u de otra...

 

—Esperándote Ascot... aquí estoy— Resuena una voz en la oscuridad, y acto seguido, miles de chispas surgen de la nada para reunirse en el aire y estallar dejando al descubierto la silueta de Zaarel que permanece inmóvil mirando al guerrero...

 

—Hace mucho tiempo que no nos veíamos Ascot... has cambiado mucho...—

 

No hay palabras, solo se miran desafiantes. Hasta que Zaarel haya una respuesta , y la voz de Ascot rompe el silencio para hacer una pregunta... solo una.

 

—¿Cómo?—

 

—¿Cómo Ascot?—

 

—Yo te mate, yo te destruí...—

 

—No Ascot... tu destruiste mi alma... pero no mi vida...—

 

—No... el Savation te consumió por completo, yo lo vi...—

 

—Ya no recuerdas Ascot... el Savation... consume el alma, pero deja los cuerpos intactos... destruye la esperanza... pero deja la desesperación,  destruye los sueños... pero deja las pesadillas... y es eso lo que consume al contrincante, todo ese dolor que se concentra en su cuerpo y en su mente, todo ese odio es el que acaba por consumirlo...—

 

—¿Y entonces? ¿Cómo es que sigues vivo?—

 

—¿Quieres saberlo Ascot?  Ya no lo recuerdas... Cuando el torneo termino... cuando tu venciste dejaste mi cuerpo a que se perdiera en el olvido... yo lo recuerdo bien, no podía moverme, podía mirar el sol y la luna brillar frente a mis ojos, pero no podía sentir calor ni frió, lo único que podía sentir era odio, paso mucho tiempo, y aprendí a disfrutar mi odio contra ti, solo esperaba una oportunidad, para liberarme, pues mi cuerpo seguía intacto, no se como, no me interesa...

 

Y un día, escuche a alguien hablar de tu destierro, y después, el cielo de Benea volvió a ennegrecerse, las aves callaron una vez mas, y la noche volvió a nuestro planeta, como antes de tu masacre, la sangre corrió en riachuelos, la guerra empezó de nuevo... y fue entonces cuando me encontraron... siguiendo las leyendas, hasta llegar a mi, me llevaron a una de las fortalezas guerreras, pero eran tan diferentes a como las recordaba... llenas de luz, de ruido. Pensaron que podrían usarme como arma, yo solo espere... inmóvil, como había estado cerca de cien años... hasta que los guerreros encontraron la respuesta... el odio, el dolor, eso es todo lo que yo necesitaba para seguir vivo, era un arma, solo sentía odio en contra tuya, y sin un alma que sintiera compasión o sufrimiento, mi único razón para seguir existiendo era el destruirte, a ti, y a todo el que se atreviera a enfrentarme...

 

Pasaron siglos antes de que pudiera moverme otra vez... cientos de guerreros dieron sus vidas para liberarme de la muerte, los ritos del clan de hechiceros y la tecnología de los guerreros me hicieron caminar otra vez... pensaron que seria su arma, pero yo aun era un hechicero, aun recordaba el honor del  clan de hechiceros...  pero cuando pude volar otra vez, cuando por fin libere mi poder como en las antiguas guerras... todo había cambiado, nuestro clan se había vuelto débil, al igual que los guerreros, la guerra era mas una diversión que la gloria que significaba para nosotros, los hechiceros eran jóvenes y arrogantes, los guerreros eran fuertes pero no recordaban como pelear...

 

Me sentí decepcionado Ascot... pues nuestra guerra se había convertido en un juego, y uno por uno, destruí a cada hechicero, y a cada guerrero, igual que tu lo habías hecho hace siglos, y al final solo quedaron los mas fuertes, todos ellos eran guerreros, pero eran jóvenes, demasiado jóvenes, la mayoría ignoraban que yo era un hechicero, me convertí en su líder, en su maestro. Use su tecnología, y comenzamos a vagar en tu búsqueda, siempre en tu búsqueda, pero fue mucho tiempo, simplemente me aburrió seguir tu pista,  me hice un mercenario, destruir mundos, escuchar los gritos, el dolor, sentir la sangre en mis manos... eso me dio otra razón para seguir vivo....—

 

—¿Por que este mundo Zaarel?—

 

—En verdad Ascot, si en algo te consuela, iba a destruir este mundo de todas formas, fue hasta después que supe que estabas aquí... –

 

—Y si me querías a mi, por que mataste a esas chicas...—

 

—¿Por que? Tu me conoces Ascot, mato al que osa mirarme a los ojos, mato por placer, mato por todo Ascot, solo por que quiero hacerlo... mato por que soy un hechicero...—

 

—Pero ahora pelas bajo el símbolo guerrero... eres un traidor, un...—

 

—¡Traidor Ascot! Exactamente, soy un traidor, igual que tu... o al menos eso me dijo Guruclef cuando rescate su cuerpo y le di una vida nueva...—

 

—Tu usaste a Guruclef.. y a Haruka...—

 

—No Ascot, yo solo le di el poder para que pudieran destruirte, yo no los hice odiarte... pero a decir verdad, sabía que no seria suficiente. Siempre fuiste muy obstinado para darte por vencido...—

 

—Igual que tu...—

 

—Tal vez... piénsalo Ascot... nosotros dos, somos los últimos sobrevivientes del clan de hechiceros, somos los mas fuertes, sobrevivientes, ambos, podríamos conquistar este universo, todos, mis guerreros, mis guerreros destruyeron a tus discípulas, y tus discípulas, destruyeron a mis guerreros...

estamos solos, no hay por que pelear, únete a mi, y juntos crearemos la historia, nada nos detendrá, ni siquiera Shouten, o su consejo...—

 

—¿Quién Shouten Zaarel? ¿Por que le temes?—

 

—¡¡Yo no le temo a nadie, ni a nada!! Pero tu no comprendes... ellos, son demasiado fuertes para uno de nosotros, pero no para los dos...—

 

—¿Quiénes Zaarel?—

 

—Te lo diré... pero antes dime Ascot...  pelearas junto a mi?—

 

Ascot no contesta, una leve risa se escapa de sus labios al escuchar la proposición del guerrero –Pelear a tu lado Zaarel? ¿Después todo lo que has hecho... como te atreves a pedirme eso?—

 

—¡¡Maldita sea Ascot!! ¡¡No lo comprendes, ellos te están buscando, por lo que hiciste en Benea, y ahora es  mi deber restaurar el honor de los guerreros y de los hechiceros, esa la única forma de que me dejen en paz, entregándote a Shouten y al consejo, pero te estoy dando la oportunidad de pelear contra ellos, de morir con honor, como un hechicero, con el honor de un hechicero...!!—

 

—¿Honor Zaarel...? Tu no sabes que significa esa palabra...—

 

Ambos hombres se miran mientras que sus cuerpo flotan en medio de la nada, el susurro del viento marca el final de la plática solo para darle paso a una cosa...

 

—Ya veo Ascot... entonces, no me dejas opción... pelea...—

 

—Como quieras...—

 

De un grito, la voz de Ascot resuena en lo que queda de Tokio abriéndole paso a una inmensa luz que surge de su cuerpo rodeándolo de energía creando una esfera a su alrededor, al igual que el, Zaarel también lanza un grito e ilumina sus ojos con un brillo verdoso que se extiende a su alrededor hasta chocar contra la enorme cantidad de poder que rodea a Ascot, los dos oponentes se miran mientras que sus pupilas desaparecen dentro de su mirada y antes de que el eco de sus gritos se pierda, los dos se lanzan sobre su oponente creando un destello que ilumina la noche, uno a uno, los golpes de ambos hechiceros crean destellos de luz que brillan en la oscuridad en forma de círculos que se disuelven en unos instantes, en un segundo, la pelea de los dos hechiceros se aleja de la nave para reaparecer entre lo que queda de la ciudad de Tokio, los edificios estallan a su paso y los árboles que aun no han sido consumidos por el fuego son arrancados de raíz por las corrientes que provocan al volar sobre ellos,  de pronto, un golpe que vuela en pedazos uno de los edificios a su alrededor se acompaña por una figura que sale volando hasta chocar con una pared que se agrieta al recibir el cuerpo de Ascot quien yace malherido y sangrando...

 

—Estas débil Ascot... Tal vez Haruka y Guruclef no te hayan destruido... pero te dejaron muy débil...—

 

Sin decir otra cosa, Zaarel comienza a volar en dirección al muchacho que sacude su cabeza tratando de ubicarse, es cosa de un segundo antes de que Ascot logre alzar su mirada para encontrar las manos de Zaarel frente a su rostro y antes de que pueda alejarse de su oponente, este libera una corriente de agua sumiendo el cuerpo del hechicero dentro del edificio que termina por derrumbarse ante el ataque.

 

—Te gusto Ascot...?— pregunta Zaarel fijando su mirada entre los escombros

 

—No puede ser... ese era la técnica de Ami...— Se escucha decir al hechicero que se libera de entre las rocas y comienza a volar una vez mas —¿Cómo es que tu...?—

 

—Esperaba que lo preguntaras Ascot... fíjate bien, mira lo que tu técnica ha logrado...—

 

Sin comprender las palabras de Zaarel, Ascot mira como el guerrero cruza los brazos sobre su pecho y lanza un grito que comienza a liberar su poder

 

–Diosa...— Exclama el muchacho al sentir como la presencia del guerrero comienza a hacerse mas grande y un murmullo parecido al eco de un grito inunda el lugar, los ojos de Zaarel comienzan a liberar una luz verdosa que se extiende sobre su cuerpo creando una especie de barrera que refleja cientos de rostros gritando por salir, los ojos de Ascot tiemblan al reconocer la técnica de Zaarel pero antes de que diga algo los rostros de varias chicas que ruegan por su libertad llaman su atención...

 

—Rei, Ami, Mina, Lita... Michiru— balbucea en voz baja el hechicero al darse cuenta de que los rostros reflejados en aquella luz son los de sus amigas –No puede... eso significa que tu... el Savation

 

 

—¡¡Lo reconoces Ascot, eso es lo que tu técnica ha logrado, el alma de tus alumnas por la que tu me arrebataste!!—

 

—Maldito...—

 

Sin pensarlo, Ascot comienza a volar en dirección a Zaarel quien ríe al ver la desesperación del muchacho, de la nada, el guerrero crea un arco envuelto en llamas y comienza a disparar flechas que surgen de sus manos en contra de Ascot que trata de esquivarlas, pero no logra evitar que una de ellas lo roze en el hombre frenando su camino, la mirada de Zaarel brilla con la luz verdosa que lo envuelve al darse cuenta de que las heridas de Ascot ya no sanan como antes y aprovecha el descuido del muchacho para lanzarle una esfera de luz de color Azul que golpea a Ascot en el rostro, sin poder controlar su cuerpo, Ascot cae a plomo sobre el asfalto destrozado de las calles de Tokio seguido de Zaarel que vuela lentamente hasta tocar tierra...

 

—Ese fue el maremoto de...—

 

—Creo que se llamaba Michiru... una chica preciosa, me recordó a alguien...a ti no?—

 

—¡¡¡Cállate!!!— Grita Ascot y de un salto trata golpear al guerrero pero antes de que logre tocarlo este alza la mano y lo detiene en el aire para arrojarlo en contra de un auto que estalla al contacto con el muchacho.

 

—Resígnate Ascot, no lo hagas mas difícil... estas débil, estas solo, tus amigas ya han sido destruidas, no hay nadie que te acompañe, muere sin pelear Ascot, o únete a mi, pero ya no vale la pena que luches solo, no lograras nada!!—

 

—¡¡El no esta solo!!— Grita una voz por detrás de ambos hombres –Yo aun puedo pelear—continua la voz acompañándose por un destello dorado que inunda el lugar –Y no dejare que mates a Ascot—

 

—Eres tu...—

 

—Serena...—

 

Ambos contrincantes distraen su atención hacia la chica que se acerca lentamente dando pasos cortos y suaves haciendo eco en la oscuridad que sucumbe por la luz que brilla en su frente

 

—Vaya, en verdad quieres pelear? ¡O te esconderás como la cobarde que eres?—

 

—No... ¡¡Yo no volverla esconderme!! ¡¡Soy Serena Tsukino!! ¡¡Yo soy Sailor Moon!! ¡¡Yo soy la protectora de este planeta!!—

 

Zaarel deja escapar una sonrisa al escuchar el grito de Serena, sin embargo, su sonrisa se borra al sentir como la energía de la chica comienza a crecer al igual que la luz que surge del símbolo en su frente...

 

—¿Crees que podrás vencerme sola niña?—

 

—¡¡Ella no esta sola!!— Gritan dos nuevas voces que se acercan a través del humo y el fuego – Nosotras también somos Sailors, nosotras también protegeremos este planeta, y también a Ascot, el es nuestro amigo—

 

—Hotaru, Setsuna...—

 

Tanto Serena como Ascot miran asombrados como las dos Sailors se unen a ellos y apuntan sus lanzas en contra de Zaarel que mira indiferente la escena...

 

—Tres de ustedes... contra mi, sus amigas eran cinco, y las vencí en un abrir y cerrar de ojos, y ustedes tres quieren pelear en mi contra...—

 

—Tal vez no seamos tan poderosas... pero pelearemos juntas, yo no las abandonare otra vez, moriré peleando contra ti si es preciso, pero no abandonare a mis amigas una vez mas!!!— Responde Serena

 

—...Que desperdicio... ¿por qué no les dice que esta pelea no tiene sentido Ascot... tu sabes que nunca podrán vencerme....—

 

—No Zaarel... Este es su mundo, ellas tiene todo el derecho de pelar por el, por la vida de sus amigas... ellas también son guerreras, también conocen el honor...—

 

—Oh que estúpido... como quieras, terminemos de una vez por todas—

 

La conversación termina, y el ataque comienza, por los extremos, de frente, por arriba, a Zaarel no le importa, sabe que es lo suficientemente poderoso para vencer con un solo golpe, lentamente alza su mano derecha creando una barrera de energía que lo rodea, cierra los ojos, sabe que nunca podrán romperla, de repente, una sensación extraña invade su mente, “¿Dolor?” un quejido se escapa de sus labios al sentir como el acero corta sus costado y lo obliga a abrir los ojos solo para encontrar las manos de Serena iluminadas con el mismo brillo dorado de su frente, no tiene tiempo de defenderse cuando la chica provoca un estallido que lo derrumba sobre el pavimento roto, su cabeza da vueltas y apenas si se percata de la silueta de Ascot sobre él y del brillo que se desprende de sus manos para sumirlo entre la tierra, por primera vez en años, esa sensación de que la sangre brota de su cuerpo invade su mente transformando el gesto confiado de su rostro,  abre sus ojos una vez más, aunque no lo hiciera, siente el calor de un nuevo ataque cerca de su cuerpo, de un salto sale del agujero que el mismo hizo,  con un estallido aleja a sus oponentes, toma aire, mira sus manos manchadas con sangre, su sangre, lleno de ira voltea a mirar los rostros de los guardianes, ya no solo el de Ascot, las tres chicas restantes también son fuertes, en especial la rubia...

 

Y por encima de la pelea, sin que nadie lo mire, una sombra es testigo de la historia, su nombre es Shouten, y el sabe que en sus manos esta el poder para detener esta carnicería, pero no lo hace, aun no es tiempo, sigue mirando esperando el desenlace, sabe que no tardara mucho...

 

Lo sabe...

 

La pelea continua, pareja, justa, como Shouten desearía que fuera, aunque solo es un momento, pues el poder de Zaarel no disminuye mientras que el de las Sailors se agota, Y el guerrero lo sabe, mientras que esquiva los ataques de Setsuna quien inútilmente trata de golpearlo una sonrisa ilumina su rostro, y antes de que la Sailor pueda defenderse la toma del cuello elevándola por los aires ante la mirada de Serena, Hotaru y Ascot que queda inmóvil al ver la posición de su amiga...

 

—Ascot...  ¿es por seres tan débiles que estas luchando? ¿Deja de jugar conmigo,  se que aun ocultas tu poder... ¿¡O es que quieres que mate a todas estas humanas antes de enfrentarme a ti!?—

 

—Suéltala...!!!—

 

—No Ascot, ya estoy harto de estas interferencias, nuestra pelea comenzara ahora...—

 

Las palabras se quedan en el aire ante las miradas confundidas de Serena y Hotaru que sienten como el aire a su alrededor se calienta y las nubes comienzan a cerrase sobre los dos contrincantes, una llamarada surge del cuerpo de Zaarel un segundo antes de que su mano suelte el cuerpo de Setsuna quien cae inconsciente a los pies del guerrero, sin detenerse a mirarla una segunda vez, Zaarel deja que su cuerpo comience a flotar  en el aire al igual que Ascot quien lo mira desafiante

 

—Ascot, que esta pasando...?— Por respuesta, la mirada de Ascot se clava sobre Serena y antes de que comprenda lo que pasa un grito del hechicero hace volar el piso a sus pies dejándola inconsciente.

 

—¡¡Ascot!!— Grita Hotaru al ver como el cuerpo de Serena queda tendido en el suelo, pero el hechicero no responde, lentamente alza la palma de su mano y deja que una tenue luz dorada salga de ella hasta golpear a Hotaru que queda inconsciente a un lado de Serena

 

—Lo siento pequeña, pero ya nadie va a morir en esta pelea...—

 

—Creí escuchar que ellas tenían derecho a proteger su mundo...— fanfarronea Zaarel a l mirar como Ascot deja inconsciente a la niña

 

—Ya han muerto demasiados esta noche, no las arriesgare a ellas también—

 

—Oh, pobre Ascot, tan noble como siempre, es una lastima que cuando acaba contigo ellas correrán la misma suerte—

 

—Cállate...—

 

Ambos hombres se miran el uno a otro, como la última vez que pelearon, de un grito los dos liberan su poder haciendo que el cielo se abra de golpe dejando ver las estrellas, la energía de los dos se arremolina alrededor suyo mientras que sus miradas se disuelven dentro de sus pupilas, de un movimiento, la imagen de Zaarel desaparece en el aire y un silbido que acompaña una línea de luz golpea el hombro de Ascot quien cae hacia atrás seguido por varias gotas de sangre que acompañan su cuerpo, pero antes de que llegue al piso, el hechicero controla su caída y en un abrir y cerrar de ojos su silueta se disuelve también en un rayo de luz, de un golpe, ambos hombres reaparecen uno conteniendo el ataque del otro al mismo tiempo que se ven a la cara con una mezcla de odio y respeto, ambos se separan y con sus manos provocan un rayo de luz que choca en el aire para explotar un segundo después, el humo aun no se disipa cuando los dos hechiceros comienzan a tirar golpes a su contrario aun cuando ninguno da en el blanco.

 

Varias explosiones resuenan en el aire acompañadas con esferas de luz que surgen de las manos de ambos, pero ninguna de ellas logra acertar en su contrincante hasta que uno de los ataques de Ascot golpea a Zaarel haciéndolo caer hasta chocar contra el piso...

 

—Eso es Ascot... ese es tu verdadero poder—

 

Ascot no contesta, sus ojos en blanco se quedan fijos sobre el guerrero que escupe sangre al tratar de levantarse, sus manos se iluminan otra vez creando un destello que choca contra Zaarel sumiéndolo en la tierra, sin poder evitar el ataque, Zaarel alza las manos tratando de contener el rayo de energía cuando un ligero gemido llama su atención, atrás de él, no muy lejos, el cuerpo de Serena se levanta aturdida por el ataque, de un golpe, Zaarel se quita de encima el rayo de Ascot y vuela hasta encontrar el cuerpo de Serena para tomarlo por el cuello...

 

Ascot detiene la lluvia de energía que se desprendía de sus palma al ver como Zaarel se oculta detrás de la chica que trata de defenderse, la mirada de Ascot retoma su color y antes de que piense que hacer Zaarel ilumina sus manos con una esfera que golpea al hechicero haciéndolo caer al suelo envuelto en llamas...

 

—¡¡Ascot!!— Grita Serena al ver como el hechicero choca contra el suelo y de un tirón logra liberarse de las manos de Zaarel para echar  correr en dirección a Ascot bajo la mirada de Zaarel que apunta con su mano a la Sailor dejando que esta se ilumine hasta que un rayo plateado sale directo a Serena quien sigue corriendo...

 

—Serena!!— Grita Ascot al ver como el rayo de luz se desprende de la mano de Zaarel haciendo que la chica voltee para encontrar el destello de energía frente a ella, sus labios se abren tratando de gritar pero antes de que el golpe de Zaarel la alcance la silueta de una mujer se interpone a su paso recibiendo de lleno el destello plateado.

 

—Setsuna...— Susurran Ascot y Serena al mismo tiempo cuando reconocen el rostro de la Sailor quién cae lentamente a los pies de Serena quien se agacha tratando de reanimarla solo para ver como sus ojos se cierran lentamente dejando en sus labios una sonrisa que se diluye en las lágrimas de Serena

 

—No llores Serena...— Es lo último que Setsuna logra decir antes de que sus labios dejen de temblar y sus manos caigan al suelo con el guante que le diera Ascot hecho pedazos

 

—Setsuna... no te mueras...—

 

Y a unos paso de ambas chicas y del hechicero que continua inmóvil, Zaarel mira divertido la escena mientras que sus ojos brillan contrastando con el fuego que se desprende de sus brazos los cuales se alzan en contra de Serena y Ascot quien yace detrás de ella...

 

—Despídete Ascot...—

 

De pronto, antes de que Zaarel haga otra cosa, un aura llena de energía a sus espaldas seguida por un grito llama su atención y antes de que pueda reaccionar, la lanza de Hotaru lo aprisiona por la espalda obligándolo a desvanecer su ataque, la joya en el guante de la pequeña comienza a brillar al igual que sus ojos causando un gran temblor que cimbra las maltrechas calles de la ciudad, una aura de color púrpura se desprende de su cuerpo creando una gran esfera de luz que envuelve a ambos ante la mirada atónita de Serena y Ascot quien trata desesperadamente de levantarse, de repente, toda la ciudad queda en silencio, el fuego deja de chisporrotear y el viento acalla su murmullo cuando la energía de Hotaru alcanza su limite, pero aun no es suficiente piensa la pequeña, y quedamente comienza a recitar el verso enseñado por el hechicero...

 

“...Energía de la destrucción, tormenta y azote de los mundos, otórgame tu poder, deja que mi alma se haga una contigo, estrella del norte, baja a mi cuerpo y ayúdame...”

 

—Hotaru no...—

 

—¡¡Niña estúpida, que estas haciendo, vas a matarnos a los dos!!—

 

—No Zaarel, Ascot tiene razón, tu morirás esta noche... ¡¡Poder de la muerte y la vida, esfera de la destrucción!!—

 

Un gran temblor se deja sentir a los pies de Hotaru cuando su silueta al igual que la de Zaarel se pierde en la esfera de luz, la joya en el guante de la niña se cuartea dejando surgir un enorme destello que se une a la técnica de Hotaru, el sonido se pierde ante el estruendo hasta que la dulce voz de Hotaru se deja escuchar en el aire...

 

—Ascot... Serena, yo seré quien termine con esto, ese es mi deber, yo también soy una Sailor, una protectora de este planeta...—

 

—¡¡¡¡Hotaru no!!!!!!!— Grita desesperado Ascot tratando de detenerla pero una ligera risilla acompaña las palabras de la niña...

 

—Señor... me divertí mucho con usted... gracias por todo, cuide a nuestra princesa... y señor... Ascot yo, yo lo... quiero mucho... lo quiero mucho...—

 

Un segundo, tal vez dos, mas que suficiente para que el corazón de Ascot se haga pedazos al escuchar las palabras de la niña, un segundo, tal vez dos, ese es el tiempo que dura el estallido provocado por Hotaru, un segundo, tal vez dos, una eternidad donde se pierde la vida de una pequeña, valiente, demasiado valiente para su edad, un segundo, tal vez dos, y la pelea parece terminar...

 

—¡¡¡¡¡¡¡Noooooooo!!!!!!!!—

 

El grito de Serena no logra nada, la esfera se expande hasta que una columna de luz sale por encima de ella y un viento tan fuerte como el de una tormenta arroja a Serena y a Ascot hacia atrás mientras que la luz que surge del lugar donde se perdiera la silueta de Zaarel los ciega por un momento hasta convertirse en un enorme destello que vuela en pedazos los restos de la calle y los edificios que aun no se vencían, los ojos de Ascot se abren desorbitados tratando de hallar la silueta de la niña pero una nueva corriente de aire lo arrastra hasta chocar contra una roca...

 

La luz de la explosión comienza a diluirse en la noche dejando tras de si un enorme cráter y una gran nube de humo púrpura donde Hotaru y Zaarel desaparecieran, pasa un momento antes de que Serena y Ascot lleguen hasta ese lugar para encontrarlo solo y callado al igual que el resto de la ciudad...

 

—Hotaru...—

 

La mirada de Ascot se agacha apenada al ver como los ojos de Serena se llenan de lágrimas y se ocultan tras las manos de la chica que cae de rodillas sollozando como una chiquilla, y Ascot, se siente débil, se siente triste, enojado, pero sobre todo, se siente inútil al pensar en las palabras de la niña, y dentro de él, algo muy en el fondo de su alma pareciera romperse, y ese algo, traspasa su corazón haciéndolo pedazos, y el reconoce ese sentimiento, pero lo ignora, ni siquiera quiere pensar en ello, así que simplemente se traga sus lágrimas como lo ha hecho desde siempre, lentamente, se acerca a Serena para tomarla del hombro... “Esto ya termino...” le dice para después levantarla a su lado “Veré que puedo hacer por este mundo...” continua pero antes de que termine, el rostro de Serena se acurruca en su pecho para llorar sobre él

 

—Ascot... vámonos de aquí— Le ruega –Ya no quiero saber más de esto—

 

El hechicero asiente a las palabras de Serena y lentamente la alza del suelo para comenzar a volar, pero antes de que logre elevarse, un rayo dorado sale de entre el humo para el golpear la espalda de Serena haciéndola soltar la mano de Ascot quien mira casi con miedo como la mirada de la Sailor se desvanece

 

—Serena...— Pero no hay respuesta, el cuerpo de la chica cae al suelo con una gran herida en la espalda para la desesperación de Ascot quien se arrodilla frente a su amiga...

 

—¡¡Serena, Serena tu no, por favor, tu no...!!—

 

—Ascot...—

 

La vos de Serena se acalla y sus ojos quedan abiertos pero sin brillo, todas las lágrimas dentro de sus ojos se quedan ahí y un delgado hilillo de sangre brota de su boca.

 

—No, Serena... ¡¡Serenaaaaaa!!—Los ojos de Ascot se llenan de lágrimas, pero esta vez el hechicero no se contiene y comienza a llora sobre Serena quien deja de respirar en las manos del hechicero

 

—No llores Ascot... ella no era de nuestro linaje...—

 

—Zaarel...—

 

—Rayos, esa niña si era muy fuerte, me dejo muy... débil—

 

De entre los escombros, el humo y el fuego, el cuerpo ensangrentado y malherido de Zaarel comienza a avanzar en dirección a Ascot quien lo mira lleno de odio...

 

—¡¡Maldito!!—  Grita Ascot y de un salto comienza a volar en contra de Zaarel hasta que su puño golpea la quijada del guerrero

 

—¡¡Ya basta Zaarel!! ¡¡Por Lucy, por Marina, por Anais!!— Otro golpe y el cuerpo de Zaarel sale volando sin control seguido por Ascot quien lo sume de nueva cuenta en el suelo –¡¡Por Rei, Ami, Mina, Lita!!— las manos de Ascot se iluminan y cientos de rayos brillan en la noche golpeando a Zaarel  hasta deshacer el suelo bajo su cuerpo –¡¡Haruka, Guruclef!!— El ataque de Ascot cesa solo para que una patada del hechicero  aplaste el rostro de Zaarel quien comienza a sangrar por la boca y la nariz –Por Setsuna, por Serena!!— Las manos del hechicero toman el cuello de Zaarel alzándolo frente a su rostro hasta que los ojos de ambos quedan uno enfrente del otro –Por Michiru... y por Hotaru— La mano derecha de Ascot deja de sujetar a Zaarel y comienza a concentrar energía mientras que la izquierda sigue fija en el cuello del guerrero que mira impotente como la esfera de color plateado se avecina sobre su rostro...

 

—¡¡Tu caerás en Tokio!!—

 

La esfera de Ascot golpea el cuerpo de Zaarel causando una enorme explosión que arroja el cuerpo del hechicero por los aires para caer varios metros mas allá del hechicero que jadea cansado y lleno de furia

 

—Tu masacre termina ahora...—

 

De un salto, el cuerpo de Ascot se eleva por los aires mientras que sus ojos se tornan de color rojo al mismo tiempo  que una enorme cantidad de energía se reúne sobre su cabeza...

 

—¡¡Ya basta hechicero!!— Grita una voz por encima de Ascot obligándolo a alzar la mirada para encontrarse con una delgada figura enfundada en un traje negro –Esto acaba ahora—

 

—¿Quién eres tu? –

 

—No me recuerdas hechicero...

mi nombre es Shouten...—

 

 

 

Continua...

 

 

 

 

 

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