CAPITULO XIV: SIGO CON VIDA

 

 

 

 

            Shinji despertó en una cama bastante cómoda, con la habitación a oscuras -debe haber sido un sueño, volveré a dormir que mañana tengo que ir a la excursión y no quiero hacer esperar a Asuka- y se volvió a dormir sin darse cuenta de la figura de una persona en la penumbra lo observaba desde una esquina.

 

            En clase, Toji se preguntaba el por qué de la falta de Shinji, Asuka y Rei a las clases -deben de estar en algún experimento en NERV- le había dicho Hikari. No podía comprender que esa chica estuviera todo el día detrás de él dándole la murga -el ataque del Ángel debe haberla afectado-.

 

            Misato llevó a las chicas al instituto -gracias por sacarme del lío, podrían haberme enjuiciado y no volver a ver la luz del sol-.

 

            -No te preocupes- respondió Asuka deprimida -todo lo planeó Shinji desde un principio, pero cuando salga de allí debes contarnos todo sobre la lanza de Longinus, y por qué Gendo se quería deshacer de ella- mirándola muy seriamente -nos lo debes-.

 

            Volvió la vista y se fijo que Rei estaba como ausente, en su propio mundo, no dijo nada ni demostró preocupación por el estado de Shinji. Por el retrovisor pudo ver que un coche la seguía; era del tipo deportivo, por lo que no se separaban mucho del coche de Misato.

 

            -Chicas, alguien nos sigue-.

 

            -No digas idioteces, nadie en su sano juicio conduciría como tú lo haces-.

 

            -Si no me crees, mira por el retrovisor-.

 

            -Es verdad, pero ¿por qué...?-.

 

            -Eso da igual- interrumpió Misato -debemos seguir con la farsa hasta que lo averigüe-.

 

            Llegaron al instituto y las dos chicas se bajaron del coche. Misato se largó rápidamente mientras el coche negro se quedó aparcado enfrente del instituto.

 

            Toji se encontraba en esos momentos en la ventana intentando escapar de las exigencias de la delegada de curso cuando vio aparecer a las dos chicas. Su cara se alegró un instante para endurecerse al poco tiempo. Se percató del coche negro y de como dos individuos salían de él. Llevaban gabardinas marrones y de estas sacaron dos pistolas pequeñas.

 

            -Esto será fácil- comentó uno.

 

            -Ni lo dudes-.

 

            Cuando las estaban apuntando por la espalda, un objeto los golpeó derribándoles. Asuka y Rei se dieron la vuelta inmediatamente, pero sólo vieron un barullo de gabardinas y piernas.

 

            De pronto sonó un disparo y los hombres hecharon a correr dejando a un muchacho en el suelo. Las chicas se acercaron lentamente al chico que se agarraba la pierna con las dos manos mientras un charco de sangre se formaba en el suelo.

 

            -¡¡¡¡TOJI!!!!- reconoció Asuka -¿qué ha pasado?-.

 

            -¿Te encuentras bien chico?- se limitó a preguntar Rei con indiferencia.

 

            Toji no podía salir de su asombro, aquí estaba Rei, la dulce chica que le contaba sus secretos, aquella por la que había renunciado a ni siquiera hablar con ella para protegerla, con la indiferencia de un humano hacia la vaca del vecino. Fue demasiado para él. Hacía una semana y media que no la veía, la salva la vida arriesgando la suya y lo único que recibe a cambio es un "¿te encuentras bien chico?".

 

            -¡SÍ ME ENCUENTRO BIEN!- la gritó, pero esto tampoco hizo mella en ella, que ni siquiera cambió la expresión de la cara.

 

            -Tranquilo Toji- se interpusó Asuka, y para cambiar de tema -te ayudare a llegar a la enfermería, y de paso te cuento algunas cosillas...-.

 

            Él estaba muy enfadado con Rei, pero se dejó ayudar por Asuka. De camino a la enfermería , Asuka le contó los acontecimientos de la semana y media anterior.

 

            -...y desde entonces es como si hubiera perdido todo rastro de humanidad-.

 

            -¿No sabes quien quisiera mataros?-.

 

            -No tengo ni la más mínima idea, pero sería más fácil acabar con...-.

 

            Asuka se puso pálida como un cadaver -perdona Toji pero debo irme, Shinji corre peligro-.

 

            Mientras se dirigía corriendo a la salida del patio le gritó a Rei -¡cuida de Toji, te necesita!-.

 

            Rei no comprendió lo que quería decir, pero fue hasta donde se encontraba el chico e intentó ayudarlo.

 

            -No necesito tu ayuda, me las sé arreglar sólo- levantándose con gran dificultad.

 

            Salió por la puerta Hikari y la ver a Toji, se acercó corriendo a ayudarlo justo en el momento en el que le fallaban las piernas. Rei que seguía mirando la escena, sintió algo muy profundo en su corazón cuando Toji pasó el brazo por el hombro de Hikari. Hasta tal punto que se acercó a los dos y con un profundo odio dijo entredientes -Hikari, será mejor que vuelvas a clase, yo me ocuparé de llevar a Toji a la enfermería...- cerrando los puños.

 

            Hikari miró a Rei -yo soy la delegada de curso, por lo que me corresponde preocuparme por la salud de dicho curso-.

 

            Rei siguió inmutable -he dicho, por si no lo has oido bien, que será mejor que vuelvas a clase, YO  me ocuparé de Toji-.

 

            Hikari comprendió que no estaba bromeando, y que podría ser bastante peligroso hacerla enfadar, además estaba el estado de Toji; el cual tenía ya un bonito color ciano por la pérdida de sangre.

 

            -De acuerdo, pero ya nos veremos las caras-.

 

            Dentro de su debilidad, Toji se sorprendió de esas palabras -puede que no esté todo perdido...- y se desmayó.

 

            Afuera en las calles, una chica con uniforme de colegiala, corría como alma que lleva el diablo -debo llegar a tiempo, lo fastidie una vez y casí lo pierdo, no volverá a ocurrir- dirigiéndose al hospital.

 

            En el susodicho lugar, al mismo tiempo, entraba una mujer con un ramo de flores y unas gafas de sol negras -por favor enfermera, ¿me puede decir en que habitación se encuentra Shinji Ikari?-.

 

            Asuka se acercaba al hospital, y vio el mismo coche negro que los había seguido hasta el instituto -oh no, dios mío, por favor permiteme llegar a tiempo-.

 

            La mujer estaba subiendo por el ascensor, este se paró en la planta quinta y con una sonrisa salió de él.

 

            Asuka entró como un huracán por el vestíbulo del hospital, llamó a todos los ascensores, pero estos tardaban demasiado -vamos,vamos, mejor me voy por las escaleras-.

 

            La puerta de Shinji se abrió lentamente disolviendo las penumbras en las que se encontraba la habitación, Shinji despertándose preguntó somnoliento incorporándose sobre su brazo izquierdo -¿quién anda ahí?-.

 

            Acababa Asuka de llegar al quinto piso cuando escuchó dos disparos provenientes de la habitación de Shinji y un ramo de flores tirado a la entrada de la habitación.

 

            -¡¡¡¡NOOOOOOOO!!!!-.

 

            Asuka corrió hacia la habitación, encendió la luz y encontró a Misato con una pistola al lado de la cama enfrente de Shinji, este se encontraba tumbado sin dar signos de vida, y debajo de la cama había un charco de sangre.

 

            -¿QUÉ HAS HECHO MISATO?, DESPUÉS DE TODO LO QUE HIZO POR TI, ¡¡TRAIDORA!!- acercándose a la cama de Shinji con lágrimas corriéndola por la cara -¡ACABA CONMIGO TAMBIÉN Y A LA MIERDA CON VUESTRO MUNDO!-.

 

            En esos momentos, Shinji abrió los ojos lentamente y girándose hacia Asuka -pero, ¿a qué vienen esos gritos?, ¿no puedo tener un momento de paz?-.

 

            Asuka se dio cuenta en esos momentos de los dos cuerpos que yacían por el otro lado de la cama, eran los hombres que habían querido matarlas antes en el instituto. Se dio la vuelta lentamente hacia Misato -per... perdoname por lo que dije antes, yo creía que...-.

 

            Poniendo cara de perdonavidas -sí claro, una llega aquí a ver al chico, le salva de una muerte segura y ¿qué es lo que gana?, la bronca del siglo- y viendo de reojo que iba a empezar a llorar otra vez añadió -pero bueno, una ya está acostumbrada. ¿Qué? ¿no quieres ver si Shinji está bien? ¿eh?-.

 

            Asuka se giró y se encontró con la mirada de Shinji. No lo pudo resistir, se lanzó llorando al cuello de Shinji -creí que te perdía, no podía soportar el que te fueras...-.

 

            -Descuida Asuka, no me iría a ninguna parte sin ti- y en tono de broma para relajar el ambiente -antes me tendrían que matar-.

 

            Asuka se limpió la cara y mirandole a los ojos -prometemelo, prometeme que siempre estaremos juntos, pase lo que pase-.

 

            -Te lo juro, por mi padre en el otro mundo que no te dejaré a sola-.

 

            Asuka sonrió y dándole un fugaz beso en la mejilla -esto es para que te cures más rápido- y con una sonrisa salió al pasillo.

 

            -Vaya, vaya, en el otro mundo me despertaba a golpes, y aquí con besos, me parece que me gusta más esto que al principio- pensaba mientras se levantaba y comenzaba a vestirse.

 

 

 

 

CONTINUARÁ......................................................................................................