CAPÍTULO XXVI: DÍA DE CAMPO

 

 

 

 

            Ritsuko se acercó a Rei -¿qué estás diciendo? ¿a qué te refieres?-.

 

            -¡Doctora Akagi! apartese de la niña- la apartó Misato con brusquedad -yo me ocuparé de ella, mejor vaya a recibir a Kaworu-.

 

            Ritsuko se separo de Rei mientras Misato la cogía en brazos -¡vamos chicos!- dijo la primera.

 

            Estos no se movieron -preferiríamos quedarnos con Rei- sugirió Shinji con mucho tacto.

 

            -Como queráis- girándose y volviendo al otro grupo que hablaba con Kaworu.

 

            Los tres chicos y Misato entraron en el coche dirigiéndose al piso de esta última. A la mitad del camino, Rei se fue recuperando del sock y pidió a Misato que pararan en el campo -un poco de aire fresco me vendrá bien-.

 

            Casuálmente pasaron por el campo de heno, ahora segado, al que cayeron cuando llegaron a este mundo.

 

            -Para aquí Misato- pidió Rei.

 

            Aparcó en la cuneta y todos salieron del coche -que bien sienta ¿no os parece?- preguntó Misato.

 

            -Este es el lugar en donde aparecimos- dijo Asuka -y según los datos que disponemos del CD que encontramos, fue al mismo tiempo que una alarma de Ángel- suspiró -no veo la hora de volver a casa-.

 

            Misato la miró sorprendida -¿ya sabéis como volver?-.

 

            -Sí- respondió Shinji -pero existe un problema...-.

 

            -¿Cuál?-.

 

            -Para poder volver a nuestro mundo deberíamos destruir el vuestro, y es por eso que todavía no nos hemos marchado, ¡debe haber una salida!- terminó Asuka.

 

            Misato estaba absorta con esta revelación, pero de pronto algo la llamó la atención. Giró la cabeza a la derecha y vio como Rei miraba el cielo con la preocupación escrita en la cara.

 

            -¡Rei! hemos venido aquí por ti y casi nos olvidamos-.

 

            Rei se asustó -¿qué pasa? ¿qué pasa?-.

 

            Misato se acercó a ella -tranquila, no quería sobresaltarte- y ya más tranquila -cuentanos por qué te desmayaste-.

 

            Rei les miró a todos -será mejor que os sentéis, es una larga historia-.

 

            Todos se sentaron en la hierba y Rei comenzó su relato.

 

            -Durante el ataque del último Ángel, este se adentró dentro de mi mente. Curiosamente no tenía miedo y estaba tranquila sabiendo que era la hora de mi muerte. Tuve una conversación con él en la cual comparaba a este mundo con una colonia de bacterias. Yo me opuse con toda mi alma, y se dio cuenta que no era un humano de este mundo. Me dijo que la evolución no puede quedarse estancada en un grupo de seres individuales. Al igual que los seres unicelucares evolucionaron hasta los pluricelulares, nosotros debemos evolucionar hacia otro ser superior que sea la unión de todos nosotros. Dijo que nos habíamos quedado en la misma encrucijada que hace sesenta y cinco millones de años y se debía dar un nuevo impulso-.

 

            Todos la miraban asombrados, Rei continuó con su relato.

 

            -El Ángel no quiso matarme, me dio una advertencia, algo sobre dinosaurios, no lo recuerdo muy bien. Pero de lo que sí me acuerdo es que la voz que tenía era la misma que he escuchado de Kaworu... y eso me asusta mucho-.

 

            Shinji se acercó a su hermanastra y le pasó la mano por la mejilla -no tengas miedo, Kaworu es sólo una persona, no tiene pinta de ser un Ángel... y su voz debe ser una coincidencia, recuerda que saliste de un coma y estás muy sensible-.

 

            -Shinji tiene razón- declaró Asuka -no debes temer nada de ese tonto de Kaworu, a mí me parece que es igualito que el Kaworu de nuestro mundo ¿no lo crees?-.

 

            -Sí, tienes razón- quitando peso al presentimiento de Rei -puede que sólo sea mera coincidencia, y cambiando de tema; hace un día muy bonito, ¿por qué no recogemos a Toji y nos vamos de excursión?-.

 

            -¡Sí, buena idea!- exclamó Shinji -un día de campo nos relajará a todos-.

 

            Cogieron el coche y fueron hasta una cabina pública donde llamaron a casa de Toji -así que vendrás ¿no?, bien, pues te esperamos en la estación de Sendai en una hora-.

 

            En las cabinas de sincronización, Ritsuko no había hecho caso a Kaji y estaba realizando unas pruebas con Kaworu.

 

            -Es increible, el índice de sincronización es del 125% y no hay indicios de contaminación mental- informó Maya.

 

            -No me lo puedo creer- susurró Ritsuko -supera con mucho el mejor registro de sincronización de Shinji. Podría controlar un Eva sin ni siquiera tener que introducirse en el Entry Plug...-.

 

            -Y no parece estar concentrado- añadió Makoto al tiempo que señalaba el monitor.

 

            Kaworu se encontraba dentro del Entry Plug observando la cámara con una sonrisa pícara en la cara -mientras dios se quede en su cielo....- susurró.

 

            -Todo en la Tierra estará bien- terminó la frase una figura observando a la Lilith crucificada en el Dogma Terminal.

 

            Misato y los demás recogieron a Toji en la estación del tren y se dirigieron hacia unas montañas que eran lugar turístico.

 

            -¡A la montaña! veréis como una buena caminata os abrirá el apetito para la hora del almuerzo- ordenó Misato.

 

            Comenzaron a subir la montaña haciendo senderismo -como sois chicos de ciudad y no estáis acostumbrados a la naturaleza, iremos por un caminito muy suave-. Al cabo de dos horas de camino -chicos... chicos... esperarme... no... puedo con... mi... alma- dejándose derribar al lado del camino.

 

            -¡Por dios! la anciana del grupo necesita que la lleven a cuestas por no poder andar un poquito- se burló Asuka mirando al cielo y con un dedo en la boca -o es que le pesa la barriga y el culo por las cervezas que traga-.

 

            -¡Basta ya! ¡ahora te enseñaré de lo que es capaz de hacer esta vieja!- se enfureció Misato. Se levantó cogiendo su mochila y comenzó a andar con aire de estar muy ofendida.

 

            -¿No crees que te has pasado?- preguntó Shinji en voz baja a Asuka.

 

            -¡Eres un tonto Shinji! si no hago esto no llegaríamos hasta mañana por la mañana-.

 

            LLegaron a un recodo donde terminaba el sendero sobre las dos de la tarde, y mientras los chicos iban a lavarse las manos, Misato se miraba las botas hechando humo -me parece que tendré que pedir unos días de baja- al tanto que una enorme gota la corria por el pelo.

 

            Abrieron las mochilas que había traído Toji de su casa con la comida.

 

            -¿Qué clase de plato es este?- preguntó Rei.

 

            -Es una receta que vi en un libro de cocina- contestó Toji -es la primera vez que lo hago, y espero que este bueno-.

 

            Todos cogieron un pedazo de la cosa redonda y amarilla que estaba dentro de la tartera y lo probaron -hhhmmmmm, está muy bueno- dijeron casi al unísono.

 

            -¿Cómo se llama?- saltó Shinji.

 

            -En la receta la llamaban "tortilla de patatas", y está compuesta de huevos, patatas, cebolla, sal y aceite de oliva-.

 

            -¡Pues te ha salido fenomenal!- mientras Shinji se comía un trozo que casi no le cabía por la boca.

 

            Los demás se rieron cuando Shinji se atragantó y se puso azul hasta que un tortazo de Asuka lo devolvió a la normalidad.

 

            -¡Fiiiuuuu! gracias Asuka, nunca me he alegrado tanto de recibir un tortazo-.

 

            -¡Pues aquí tienes otro por no pensar en los demás!- soltando la mano -no has quedado nada para nosotros-.

 

            La tarde fue pasando hasta el atardecer. De repente Misato se puso en pie -¡dios mío! ¡lo había olvidado!- y comenzó a recoger rápidamente.

 

            -¿Qué te pasa Misato?- preguntó Toji.

 

            -Nada, nada, sólo que había quedado con Kaji y voy a llegar tarde- mientras comenzaba a correr monte arriba -cuando queráis volver a casa, subir por aquí, hay un teleférico que baja hasta el valle- les gritó.

 

            -Parece increible- farfulló Asuka -nos da esa caminata pudiendo haber subido hasta aquí en teleférico-.

 

            -Asuka, ven por favor- pidió Shinji.

 

            Asuka se acercó a sus compañeros que estaban sentados viendo las luces de la ciudad y se sentó al lado de Shinji -¿qué quieres kinder?-.

 

            -Nada, solamente quería que no te perdieras todo esto- y estiró el brazo en dirección a la ciudad.

 

            -Sí, en verdad es muy hermoso, pero empieza a hacer frío aquí arriba- mirando de reojo a Toji y Rei que ya se habían abrazado.

 

            -¡Qué va! si voy en manga corta y no tengo ni pizca de frío-.

 

            Asuka se separó de él enfadada -¿eres idiota kinder? en verdad te aborrezco-.

 

            Shinji se volvió hacia Asuka y la pasó un brazo por los hombros -anda tontita, si lo hago por hacerte rabiar...-.

 

            -De momento no sé si perdonarte...-.

 

            En ese momento recordó lo que hizo el Kaji de su mundo al pedirle perdón a Misato. Quitó el brazo de su hombro, se puso de rodillas frente a ella y besándola en la mano dijo -mil perdones linda dama-.

 

            Asuka se quedó de piedra y después de regalarle un beso, se fue donde estaban Rei y Toji -Rei, ¿puedes venir un momento?-.

 

            Ambas chicas se separaron un poco, y Asuka le contó a Rei lo que había pasado con Shinji.

 

            -¿No es adorable?- terminó.

 

            -¡Otra vez no!-.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ.................................................................................................