CAPÍTULO XXIX: ¿QUE TE OCURRE MISATO?

 

 

 

 

 

 

            El comandante Ikari se encontraba en su casa del centro de la ciudad. Se acababa de duchar y se disponía a cenar. Encendió la televisión en el canal de las noticias, se sentó a la mesa y miró distraido la televisión.

 

            -Debería ser más cuidadoso- habló una voz a sus espaldas.

 

            -Ya sabía que estabas aquí- respondió.

 

            -Aún así no es seguro-.

 

            -Sólo tú conoces la ubicación de este apartamento, no consta en ningún documento ni registro- siguió con su cena -¿qué es lo pasa ahora?-.

 

            -Hay un Ángel cerca de aquí y me preocupa lo que pueda ocurrir-.

 

            -No te preocupes, los Evas acabarán con él-.

 

            -Este Ángel es distinto- prosiguió -puede descubrir el paradero de Adán y producir el Tercer Impacto-.

 

            El comandante Ikari dejó sus palillos por un instante dentro de su boca. Lentamente se los sacó y los dejó en la mesa. Levantó la mano derecha y se observó la palma de la mano. Un pequeño bulto apenas sobresalía, se lo rascó y acarició al tiempo que decía -ese Ángel irá como todos hacia el Dogma Terminal, y allí encontrará su fin. Una vez que desaparezca, sólo quedará uno para que el camino hacia la instrumentalización humana será imparable-.

 

            -Entonces, ¿debo hacer algo?- preguntó la voz.

 

            -De momento no, ya tenemos bastantes problemas con el comité de Seele...- reflexionó y ordenó -mantente vigilando a ese Ángel, si intenta hacer algo avísame-.

 

            -A la orden-.

 

            Se abrió una ventana a la espalda de Gendo y la figura se marchó volando.

 

            En el cuartel general de NERV, Misato estaba trabajando arduamente, intentando olvidar lo que unas horas antes le había confesado Kaji -no puede ser, él no haría esto. Debe saber algo más o no caería tan bajo...-.

 

            -Mayor Katsuragi-.

 

            -¿Sí?- volviendo a la realidad.

 

            -Debe ir al nivel veintiocho, la doctora Akagi la espera para la prueba de resistencia a la presión de los Evas-.

 

            -Gracias, ire en un momento-.

 

            Misato cogió el ascensor y descendió hasta el nivel veintiocho y entró al laboratorio C-3.

 

            -Buenas noches mayor Katsuragi-.

 

            -Buenas noches doctora Akagi- respondió -¿hay algo nuevo con esas pruebas? ¿algún problema?-.

 

            -La verdad es que no- sin dirigirla la mirada -usted se encuentra aquí por trámite burocrático, esto no acarrea ningún peligro-.

 

            De repente se activo una alarma.

 

            -¡Código azul!, ¡código azul! ¡es un Ángel!-.

 

            -¿Dónde?- preguntó Misato -localicen la fuente emisora de energía-.

 

            -¡Se encuentra sobrevolando la ciudad, ha aparecido de repente en el centro y se desplaza a gran velocidad hacia las afueras!-.

 

            Misato se dio la vuelta y comenzó a correr hacia el centro de mando. A los cinco minutos había llegado.

 

            -Informen sobre la situación del Ángel- y añadió -quiero una toma visual de él-.

 

            -Imposible mayor- informó Shigeru -el Ángel ha desaparecido de los sensores-.

 

            -¿Cuál es el último punto antes de desaparecer? también quiero saber la dirección-.

 

            -El último punto fue en la vertical de la salida del Eva UNIDAD-01 y su dirección era este-.

 

            -¡Por dios! ¡un Ángel no desaparece así como así!, ¡búsquenlo de inmediato! ¡prioridad de clase A-1!- cogió un comunicador -busquen al comandante Ikari, tenemos una emergencia-.

 

            En la casa de Gendo, este estaba a punto de acostarse cuando su teléfono comenzó sonar por la línea de seguridad. Lo cogió y descolgó con calma.

 

            -¿Diga? el comandante Ikari al habla-.

 

            -¿Señor? hemos avistado un Ángel sobrevolando el centro de la ciudad...-.

 

            -¿Por qué no se ha dado la alarma?-.

 

            -Porque a los cuatro minutos hemos perdido contacto con él sin poder encontrarlo-.

 

            -¿En dónde fue avistado por última vez?-.

 

            -En la rampa de salida del Eva UNIDAD-01-.

 

            -¿Algún rastro?-.

 

            -No señor-.

 

            -Bien, anule la alarma y diga que fue un fallo en los radares y sensores, acháquelo a un fallo en el registro de Magi- y colgó.

 

            Mientras se volvía a acostar pensaba -Nos queda un sólo Ángel, después, la eternidad- acariciándose la palma de la mano derecha.

 

            Misato estaba terriblemente cansada cuando llegó a casa al amanecer.

 

            -Creo que me estoy haciendo vieja- iba murmurando mientras cogía una lata de cerveza y se sentaba en la mesa del comedor.

 

            -Buenos días Misato- saludaron Asuka y Rei -vienes muy tarde de trabajar- dijo esta última.

 

            -Sí, ha sido una noche muy larga- bebiéndose la cerveza de un trago.

 

            -¿Hablaste con Kaji?- preguntó Asuka.

 

            Misato dejó la cerveza en la mesa y sin mirarlas dijo -ahora mismo no tengo ganas de hablar del tema...-.

 

            -Asuka, se nos hace tarde, deberíamos salir ya hacia el instituto- intervinó Rei cogiendo de la manga a Asuka y arrastrándola hacia la puerta.

 

            -¡Está bien! ¡está bien!- miró a Misato, que parecía deprimida -adiós, nos vemos después-.

 

            Las chicas salieron a la calle. Misato reflexionaba sobre las palabras de Kaji -¿será mi sino el perder algo cuando lo empiezo a amar...?- echó la cabeza sobre la mesa -primero fue mi padre y ahora es Kaji ¿por qué? ¿por qué?...-

 

            Se estaba quedando dormida cuando llamaron a la puerta.

 

            -¿Quién será ahora?- se preguntó al tiempo que se levantaba -veamos quien es ¿sí? ¿quién es?-.

 

            -Soy Kaworu-.

 

            Misato abrió la puerta y se encontró con el chico -¿qué es lo que quieres? ¿no deberías estar en el instituto?-.

 

            -Me encontré con Asuka y Rei por el camino y me dijeron que Shinji está enfermo- y sonriendo -y como es el único elegido que no conozco, me gustaría verle un momento-.

 

            -Está bien, pasa- dejándole sitio -se encuentra en su habitación. Perdona pero acabo de llegar del trabajo y me voy a acostar-.

 

            -Por mí no hay problema-.

 

            Cuando se dirigía hacia su habitación Kaworu comenzó a hablar como para sí mismo -el dilema del erizo es bastante curioso, cuanto más se aman y se acercan más pueden lastimarse con sus espinas, encontrando la posición adecuada pueden vivir sin lastimarse. Pero cuando su amor es grande y verdadero, no les importan las espinas, se deshacen de ellas aún a sabiendas que quedarán sin defensa para siempre, eso sí es entrega...-.

 

            Misato entró y cerró la puerta. Se desnudó y se metió en la cama. Estaba muy cansada, física y mentalmente, pero no era capaz de conciliar el sueño -porque habría dicho eso Kaworu- pensaba -todo esto me está haciendo pensar en Kaji. ¿Se habría acostado con Ritsuko si no le hubiera pedido ayuda? ¿lo hizo por mí?-.

 

            Misato seguía dando vueltas en la cama sin encontrar la postura adecuada -¿no seré yo la que le estoy haciendo daño? creo que mañana dejaré a los chicos y me preocuparé algo más por mí, hablaré con él francamente y dejaré las cartas sobre la mesa, pero este miedo que tengo...-.

 

            Con este tipo de pensamientos le fue llegando el sueño -mañana hablaré, mañana hablaré...-.

 

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ...................................................................................................