Una Última Oportunidad.
Al abrir los ojos se da cuenta que están llenos de lágrimas. Se había propuesto no llorar, pero mientras dormía no lo ha conseguido. ¿Por qué? Si era normal que él tuviera a Sora como novia. Es más, hubo un momento en que prácticamente ella le propuso que estuviera con Sora, entonces ¿Por qué llorar ahora? No tenía sentido, era absurdo e infantil... pero doloroso. ¡Rayos! A veces se detesta por eso. Se colocó boca arriba, mirando el techo blanco. Podría quedarse así todo el día... sin verlo ni sentirlo. Pero primero debía terminar con lo que le habían encomendado, luego se encargaría de los asuntos personales.
-Sí- repite en alto- sí Luna, primero
te encargas del trabajo y luego te encargas de tu vida íntima.
-Buenos días- le dice Gabumon y ella
voltea hacia su digimon. Sonríe levemente.
-Hola...- entonces mira hacia la cama
de al lado y se preocupa al notar que está vacía- ¿Y Ryo? ¿Dónde está?
-Salió hace unos minutos, dijo que
quería tomar aire fresco- le explica.
-Ya veo, pues creo que iré con él-
sonríe ella parándose de la cama.
-Luna, ¿Cuándo te reunirás con los
demás niños?- le pregunta Gabumon, caminando a su lado.
-No lo sé, creo que esperaré a recibir
noticias de Genai, ojalá y ese se reporte rápido- se queja- porque ya cumplí
con mi parte, o sea buscar a Ryo, pero aún no sé para qué lo quieren...
-Dijiste que era para ayudar a Ken ¿no?
-Sí, pero lo que me temo es que luego
quieran que yo meta mi cuchara en esta batalla y ya no quiero eso- suspira ella
desalentada- no quiero...
-Pues lo siento, Luna, pero vas a tener
que hacerlo- una voz conocida para ella le llamó a sus espaldas.
-Ya me estaba haciendo a la idea, Genai-
baja la mirada- ¿Qué quieren que haga ahora?
-Debes reunirte con los demás elegidos,
que Ryo los dirija para que logren salvar a Ken- le dice acercándose a ella-
Deemon ahora no es un problema, podrán derrotarlo con algo de facilidad. El
verdadero problema ahora es Oikawa, su propósito es abrir un nuevo portal hacia
el Digimundo utilizando las semillas oscuras, una de ellas está en el cuerpo de
Ken. Debemos evitar que se la quite e implante en otros niños...
-De acuerdo, eso creo que puedo
hacerlo. Pero como soy precavida te preguntaré algo, en caso tal que el hombre
ese logre obtener la suficiente energía para abrir la puerta, ¿entonces cómo
evitamos que se abra?- pregunta ella.
Genai la observa por unos minutos. Luna
se extraña por su mirada, pareciera como si le estuviera pidiendo disculpas
¿por qué?, él se acerca un poco a ella y coloca su mano derecha sobre su
hombro.
-Sé que tú sabrás qué hacer, de
cualquier forma, ya estamos pensando en algo- dice mirándola con confianza-
sabemos que podemos confiar en ti...
-Gracias por el voto- sonríe levemente-
trataré de no defraudar a nadie.
-Sé que no lo harás, nos vemos- le da
un beso en la frente.
Luna da un gran suspiro. Ya se imagina
que terminaría en medio de esta batalla. Siente que ya no va a poder resistirlo,
no tanto por lo que va a luchar, sino porque va a tener que verlo de nuevo. Se
para en seco. Prometió no pensar en él, y lo va a cumplir. En ese momento
siente una mirada sobre ella, es Ryo, a sus espaldas. Él le mira como
preguntándole ¿Qué hacemos ahora?
-Tenemos que ir a buscar a los demás
escogidos- le informa- espero que no te moleste.
-Para nada- le aclara- quiero salvar a
Ken para terminar con esto de una vez por todas...
Luna emitió una risita, Ryo volteó a
mirarla confundido.
-¿Por qué te ríes?- pregunta.
-Es que exactamente estaba por decir lo
mismo- le mira ella sonriendo- creo que te pareces mucho a mí...
El chico se sonroja levemente por este
comentario. Al ver la cara de Ryo, Luna sonríe aún más. Entonces le toma de la mano
y mira a Gabumon.
-Creo que es hora de irnos ¿no?- dice
mirando a ambos.
Ryo trata de decir algo, pero las
palabras se confunden y no pueden salir de su garganta.
Sobre el lomo de Garurumon, los chicos
llegan rápidamente al centro de Odaiba. Él se coloca en la azotea de un
edificio, en donde tienen una buena vista de toda la ciudad. Luna baja del lomo
y empieza a buscar a los elegidos. Mientras lo hace puede sentir su corazón
latir rápidamente, quiere encontrarlos rápido, pero no quiere ver a Yamato, de
modo que ruega para que él no esté con ellos. Y si está... que no esté con...
ella.
-¿Y cómo los reconocerás?- pregunta Ryo
mirando hacia el horizonte también.
-Conozco a algunos- fue la respuesta de
la chica.
En ese momento Luna los divisa, están
persiguiendo un auto, por lo que deduce que allí se encuentra su objetivo
principal: Ken. Ella mira a Gabumon suplicante y luego observa a Ryo, quien le
mira sin saber cómo reaccionar.
-Bien, ha llegado el momento de actuar-
suspira ella- pero como no me gusta atacar sin saber contra quién lo hago,
mejor observaremos unos minutos. Pero Gabumon, te necesito listo a partir de
ahora.
-Cuenta conmigo- le aseguró.
La chica pudo observar cómo Daisuke, el
nuevo líder, peleaba contra dos digimon a quienes no pudo reconocer. Sin
embargo, la fuerza de estos dos era tal, que el niño no podía acercarse para
nada al camión.
Ryo observaba esto atentamente, sus
ojos brillaban al ver la batalla.
Luna dio un profundo suspiro, no iba a
esperar más. Miró a su digimon fijamente.
-Creo que es hora...
-¡Daisuke!!- exclaman Miyako y Hikari
llegando sobre Akilamon- ¡Llegamos para ayudarte!!
Enseguida un auto se estacionó cerca de
allí, de donde descendieron Iory y Takeru.
-Bien- sonríe Daisuke- ahora sí
podremos salvar a Ken...
-No estés tan seguro, niño- Oikawa
descendió del vehículo- yo ya tengo lo que quería y no pienso dejarlo ir tan
fácilmente...
-¿Se puede saber qué es lo que
quieres?- exclamó Taichi llegando con los antiguos elegidos.
-Vaya, ustedes sí que lo quieren saber
todo. ¿No saben que la curiosidad no es buena en exceso?- sonríe él.
-¡A mí no me interesa nada de eso!-
grita Daisuke enojado- ¡Sólo regrésanos a Ken!
Justo en ese momento una explosión casi
alcanza el camión y al Señor Oikawa. Todos voltearon a ver con horror que se
trataba de Deemon. ¿Ahora qué podían hacer? empezaron a preocuparse, ya habían
comprobado que sus ataques no le hacían ningún daño. Entonces no podrían evitar
que se llevara a Ken.
-Bien, ustedes ya han comprobado que
conmigo no se puede, de modo que por las buenas maneras déjenme llevarme al
chico- Deemon se fue acercando y, con mucho pesar y furia, Oikawa fue
retrocediendo poco a poco. Deemon abrió el camión, dejando ver un grupo de
niños y a Ken inconsciente. El digimon sonrió al ver esta escena y extendió su
mano para tomar al muchacho. Pero un rayo azul se atravesó entre él y su
objetivo, impidiéndoselo.
-¡Quiero que me escuches muy bien!!
¡Llegas a ponerle un dedo encima y te mueres! ¡¿Entendido?!- una voz
femenina visiblemente enojada se dejó escuchar.
Desde el lomo de MetalGarurumon, el
enojado rostro de Luna le exigía a Deemon que dejara a Ken en paz.
-¿Quién demonios eres tú?
-Espero que me hayas entendido- sigue
diciendo ella, a medida que va acercando al grupo de elegidos- y que te retires
tranquilamente y sin oponer resistencia, o de lo contrario a mi amigo no le va
a quedar más remedio que obligarte a obedecer.
-¿Sí?- se burla- ¡No me hagas reír!
-No te haré reír, te haré huir- le
corrige ella sonriente.
Por su parte, Yamato no puede dejar de
observarla. Es ella... ¡¡No puede creerlo aún! ¡Está allí frente a él! La
última vez que se vieron él desechó la idea de verla de nuevo, pero allí
estaba. Sonrió al verla tan... radiante??... hermosa??... no estaba seguro de
cómo describirla. Entonces la tibia mano de Sora le regresó a la realidad.
Volteó hacia la pelirroja. Sí, su novia. Ella le sonríe, visiblemente
preocupada, pero él le sonríe de vuelta, disipando su temor. El rostro de la
chica se aliviana y entonces se abraza a él, pero Yamato mira nuevamente de
reojo a Luna.
Ambos chicos se bajan de
MetalGarurumon. Ryo observa a Ken fijamente, el niño se ve tan indefenso. Debe
defenderlo a toda costa.
-Deemon, Luna te acaba de pedir que te
retires, de modo que tendré que usar la fuerza- le indica el digimon.
-Bien- murmura Luna- mientras pelea con
él, yo abriré el portal.
Ella le dirige una mirada sonriente a
Ryo y se encamina hacia donde están Taichi y el grupo de antiguos elegidos. Sin
tomar conciencia de ello, Sora enseguida se pone a la defensiva.
-Hola- les saluda Luna animadamente-
¡Cuánto tiempo! ¿no?
-¿Por qué volviste? ¿Qué quieres?-
fueron las preguntas con las que atacó Sora.
-Una larga historia, pero para
resumirles les diré que vengo “escoltando” a Ryo- les señala al joven- y como
Genai no tenía más refuerzos me pidió que interviniera en esta batalla. Ahora,
Koushiro, voy a necesitar un pequeñísimo favor.
-Dime en qué te puede ayudar...
-¿Trajiste tu computadora portátil? Es
para abrir un portal hacia un mundo de donde ese fastidioso de Deemon no pueda
regresar- sonríe ella.
Koushiro enseguida le da su computadora
y Luna se arrodilla en el suelo y empieza a trabajar. Daisuke y el resto del
grupo se acerca a Luna. Miyako, Iory y él la miran con confusión.
-¿Quién es ella?- pregunta Miyako.
-Luego les explico con más calma, por
ahora pueden estar tranquilos que estoy de su lado- sonríe ella tecleando
rápidamente.
Entonces el cielo empezó a nublarse
rápidamente, haciéndose como un embudo negro sobre Odaiba. Luna le hizo una
señal a MetalGarurumon y éste impulsó a Deemon hasta el embudo y éste, aunque
se resistió, fue absorbido poco a poco, hasta que ya no se distinguió nada de
él.
-¡Lo logré!- sonríe Luna.
Su sonrisa de triunfo fue interrumpida
por los sonidos de un motor encendiéndose. Entonces se dieron cuenta de que
Oikawa, aprovechando la confusión había escapado llevándose a Ken con él.
El rostro de terror de Ryo no se hizo
esperar. El chico cayó de rodillas. Luna miró suplicante a MetalGarurumon,
quien enseguida hizo ademán de correr tras el auto, pero no había dado un par
de pasos cuando cayó en el suelo, transformándose en Tsunomon.
-Lo siento...es que quedé muy cansado-
se disculpa él.
Luna da un gran suspiro y mira con
ternura al Digimon, se arrodilla frente a él y le toma en brazos.
-No, no es tu culpa. Ya lo
encontraremos, no te preocupes.
Ella se acerca levemente a Ryo, puede
notar que el chico solloza levemente, Luna baja la mirada. Levemente coloca su
mano sobre el hombro de Ryo.
-Te juro que lo vamos a ayudar... no te
saqué de ese orfanato para nada- trata ella de darle ánimos.
En ese momento, Taichi observa
incrédulo cómo Agumon se aleja de él y camina hacia Ryo, quien aún está de
rodillas en el suelo.
-Ryo...- el digimon le llama.
Él se voltea y parece reconocer en
Agumon a un viejo amigo, ambos se abrazan.
-Te juro que voy a encontrarlo... te lo
juro...- piensa Luna viendo la escena.
Ryo se pone de pie y mira a su
alrededor. Se encuentra con la mirada de los elegidos. Luna también les mira a
ellos, Ryo, ella y sus digimon parecen un equipo diferente al de los niños
elegidos.
-Creo que vamos a tener que trabajar
juntos...- fueron las primeras palabras que Ryo les hacía a los demás niños,
quienes no supieron cómo reaccionar, sólo asentir la cabeza levemente.
Continuará...
Notas de Autora: Bien, un segundo
capítulo con un poco más de acción. Ya les he dicho antes que las peleas no son
lo mío, así que excúsenme. Okis, espero sus comentarios, sugerencias y fotos de
Ryo a rei01@tokyo-3.com