El Forastero

Capítulo 2: Hikaru y Mina

Fue un beso largo, casi interminable para ambos, y hubieran deseado que no terminara. Pero terminó, porque llegaban con bullicio (el suficiente como para darse cuenta medio minuto antes) Nícolas con un médico que venía volando del brazo de este, aparte de todas las demás chicas, en una nube de polvo y gritos que hiceron florecer una gota a más de un transeunte. Cuando llegaron a la pieza de Rei, vieron a Mina acostada y Hikaru por otro lado, como que no hubiera pasado nada. Entonces los ojos se centraron en Mina, la cual fué bombardeada de preguntas, lo que le dió a Hikaru la oportunidad de retirarse del lugar. Se alejó en medio del bullicio de las chicas, las preguntas, los análisis del doctor y las discusiones tan típicas ya de Serena y Rei, junto con Nícolas. Hikaru se fué afuera, con la mente en blanco. Se revisó los bolsillos y vió que le quedaban yenes. Salió del templo mientras el abuelo, desde otro lugar, lo vió caminar. Fué a un negocio y compró cigarrillos. Prendió uno, y se percató de lo distinto que sabían. Pero que importaba eso, tenía que pensar. Pensar en demasiadas cosas, pero en lo único que pudo pensar fué en Mina. ¿Como podía ser que sintiera amor por un Anime? ¿Un dibujo animado? ¡¿Alguien que se supone ni siquiera existe?! Pero el recuerdo de aquel beso hizo callar todos esos pensamientos. Lo que sintió en ese momento fué lo mas hermoso que había sentido. Ese beso fué mejor que cualquiera que haya recibido en la vida real. Y eso era lo que más lo confundía. Mientras se fumaba su cigarro (que ni siquiera supo cual compró), caminó hacia quizás donde...

- Su majestad, debo informarle que el nebular Numb ha muerto.
- ¡¿Qué?! ¿Como es posible que uno de MIS nebulares hayas muerto? -Urok estaba furioso. Y era de esperar; mal que mal se suponía que el equipo Nebular debía ser más fuerte que cualquier terrícola, al menos que...
- Pero señor, al morir nos ha dado una información importantísima.
- ¿Cual sería esa?
- ¡La localización y el poseedor del Cristal de Plata!
- ¡Excelente! Mande a todos los nebulares hacia ese lugar
- A la orden señor -y Aldorf se retiró.
- Por fin ha llegado el día... ¡El primer día de mi conquista!

Hikaru había estado caminando ya un buen rato, cuando se dió cuenta de que había vuelto al templo. En eso apareció el abuelo de Rei:
- Hey, jovencito...
- ¿mmm...? -Hikaru estaba todavía muy pensativo.
- ¡Vaya! Parece que no estamos de buen humor
- No... no es nada.
- ¡Vamos! ¿No le vas a contar a este viejo que te tiene tan pensativo?
- Lo siento -respondió Hikaru- pero creo que no puedo.
- ¡Que pena! Bueno, en fin. ¿te gustaría, al menos, escuchar el consejo de un viejo?
- Claro, por que no
- Escucha -en esto se puso serio-: nunca te guardes los problemas para ti solo, porque te entristecen tu corazón y tu alma. Trata de contar tus problemas, de desahogarte, y verás como todo se te puede hacer mas fácil. Además, dos cabezas piensan más que una, ¿o no?
- Mmm... lo voy a pensar. Gracias.
- No hay de qué. Cuando quieras me puedes hablar
- Claro. Gracias de nuevo. -y caminó hacia el templo.

Mientras, en la pieza de Rei...
- Bueno, sólo fueron heridas menores. Con un poco de reposo se sentirá mejor -decretó el doctor.
- Gracias doctor por haber venido -dijo Nícolas.
- Creo que no me dejaste otra opción, jovencito -y todos rieron-. Luego te mando la cuenta -y se acabó la risa. El doctor se fué mientras las chicas se miraban las caras preguntando "¿como le vamos a pagar?".
El doctor salía del templo cuando se encontró con Hikaru, el cual, al verlo, corrió a preguntarle como se encontraba Mina, a lo que el doctor le dijo que estaba bien. Hikaru, mas tranquilo, se fué a su pieza. Al pasar por fuera de la pieza de Rei se detuvo un momento para ver a Mina (la puerta estaba abierta). Las chicas estaban de espaldas a él, sentadas al lado de la rubia. Esta fué la única que lo vió. El la miró, y ella le sonrió. Luego se fue a su pieza. Estuvo acostado un tiempo cuando sintió golpear la puerta. Era Serena que le pedía permiso para pasar. Estuvo callada un momento cuando al fin comenzó a hablar:
- Sabes... tengo una pregunta... o sea, una duda.
- Claro, dime -respondió Hikaru.
- Emmm... ¿como se lastimó Mina? -y Hikaru no supo qué decir. ¿Como podía decirle la verdad sin revelar que sabía todo sobre las Sailor Scouts? ¿Y mas encima tener que decirles por qué lo sabía? Se quedó mudo.
- ¿Que pasa? ¿Por qué no respondes? -insistió Serena.
- No insistas, Serena -dijo Amy entrando a la pieza.- Hikaru lo sabe todo. Mina me lo dijo.
Hikaru se puso helado.
- ¿A qué te refieres? -preguntó Serena.
- A que nosotras somos Sailor Scouts.

Serena se quedó pasmada con la noticia. Hikaru enmudeció aún más. Ya no había nada que hacer. Después de un momento, Amy rompió el silencio:
- Como te podrás imaginar -dijo dirijiendose a Hikaru- me gustaría saber como lo supiste.
- Yo... este... no... no puedo decirlo... -Hikaru no supo qué decir.
- ¿Y se podría saber al menos por qué no?
- Porque no lo entenderían
- Amy es capaz de entender cualquier cosa -arremetió Serena.
- No, no lo podrá entender porque... ni yo mismo lo entiendo.
Amy calló un momento. Luego quería iniciar un segundo ataque de preguntas, pero Serena la detuvo. Le dijo que no con la cabeza, y le señalo la cara de Hikaru, quién se veía realmente afectado. En eso...
- Si no quiere decirnoslo, que no lo haga. -era Lita quién ahora aparecía por la puerta- Lo importante ahora es ver si podemos confiar en él.
- ¡Claro que pueden confiar en mí! -saltó Hikaru- Yo jamás le diré a nadie sobre esto.
- Recuerden que salvó a Mina -dijo Serena.
- Es verdad. Pero eso no es una garantía del todo -dijo Amy.
- Yo creo -apareció Rei- que esto lo debemos discutir entre nosotras, junto con Luna y Artemis. Además -volviendose a Hikaru- Mina quiere hablar contigo.
Hikaru se levantó en silencio y fué donde Mina. Ella estaba sentada en la cama.
- Cierra la puerta -le dijo, y Hikaru lo hizo. Luego se sentó al lado de ella.
- ¿Sabes? -dijo la rubia- A mi en realidad no me importa saber cómo supiste nuestra identidad, porque eso no cambiaría las cosas. Lo que si me importa -y al decir esto le toma la mano- es que ahora somos novios ¿o no?.
Al decir eso Hikaru levantó la cabeza, y vió la sonriente mirada de Mina. Esto lo hizo recapacitar. ¡Que importa que sepan que yo sé su identidad! Mientras no les diga por qué, no debo preocuparme. Además, ¡Qué importa que sepa que ella es un Anime, si realmente la quiero!
- Si, somos novios, y no sabes lo feliz que me hace saberlo. -dijo Hikaru, y le dió otro beso. -Ahora vistete, que las chicas quieren reunirse para conversar sobre mi.
- Yo te defiendo ¿ok? -una cariñosa Mina se despedía.
- Ok -se paró y abrió la puerta, provocando que todas las chicas cayeran al suelo. Hikaru se rió y salió. Se fué a la sala de estar (o algo así) a esperar la decisión, pero se sentía contento. Pasó un rato cuando Serena entró:
- ¿Prometes que no le dirás a nadie acerca de nuestra identidad? -y Hikaru se levantó, se puso una mano en el corazón y la otra en alto:
- Lo prometo.
- Entonces te aceptamos entre nosotras. -y riendose fué a abrazar a Hikaru.
- Ah, y otra cosa debes prometer
- ¿que cosa? -preguntó Hikaru.
- Que debes serle fiel y nunca harás sufrir a Mina ¿escuchaste? -Hikaru se puso rojo, y asintió con la cabeza. "Lo juro".
En eso entraron a la sala cuatro siluetas. Eran Haruka, Mitchiru, Setsuna y Hotaru. En sus rostros se notaba la preocupación, y Serena se dió cuenta:
- Chicas, ¿que sucede?
- Pronto, reune a las demás -dijo Haruka sin notar la presencia de Hikaru- estan atacando la ciudad, y nosotras no somos capaces de vencerlos solas.
- Hikaru -dijo Serena- llama a las demás.
- Ok -dijo Hikaru, y fué corriendo a avisarles a las demás. En ese momento Haruka y las otras se dieron cuenta de su presencia.
- ¿Oye, y ese? ¿Es que no te importa hablar de esto enfrente de él, tonta cabeza de bombóm? -recriminó Haruka a Serena.
- No, porque él ya sabe de nosotras.
- ¡¿Qué?! -dijeron todas- ¿y.. y por qué? -preguntó Mitchiru.
- No lo sé, pero no se asusten. Él es de confianza.
- ¿Y también sabe sobre nosotras? -preguntó Hotaru.
- Mmm.. no lo sé. Si quieres le pregunto...
- No hay tiempo -cortó Setsuna- Ahora lo importante es preocuparnos de como derrotar al nuevo enemigo.
Al cabo de un rato ya estaban todas reunidas para discutir la situación.
- ¿Dices que era como si buscaran algo? -preguntó Amy.
- Asi es -confirmó Haruka- Destruían las tiendas y edificios a su paso, pero como que registraban cada lugar.
- Además -acotó Mitchiru- ocurrió algo muy extraño. Cuando nos vieron se nos abalanzaron de inmediato, como si fuera a nosotras a las que buscaban, pero al estar cerca, se detuvieron y se fueron.
- ¡Uf! ¡Eso si que es raro! -dijo Lita.
- ¿Acaso no estaran buscando a alguien parecida a ustedes? -dijo Mina.
- Quizás, ¿pero a quién? -preguntó Hotaru.
- Quizás nos buscaban a nosotras -dijo Rei-, por los trajes, creo.
- ¡Quizás me buscaban a mi! -dijo Serena, tapándose la boca con los puños.
- O quizás al Cristal de Plata -acotó Hikaru, desde el fondo de la sala. Todos callaron y lo miraron. El sabía que debía ser algo así, ya que era como lo típico que pasaba en Sailor Moon. Y las sailors pensaron algo parecido:
- Puede que tenga razón -dijo Setsuna- pero ahora lo importante es saber como vencerlos.
Todos callaron, pensando en como hacerlo. De pronto Hikaru alzó la voz:
- ¿Puedo sugerir algo?
- ¡Claro! -no tardó Mina en responder. Serena, Rei, Lita y Amy miraron a Mina con ojos picarones, y la rubia enrojeció. Las otras no entendieron por qué esas miradas.
- ¿cual sería tu idea, sabio? -respondió Mitchiru.
- Bueno, -comenzó Hikaru- ustedes dijeron que esos tipos eran nueve ¿cierto?
- Cierto
- Ok, entonces que cada una de ustedes se enfrente a uno de ellos. Yo creo que al pelear individualmente existe la posibilidad de ganarles.
- ¿Tu dices que tratemos de separarlos para que así cada una se preocupe de pelear con uno? -pregunto Amy.
- Exacto.
- Pero eso de todas formas es peligroso -acotó Amy.
- Pero es un riesgo que hay que correr -dijo Serena, levantándose.- Ya no perdamos más tiempo. Hay que ir y derrotarlos. ¡Transformemonos! ¡Por el...!
- Espera -gritó Mitchiru, señalando con la cabeza a Hikaru. Este se dió cuenta.
- No te preocupes por mi -dijo-, yo las conozco a ustedes también, Sailor Neptune. Por algo soy el "sabio", ¿no?
Las chicas rieron. Mitchiru lo miró, y sonrió. Había comprendido de que era alguien de fiar. Luego procedieron a transformarse.
- Diganme ¿donde los podemos encontrar? -preguntó Mercury.
- En estos momentos deben estar cerca de la torre Tokio -respondió Uranus.
- Pues, ¡vamos hacia torre Tokio! -dijo Sailor Moon, y todas partieron hacia la batalla. Todas, excepto Venus, a quién Hikaru le había sujetado el brazo. Luego la beso fuerte en los labios y le dijo:
- Cuidate. -Mina le sonrió con dulzura. Luego dijo:
- No te preocupes, que a la diosa del amor, la gran Sailor Venus, no la pueden derrotar tan fácil. -y salió corriendo detrás de las demás. Hikaru se quedó en la puerta, mirando como se alejaba la rubia cabellera de Sailor Venus, la diosa del amor, y de su corazón.
- Parece que cupido te flechó fuerte ¿eh? -era el abuelo de Rei quien aparecía al lado de Hikaru.
- Si... ¡un momento! ¿Qué sabe usted? -reaccionó.
- Bueno, casi nada. Sólo sé que entre tú y esa niña hay amor.
- ¿Y... nada.. mas? -Hikaru se preocupaba.
- ¡Ah! ¿Tu te refieres a que si sé que son sailors? Pues claro, si no soy tan ciego. Mal que mal, casi siempre se juntan acá.
- ¡Vaya, que sorpresa...! Espere...¿Las ha estado husmeando? -acusaba Hikaru.
- Este.. bueno.. yo.. en fin, ese no es el punto (~_~!). Te quería preguntar si las vas a acompañar.
- ¿ah? ¿acompañarlas?
- Claro. O es que no te gustaría verla luchar, darle animos o ayudarla.
- Mmm... tiene razón, abuelo. Ok, voy en camino.
- Oye, pero no le digas de esto que conversamos a nadie, ni a Rei ¿esta claro?
- Clarísimo. Nos vemos -y partió corriendo rumbo a la torre Tokio.

Las scouts habían llegado al pie de la torre Tokio, mas todo estaba tranquilo. O más bien desierto. No había un alma. Sin embargo se podía sentir la tensión en el ambiente, aparte de la imágen que era cuadras enteras destruídas. Era realmente desolador.
- ¿Y ahora? -preguntó Lita, pero no hubo necesidad de que le repondieran, ya que en ese mismo instante salían desde distintos lugares, en medio de la quebrazón de vidrios, derrumbes y explosiones, los nueve restantes integrantes del equipo Nebular.
- Ok, chicas, sigamos el plan -gritó Amy-. Cada una escoja uno y trate de llevarselo a un lugar apartado de los demás.
- ¡Bien! -respondieron todas las scouts. Luego cada una encaraba a un nebular, y hacía que la siguiera hacia otra parte. La batalla había comenzado.

Hikaru corría entusiasmado. La Torre Tokio se veía ya más cerca. Se sentía feliz. De pronto se detuvo. La Torre Tokio estaba rodeada de explosiones. Un sentimiento oprimió su pecho. Reanudó su carrera, más rápido. Pero ahora corría no con entusiamo, sino con preocupación. Temía que algo malo les pasara a las Sailors, y a Mina.
- ¡Grito Mortal! -el ataque de Sailor Plut golpeaba directamente al nebular, pero este no era vencido, aunque tampoco inmune. Plut pensaba si había sido buena la idea de pelear por separado, pero no alcanzó a responderse. El nebular se lanzó con un grito, derribando a la guardiana del tiempo. "Creo que va a tomar tiempo", pensó.
- ¡Trueno de Jupiter, resuena! -y un rayo golpeó con fuerza al nebular. Ambos estaban cansados, pero no daban pie atrás. El nebular acumuló fuerzas y lanzó una bola de energía. Jupiter trató de esquivarla, y lo logró en parte, porque rozó su brazo. - ¡No te será tan fácil! -le gritó al nebular.
- ¡Rapsodia acuática de Mercurio! -gritó Mercury, y el agua derribó a su contrincante. Sin embargo el nebular se volvía a parar y a atacar. "Estos seres son más fuertes de lo que yo pensaba", concluyó. Así, cada una de las sailors batallaba con su contrincante, y cada una se encontraba con un enemigo de igual fuerza. La única que trataba de evitar la pelea era Serena.
- ¿Por qué hacen esto? -le preguntaba al nebular, pero este no escuchaba. Se abalanzaba sobre ella, y esta lo esquivaba. "¿Que es lo que quieren?", insistía. Luego de varios intentos, el nebular se le acercó, y dijo:
- Cristal... de... plata... -y luego la atacó. Serena se dió cuenta de lo que querían. Entonces decidió que el futuro y el Cristal de Plata son más importantes. Por ello, decidió que debía luchar.

Hikaru ya estaba por llegar a la torre, cuando vió un destello que iluminó por un momento los edificios. Inmediatamente el cuerpo de Sailor Venus cruzaba a gran velocidad la calle que cruzaba a la de Hikaru. Este, por supuesto, por corrió hacia donde estaba la rubia, pero cuando llegó esta ya contratacaba con su rayo creciente. La pelea era reñida, y Hikaru se sentía impotente por no poder ayudarla. La tensión era enorme. Venus y el nebular se veían de igual fuerza. La rubia no se había percatado de la presencia de su novio, ya que estaba muy concentrada en el combate. - ¡Cadena de amor de Venus! -y la cadena dorada atravezó el aire hacia donde estaba el nebular. Este esquivó la cadena, y en la misma corrió hacia donde la rubia. "No esta vez", pensó. - ¡Rayo creciente de Venus! -y ese rayo tomó por sorpresa al nebular, impactándolo directamente. Con esfuerzo se levantó y se elevó entre 6 a 8 metros. Desde ahí empezó a acumular energía. Sus puños empezaron a brillar, y pequeños rayitos electricos empezaron a rodearlo. Venus lo miró y se dispuso a atacarlo cuando se dió cuenta de que Hikaru estaba cerca. La rubia se le acercó, gritandole que se alejara. De pronto se escuchó un grito. Era el nebular, y había lanzado un gran rayo de energía hacia la rubia. A esta la tomó por sorpresa por haberse preocupado de Hikaru. El rayo impactaría en ella sin que pudiera defenderse...
- ¡NOOO! -gritó Hikaru corriendo hacia Mina. En un momento se había puesto enfrente de ella, a tiempo de salvarla. El rayó impactó con toda su fuerza sobre el cuerpo de Hikaru. Un grito desgarrador salió de él, mientras Mina miraba la escena pasmada. El golpe de energía duró entre 3 a 4 segundos. El cuerpo de Hikaru cayó hacia atrás sobre los brazos de Mina.
- ¡Hikaru, no...! -lloraba la rubia- ¡Por favor, no...!
- Mi... Mina... -dijo Hikaru, moribundo- gra...cias...
- Hikaru, por favor, no digas nada.
- Gracias... por.. haber sido... mi novia...
- ¡No me digas eso! ¡Aun nos queda mucho por estar juntos!
- Mina... te.. a..mo..... yo... -y dando un suspiro, Hikaru murió.
- ¡¡¡NNOOOOOOO!!! -el grito de Mina atravezó el lugar. El mismísimo nebular se había detenido ante tal grito, tan lleno de tristeza y dolor. Mina lloraba sobre el cadaver de su amado, que yacía en sus brazos. Hikaru había muerto.

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- .....
- ..?
- ¿...que pasó..?
Todo se veía negro. Momentos después, poco a poco fue llegando la luz. Empezó a abrir los ojos. Cuando logró ver bien, se dió cuenta que un rostro lo miraba. No entendía nada. Sin ver bien quién era se levantó para quedar sentado en el suelo. Entonces escuchó:
- ¡Qué onda! -en ese momento se despaviló y levantó la cabeza. ¡Era Aralé!

***Fin del Capítulo 2***

Comentario: Y así concluye el segundo capítulo. Tengo que hacer dos aclaraciones: primero; si se preguntan donde están Luna y Artemis, pues yo también. ¿Donde se habrán metido? ¡Lunaaa! ¡Arteeemiiis! Y segundo;como se habrán dado cuenta ya, en esta historia Chibiusa no aparece. Es por dos simples razones. Una: ¿que diablos iba a hacer ella? ¿darles de corazoncitos en la nariz? Y dos: me cae como las... pelotas. Así que convengamos en que se quedó en el futuro porque la mandaron a un campamento de verano junto con Cometín Sónico, y por eso no pudo venir. Confieso que me hubiera gustado que la muerte de Hikaru hubiera sido mas dramática, pero... en fin... Bueno, me despido. Como siempre, ante cualquier comentario, sugerencia, crítica, insulto o lo que sea, pueden hacerlo al email de abajo. ¡¡ADIOSÍN!!

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