Capítulo 6:

Dolor

 

"Llevadme, por piedad, adonde el vértigo

con la razón me arranque la memoria...

¡Por piedad!... ¡Tengo miedo de quedarme

con mi dolor a solas!"

(Gustavo Adolfo Bécquer)

 

El dolor fue intenso e insoportable, afortunadamente apenas duró unos segundos.

-¿Por qué, Umi?

Aquella persona la abrazó con fuerza contra su cuerpo.

-Kreff... – susurró Umi en un tono de voz muy poco audible – Yo... Yo no quería...

-¡Pero lo deseaste! – adquirió el hechicero con gravedad – Deseaste morir, Umi. Hasta yo sentí la fuerza de tu deseo en mi alma.

Umi notó entonces que la apretaba con demasiada fuerza.

-Kreff, yo...

-No voy a dejar que mueras, nunca lo permitiré.

Su mano se posó suavemente sobre la herida de la joven y al instante ésta percibió un reconfortante calor. Sintió que la sangre dejaba de fluir y que la herida se cerraba. Sin embargo, Umi aún sentía dolor, pero no de la herida, sino del corazón...

-Umi, mi Umi. Eres mi Umi, mi luchadora mágica y querías abandonarme, irte para siempre de mi lado...

En ese instante, Umi recordó el anillo de zafiro, la llave al mundo de Gurú Kreff. Parpadeó varias veces como si acabase de despertar de un sueño... ¿Gurú Kreff? Estaba a su lado, sentía cómo la abrazaba cada vez con más fuerza, escuchaba el compás de su respiración muy cerca de su oído... ¿Pero cómo podía estar con él sin el anillo? El anillo se había destruido, los restos aún debían de estar por el suelo... Pero apenas había luz... ¿Dónde estaban? ¿En qué mundo se hallaban?

-¿Do-Dónde estamos? – preguntó Umi.

Hubo unos minutos de silencio, parecía como si Kreff no quisiera responderle.

-Kreff – Umi giró la cabeza hacia él y sus ojos se encontraron.

-No lo sé – fue lo que el hechicero respondió con expresión grave.

-¿¿C-Cómo??

Umi no podía dar crédito a lo que acababa de escuchar...

-Realmente no lo sé, Umi... Esto se escapa de mis facultades...

-¿Qué?

Pero... ¿qué era lo que estaba ocurriendo?

"No lo escuches, Umi, te está mintiendo..."

¿De dónde salía aquella voz?

"Él es quien lo ha preparado todo..."

¿Era posible que quien le hablara fuera...?

"Él ha sido quien ha enviado a Amarilis para matarte."

¡No!

"Pregúntaselo si no me crees, venga, ¿a qué esperas para preguntárselo?"

-Presea – susurró Umi entre dientes y cerrando con fuerza los ojos.

-¿Qué te ocurre, Umi? – sintió cómo la mano de Kreff le acariciaba el cabello.

"Él quería matarte, Umi, Gurú Kreff quería matarte..."

-¡No! – Umi le dio un empujón a Gurú Kreff y se levantó del suelo.

"¿Por qué no se lo preguntas, Umi? ¿Tienes miedo de la verdad, como siempre?"

Kreff hizo un ademán de acercarse a ella, pero Umi lo detuvo.

"Gurú Kreff envió a Amarilis para que te matase."

-Kreff, dime que no es verdad...

-¿Se puede saber de qué estás hablando, Umi? – los ojos azules de Kreff adquirieron un matiz sombrío, casi de enojo.

-Tú no me enviaste a Amarilis ¿verdad?

Aquellos ojos se abrieron con sorpresa y al instante volvieron a su estado normal, con lentitud y actitud resignada.

-Entonces lo sabes...

-Kreff... – Umi intentó reprimir las lágrimas - ¿Acaso tú... Querías matarme?

-¿Cómo se te ocurre tal idea? – gritó Gurú Kreff – Yo te la envíe para que te ayudase, para que cumpliese tus deseos...

"No es verdad, quería matarte..."

-No es verdad, querías matarme...

Los ojos de Umi tenían una expresión rara, su brillo había desaparecido por completo... Parecían los ojos de un muerto...

-Preferiría morir yo antes que desear tu muerte, lo sabes bien, Umi. Yo te quiero.

"Miente."

-Mientes.

-Amarilis sólo debía cumplir tu mayor deseo, creía que así podría volver a hacerte feliz... Jamás pensé que tu deseo fuera morir – su mano se alzó hacia la mejilla de la chica y la acarició -. Creía que cumpliendo tu deseo podría volver a verte sonreír como antes, hace tiempo que estás muy triste, mi pequeña Umi.

"Está mintiendo, sabía que tú desearías morir y por eso te envió al primer pilar para que cumpliera tu deseo y así no tener que hacerlo él."

-Presea tiene razón...

-Presea está muerta, Umi – con sus manos Kreff llevó la cabeza de la joven hacia su pecho y nuevamente la abrazó.

"Él ya no te quiere... Él sabe que estás enferma de muerte y para él eso signfica que estás manchada. Por eso ya no eres digna de estar a su lado, al lado del gran hechicero de Zafiro..."

-Tú ya no me quieres, Kreff...

"Eres una deshonra para él por eso tiene que acabar contigo."

-No me quieres porque estoy enferma...

-Lo sé...

¿Cómo?

-Lo sé desde hace tiempo, Umi, aunque tú siempre has tenido miedo de decírmelo.

"¿Ves como tengo razón, Umi? Sabía que estabas enferma y por eso envió a Amarilis para que te matase. Es un mentiroso cobarde, ¿de verdad aún sigues amándole después de saber ahora cómo es realmente?"

-Nunca te dije nada porque quería que siguiese siendo tu secreto hasta que te decidieses a contármelo – murmuró Kreff.

"¿De verdad lo puedes seguir amando?"

-Kreff...

"Es un mentiroso, no mereces estar con alguien así..."

-Dime, Umi.

"No lo pienses más, sé que quieres hacerlo."

-Kreff, voy a...

"Quieres hacerlo, Umi. Házlo."

-Kreff, voy a matarte – Umi apretó la mano entorno a la daga de Presea que acababa de aparecer en ella y la apoyó en el pecho del mago.

Una lágrima cayó sobre aquella mano... No, no era de Umi, sino de Kreff. Gurú Kreff estaba llorando.

-Tu dolor será por siempre el mío, Umi.

Las lágrimas siguieron cayendo durante un rato...

 

Continuará...

 

Notas de Ire:

Este capítulo me va a crear a muchísimas enemigas fans de Gurú Kleff... Lo siento, pero ya que no pude matar a Umi pues... Juajuajua, qué mala soy ^o^

¿Será esto causa de un trauma psicológico que tengo que me hace destrozar todas las parejas que creo? ¿Será por eso que a mí me duran los novios lo que un caramelo en manos de un niño?

Por cierto, ¿os habéis dado cuenta que a medida que avanza la historia los capítulos son más largos? Jejeje, otro capricho más de mi maquiavélico cerebro jujuju

Bueno, mejor pongámonos serios, pues este fic así lo requiere ¿no creéis?

Amargos besos...