Capítulo 5:

Mi deseo es...

 

El frío y suave tacto de la hoja de metal de aquella daga...

El reluciente oro de su empuñadura...

Aquellas palabras... Enfermedad... Muerte...

La voz de Presea pronunciando "eterna"...

Otra vez el frío tacto de la hoja de metal sobre su mejilla. Podía ser tan fácil si se lo proponía, sólo tenía que... Era muy fácil, la hoja era afilada, no costaría mucho y sólo sentiría un poco de dolor, como cuando te cortas con el filo de una hoja de papel... Miró sus muñecas, las venas eran muy visibles... No costaría nada... Nada...

-Q...Qué...??

La daga cayó al suelo...

-¿Qué es...???

Umi cayó de rodillas, desplomada y sin fuerzas. Le temblaba todo el cuerpo, incluso los dientes le castañeteaban y la mano... El anillo...

-Dios mío...

¿Qué había pasado? ¿Por qué había ocurrido aquello?

La mano, los dedos y el brazo le sangraban debido a los pequeños cortes que le habían causado aquellos pedazos de cristal azul...

-El anillo...

Había estallado en mil pedazos. En el suelo yacían los restos de aquel anillo de zafiro que Kreff le había regalado, como simple polvo azul...

Sin aquel anillo jamás podría volver a Zafiro cuando ella quisiera, jamás podría volver a ver a Kreff siempre que lo necesitase...

"No, no, no, no, no...", Umi sintió que la cabeza también le iba a estallar. Se sentía perdida, más sola que nunca, menos viva que nunca...

-¿Por qué? ¿Por qué haces que mi vida sea tan desgraciada y miserable? ¡¿ POR QUÉ ?!

-Lo siento, Umi, pero no has demostrado tener la suficiente fuerza de voluntad para ser portadora del anillo de Zafiro.

Repentinamente una cegadora luz empezó a emanar de los trozos del anillo que había por el suelo esparcidos.

-¿Qui-Quién eres? – preguntó Umi, temerosa.

Aquel cegador destello no le permitió ver su cara, pero vislumbró la figura de una mujer de larguísimos cabellos ondulados y vestida con un vaporoso traje blanco adornado con joyas zafirinas. Se parecía a...

-Princesa Esmeralda...

Percibió una suave risa.

-No – respondió la figura -, no soy Esmeralda... Sin embargo, tengo mucho en común con ella: yo fui el primer pilar del reino de Zafiro antes que Esmeralda, mi nombre es Amarilis.

La esplendorosa figura se agachó ante Umi. Pasó lentamente su mano sobre la piel de la muchacha y al instante las pequeñas heridas de su brazo desaparecieron.

-Umi...

Su voz sonaba muy suave y dulce, como lo fue la de la princesa Esmeralda.

-Mi pequeña Umi...

Umi sintió que sus brazos la envolvían, abrazándola contra su pecho con gesto maternal, pero, entonces sintió más deseos de llorar que nunca...

-No llores, mi pequeña Umi – escuchó que decía aquella mujer cuando la primera lágrima salió de su párpado cerrado.

"Llorar...

"Es lo único que puedo hacer...

"Lo he perdido todo; TODO."

-Ojalá me muriese ya y dejase de sentirme tan mal y tan vacía por dentro...

-Umi... – el susurro le acarició la mejilla - ¿De verdad es eso lo que deseas?

La llamada Amarilis la abrazó con más fuerza.

-¿Sabes por qué estoy aquí, Umi? – le preguntó entonces sin soltarla de su abrazo.

-¿Por qué?

-Porque una persona me envió para ayudarte a cumplir tus deseos...

-¿Mis deseos? ¿Quién te env...

Los labios se le paralizaron. Un tremendo dolor le subió desde el estómago a la garganta y después se repartió por todo su cuerpo. No podía gritar, quería hacerlo pero le era imposible...

-A....A.....mmm.....Ama....r....i....

-Lo has deseado con todas tus fuerzas, Umi. Éste era tu deseo, mi pequeña Umi – Amarilis continuaba abrazándola – y yo lo he hecho realidad para ti.

El sabor a sangre le llegó entonces a la boca. Quiso escupirlo pero tampoco pudo hacerlo. Con un último esfuerzo se llevó la mano a un costado y percibió el tacto de la daga de Presea...

-N... Nnno...nn...noo...oo..

-Era tu deseo, Umi.

Pero ya no había nadie con ella, la voz le llegaba desde muy lejos, desde algún rincón lejano de su mente. Todo estaba oscuro y ella estaba a solas en medio de esa oscuridad. Sentía como la sangre fluía a través de aquella herida y como le empapaba la ropa y le resbalaba por la cintura hacia las piernas.

-No...Nnnnoo....

Cada vez se le hacía más pesado respirar.

"No era mi deseo, no era mi deseo... La muerte no era mi deseo."

Y, sin embargo, ahora le venían a la cabeza todas aquellas veces en las que le hubiera gustado estar muerta.

-Nooooo....

-Pero lo deseaste...

Umi miró a su alrededor. Todo seguía oscuro, pero había alguien allí y la voz no era la de Amarilis, sino la de un hombre... Un hombre que desde sus espaldas le rodeó la cintura con sus brazos y con su mano extrajo aquella daga del cuerpo de Umi.

 

Continuará...

 

Notas de Ire:

Ejem, este final cada vez que lo leo me hace pensar en el "otro" final que tenía pensado, en el cual Umi moría desangrada completamente... Pero pensé: "es demasiado pronto para acabar con ella, Ire..." Y decidí revivirla ^^ (bueno, la reviví de una manera bastante romántica: aparece su caballero salvador, Kleff ^__^) Au! Creo que mi amiga Ale no me hubiera perdonado nunca que la matase...^__^U

Aunque... Aún me lo estoy pensando lo de acabar con ella en la segunda parte de esta historia... Bueno, será mejor que te deje seguir leyendo este fic.

Vuestra loca escritora,

Ire