CAPÍTULO XII: LA LLEGADA DEL ÁNGEL

 

 

 

 

            Dentro del cuartel general de NERV, en la sala de mando, Ritsuko se había hecho con la situación y estaba comprobando los datos que le llegaban desde el satélite de observación situado en órbita sobre Japón.

 

            -No parece que vaya a penetrar en la atmosfera terrestre...- informó Shigeru -...de momento-.

 

            -Quiero saber la posición del Ángel en todo momento- ordenó Misato al entrar a la sala de mando.

 

            -Vaya, vaya, parece que por fin haces acto de presencia-.

 

            -En efecto Ritsuko, por lo que ahora soy yo quien está al mando-.

 

            -Señora, el Ángel se ha quedado en orbita alrededor de la Tierra, y su campo A.T. ha disminuido de fuerza- señaló Maya -debe estar preparando un ataque-.

 

            -Bien, preparen a los Evas UNIDAD-01 y UNIDAD-02-.

 

            Hablando por el micrófono tranquilizó a Shinji -tranquilo Shinji, verás como todo termina en un santiamén-.

 

            -Quiero los datos de las constantes de los pilotos de inmediato-.

 

            -Shinji y Asuka están bastante nerviosos, están interfiriendo con la sincronización de sus Evas-.

 

            -Y Rei, ¿cómo está?-.

 

            -No se podría decir si está dormida o despierta-.

 

            Misato se sorprendió un poco, puesto que era la única que sabía que ella no era la verdadera Rei de su mundo -esto no está bien, debería estar al menos un poco nerviosa-.

 

            El comandante Ikari observaba a través de un monitor las expresiones de los tres chicos; Shinji y Asuka miraban nerviosos, observando cualquier movimiento fuera de los Evas -ya me esperaba esta reacción, pero no pueden fallar...-. En cambio Rei estaba con la mirada serena esperando la orden de salida -...aunque se ha echo un buen trabajo con Rei-.

 

            Cuando estaban a punto de salir, una sirena en forma de sinfonía confirmó lo que temía Misato.

 

            -¡Ataque psicológico!- gritó alguien en la sala.

 

            -Levanten escudos de ondas alfa- ordenó de inmediato Misato -¿a cuanta distancia se encuentra el objetivo?-.

 

            -Está más alla del alcance de nuestras armas- respondió Shigeru.

 

            -Tenemos que intentarlo por lo menos, saquen las unidades a la superficie-.

 

            Los dos monstruos llamados Evas fueron llevados a la rampa de lanzamiento y sacados al exterior, donde los civiles que no se habían refugiado, sufrían una esquizofrenía paranoica y andaban asesinándose unos a otros.

 

            Los anclajes se soltaron y los Evas quedaron en un precario equilibrio, a fin de cuentas, sólo habían tenido una semana para adiestrarse. Misato les habló por el intercomunicado que llevaban incorporados, explicándoles el plan que había trazado -cogeréis el rifle de largo alcance que se encuentra en el distrito C en el edificio marcado con una H, mientras Asuka efectúa una maniobra de distracción, tú disparas al blanco y después nos vamos a casa,¿de acuerdo?-.

 

            Asuka no intentó discutir, ya que estaba alucinada con la vista tan dantesca que tenía de la ciudad y sus habitantes matándose unos a otros, pero Shinji preguntó -¿se ha hecho esto antes?-.

 

            -Claro que sí, durante la operación Yashima, en la que un Ángel atacaba todo lo que reconociera como enemigo o le atacará previamente; utilizamos el mismo rifle de francotirador y acabamos con él aunque tuvimos que usar la energía de la mitad del Japón...-.

 

            -Esta bien, eres la única persona en la que confió, y si me dices que dará resultado, lo haremos-.

 

            -Bien, pues que comienze el baile...-.

 

            Asuka intentó correr hacia una punta de la ciudad, pero su mala coordinación le hacía asemejarse más a un borrachín que a una máquina de guerra anti-ángeles.

 

            El Ángel tenía una gran percepción a larga distancia, pues su forma era como la de un árbol seco caido en el cual no se distinguen las ramas de las raices. En cada punta de sus "ramas" poseía lo que se podía llamar un ojo pero que en realidad era una esfera de un color azul muy puro; su color reflejaba la luz del sol asemejando, con su forma y disposición de "ojos", a una gran lampara de araña de salón. Gracias a está percepción, vio como una forma intentaba correr pero haciendo muchos zigzagueos.

 

            Intentó destruirlo con una serie de disparos energéticos de su campo A.T., pero el patrón de su carrera era imprevisible y con la gran distancia era menos que imposible que acertara. Desistió de acercarse más a la atmosfera terrestre por el peligro que eso llevaba; no en vano era el quinceavo Ángel que intentaba llegar hasta Adán.

 

            En la tierra, Shinji tuvo bastantes problemas en controlar su Eva, pero logró llegar hasta el edificio y sacar el arma -Misato, explícame como funciona este trasto- pero en vez de oir la voz de Misato fue la de su padre la que le contestó -Shinji, regresa al cuartel general, Rei tomará tu lugar-.

 

            -¡No puede ser!, ¡no tomará mi lugar! ¡pelearé y venceré al Ángel!-.

 

            -No discutas, Rei está en camino y comprobarás todo lo que ha mejorado. ¡Regresa!-.

 

            Shinji se giró y por detrás de él apareció el Eva UNIDAD-00. Rápidamente alcanzó a Shinji, y sin darle tiempo a nada, se apoyó en un edificio con la espalda, levantó el arma y confirmó -lista para disparar- con una sangre fría que heló la de Shinji.

 

            -Vamos chica modelo, me estoy jugando el pellejo para que te diviertas con el tiro al plato-.

 

            -¡Fuego!- ordenó el comandante Ikari a Rei con una sonrisa en los labios.

 

            Rei disparó, el tiro salio limpiamente de la atmosfera terrrestre, pero para cuando llegó al Ángel, ya había perdido toda su fuerza, y éste lo desvió facilmente con uno de sus brazos.

 

            El Ángel se enfadó renovando su ataque psicológico, por lo que los Evas tuvieron que volver a la base so pena de quedar igual que sus paisanos de a pie en las calles.

 

            Misato acudió al despacho del comandante Ikari para un reunión de urgencia.

 

            -Sólo se puede acabar con él usando la lanza de Longinus- sentenció Misato.

 

            -Tiene razón mayor, tiene mi permiso para usarla- le sonrió Gendo -es más, debe de usarla-.

 

            -A la orden-.

 

            Fuyutsuki se acercó a Gendo -¿qué pensarán los del consejo sobre el uso de la lanza de Longinus?-.

 

            -Ahora no te preocupes por eso, ya se lo explicaré con detalles...-.

 

            Cuando sacaron a los pilotos de los Evas, Misato los reunió en una sala a los tres.

 

            -Vamos a usar una nueva táctica-.

 

            -Si claro, y tendré que volver a correr como una loca mientras esa cosa intenta achicharrarme el culo...-.

 

            -Yo no saldré...- todos miraron a Shinji -...allí fuera no soy más que un estorbó...-.

 

            -No Shinji- le respondió Rei con una voz fría y sin sentimiento -el comandante Ikari te ha dado una tarea y debes realizarla...-.

 

            -¡Demonios!- se enfadó -¿se puede saber qué te pasa? ¿qué es lo que te han hecho? tú no eras así, te han lavado el cerebro o algo por el estilo...- mientras agarraba a su hermanastra por los hombros y la zarandeaba -¡reponde de una vez!-.

 

            -Ella es como debería ser- se oyó una voz a las espaldas -¿no creéis lo mismo?-.

 

            Era el comandante Ikari en la puerta con Ritsuko detrás -ahora ejecutaréis el plan de batalla o será el fin de toda la humanidad tal y como ahora la conocemos-.

 

            Les explicaron el plan, Shinji no estabá muy contento, no había bajado nunca al Dogma Terminal, pero había escuchado historias sobre un gigante que tenían allí crucificado, brotando de él interminablemente un mar de sangre y no escapando gracias a una lanza de que le cruzaba el pecho. Durante su semana de instrucción creyó que eran historias para asustarlos, pero cuando le explicaron el plan, no tuvo ni la mas mínima duda de que eran ciertas todas esas historias, y por nada del mundo quería quitarle esa lanza al gigante para que luego despertara. Así que ideó un plan paralelo, pero tuvo buen recaudo de contarselo a nadie y esperó a tener la oportunidad de ponerlo en práctica.

 

            Rei tenía la cabeza al frente, con la mirada perdida mientras se repetía una y otra vez -somos como las ovejas...-.

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ.........................................................................................................