Notitas antes de iniciar: de repente me inspiré y empecé a escribir esto. Bueno, si no sabes quién es Ryo... pues yo tampoco estoy muy enterada ¬_¬ pero era un chico que fue elegido junto con Ken. Está ubicado  desde el capítulo en que Ken ha sido raptado y los niños intentan buscarlo, al igual que Deemon.

Ah! Se me olvidaba, si no han leído “Amistad” (con la primera es suficiente) les recomiendo que lo hagan porque de lo contrario no sabrán quién es Luna y estoy usando al personaje con permiso de la autora.

Una Última Oportunidad

Por: Marissa Cervantes

 

Capítulo 1: “Recuerdos dolorosos”

El sonido del arpa se escucha por todo el recinto. El sonido era triste y profundo. Las manos que lo tocan son blancas y parecen algo frágiles. Una figura masculina aparece frente a la joven, porque es una chica quien toca el arpa. Ella le mira, da la impresión de que ha estado esperándolo. Sus ojos se encuentran. Pareciera que tienen mucho que decirse, el hombre se acerca a ella levemente. ella deja el arpa a un lado y le indica al hombre que se siente.

-Me dijeron que querías verme- dice la chica mirándole fijamente.

-Eres la única que puede ayudarnos. Sabes que hay problemas, de mucha gravedad, por eso recurrimos a tu ayuda- le dice.

-Ya veo... soy algo así como su “recurso invencible”- sonríe ella levemente- díganme qué es lo que tengo que hacer...

-Buscar a un elegido-

-¿A un elegido? No se estaban reuniendo todos los elegidos del mundo- pregunta asombrada.

-Es uno... algo... especial...- inquiere el hombre-...uno que conoce al problema principal muy bien.

-¿Problema Principal?

-Ken Ichijoyi- dice el hombre- el nombre del chico es Ryo.

-De modo que sólo debo buscarle a él, lástima que no veré a los demás elegidos, tenía ganas de verles- suspira tristemente.

-¿Te refieres a Yamato?

-A todos en general- le asegura.

-De cualquier manera, aquí está la dirección en donde vive el chico ahora- le pasa un papel.

-¿Qué debo decirle?- toma el papel en sus manos.

-Que le necesitamos urgentemente...

Luna le miró arqueando sus cejas. Ahora entiende, le llamaron para que ella convenciera al tal Ryo de que ayudara, porque ellos no tenían un buen argumento. Original ¿no? Quizás demasiado. Mira el papel nuevamente, lo dobla y mira al hombre.

-Está bien, le convenceré de que ayude- sonríe levemente.

-Gracias, Luna...

-Oh... de nada, Genai-

 

 

Horas después.

Dio un suspiro observando el papel en donde tenía la dirección anotada. Era un orfanato. ¿Cómo podía vivir en un orfanato? Eso la había dejado consternada. Porque Genai le dijo que sus padres estaban vivos cuando él fue elegido, entones eso quería decir que habían muerto en el transcurso de estos años.

Llegó a su destino. Era un gran edificio, aunque muy antiguo, ya se veía muy deteriorado. La pintura de las paredes se estaba cayendo y la puerta principal, que era de madera, estaba carcomida por el comején. Tocó la puerta, el timbre expulsó un ruido semejante a un alarido de terror. Ese lugar le producía escalofríos. Quería salir de allí cuanto antes. Le abrió una anciana, de apariencia un tanto aterradora, su rostro reflejaba una cara de pocos amigos tremenda.

-¿Qué quiere?- le pregunta tajantemente la anciana. La forma en como lo pronuncia deja helada a Luna- Le pregunté qué quería!!!

-Sí... lo siento, quisiera hablar con Ryo, por favor. Me dijeron que vive aquí- dice ella tratando de sonreírle a la señora, quien le inspecciona de arriba abajo por unos segundos. Sus ojos son fríos como el hielo, Luna se siente aún más incómoda.

-Lo busco enseguida, pase y espérelo aquí- dice a manera de orden, que Luna no se atreve a desobedecer.

El interior de la casa no es tan lúgubre como el exterior. Sin embargo, tiene la apariencia de ser muy antigua. Luna observa cada detalle, mientras espera, un trío de niños un tanto mal vestidos pasan por el pasillo. Ella les sonríe, pero los niños no le devuelven la sonrisa, se quedan consternados por la actitud de Luna. Ella les hace señas para que se acerquen. Poco a poco, los pequeños lo van haciendo. Ella saca de su bolso unos dulces y se los ofrece a cada uno, ellos dudan en tomarlos, pero finalmente lo hacen. Uno se lo devora al instante, los otros dos lo guardan como si de un tesoro se tratase. Entonces los pasos de la anciana se hacen notar y los niños quedan como paralizados del terror.

-Ryo la recibirá en su cuarto- le dice.

-¿Por qué?- no puede evitar preguntar eso.

-Está castigado- responde uno de los niños. La mujer le dirige una mirada de reproche total. Luna decide irse de allí y le agradece a la mujer, quien le indica cómo llegar hasta la habitación de Ryo. Cuando ya Luna está un poco alejada, puede escuchar un grito de dolor del niño, deduce que la mujer le ha pegado, probablemente por el comentario que hizo.

-Tengo que salir de aquí lo más rápido posible- piensa mientras sube las escaleras, que rechinan con cada paso suyo. Las habitaciones que observa se ven grandes, como para cuatro o cinco niños en total. Sin embargo, al ver la “habitación” de Ryo, se queda impresionada. Queda en el último piso, es un cuartito pequeño que no tiene siquiera puerta. Difícilmente puede vivir allí una persona. Se asoma y ve un agujero grande en la pared, que hace las veces de ventana, cubierta con algo de tela, semejando cortinas. Un colchón en el suelo actúa como cama y allí sentado se encuentra, mirando por el agujero, quien debe ser Ryo. Ella entra golpea levemente la pared.

-Permiso ¿Eres Ryo?- pregunta ella tímidamente.

-No sé quién seas, pero a la sra. Ikawa no le gusta que nadie nos visite; de modo que me estás ocasionando problemas- dice, por toda respuesta.

-Lo siento... yo... no sabía... yo...- por alguna razón Luna se siente muy culpable y no halla una disculpa.

-No importa, después de todo ella sólo busca excusas para recluirme en mi habitación- dice, aún sin mirarla- ¿Para qué me quieres? Porque yo no te conozco.

-Vine aquí porque necesito que me ayudes, que nos ayudes- corrige su petición.

-...- Como no obtiene respuesta, Luna sigue hablando.

-...Es sobre el Digimundo- le dice. Ryo se voltea entonces. Su rostro refleja sorpresa en un principio, tal vez no se esperaba a una chica; pero luego va cambiando poco a poco hasta reflejar indiferencia extrema

-Hace tiempo que me desentendí de eso- le responde.

-Hay nuevos problemas, no sé si habrás escuchado las noticias. No se habla más que de eso- suspira.

-Sí, me robé ese pedazo del periódico de la cocina hace un par de días- busca debajo del colchón y saca el recorte- habla sobre que los “monstruos” habían vuelto, igual que hacía tres años.

-Sí, es por eso que me mandaron aquí a pedirte ayuda- Luna piensa que tal vez no sea tan difícil convencerle.

-¿Y en qué podría yo ayudarles?

-No lo sé, la verdad. Pero debes de importar mucho como para que se requiera tu ayuda- sonríe ella levemente.

Ryo la mira por unos segundos, pero luego baja la mirada.

-No... ya no quiero más problemas...

-¡Me dicen que eres el único que puede ayudarnos con Ken Ichijoyi!!- dice ella- ¡¡Tienes que venir conmigo!!

-¡¡Precisamente por Ken lo digo!!- él se pone en pie- ¡¡NO supe cuidarlo!! ¡¡Por un descuido mío implantaron no sé qué cosa en su cuerpo!!

-Bueno, puedes venir conmigo y reparar tu error. Ken te necesita, nos necesita a todos... por favor- le mira ella suplicante.

Le contempla por unos instantes. El rostro de Luna refleja verdadera desesperación. ¿Cómo podría negarse? Además, cualquiera excusa es buena si se trata de salir de ese maldito orfanato de una vez por todas.

-Ayudaré... debo limpiar mis errores- suspira él.

-Bien- Luna se siente satisfecha de haber triunfado- ahora sólo nos queda encontrar un modo de sacarte de aquí, porque dudo que te dejen salir tan fácil ¿no?.

-Sólo se necesita mirar una vez a la Sra. Ikawa para darse cuenta de eso- suspira Ryo sentándose en el suelo nuevamente. Le hace un gesto a Luna, indicándole que se siente en el colchón.

-¿Te parece si vengo esta medianoche?- pregunta ella sentándose.

-Por mí está bien...- dice Ryo- con tal de salir de aquí...

-Vendré, te lo prometo. Luego veremos cómo ayudaremos a Ken ¿de acuerdo?- le sonríe.

-De acuerdo- ambos estrechan sus manos en silencio, como sellando un pacto.

En ese momento entra la Sra. Ikawa, quien le dice a Luna (de una forma muy “educada”) que debe retirarse. La chica se pone en pie y se despide de Ryo. Cuando se va alejando puede escuchar gritos provenientes de la mujer, quien le reclama a Ryo.

-¿Y se puede saber cómo conociste a esa chica? ¿Cuándo saliste de aquí? ¡Mírame cuando te hablo!- toma al chico por el brazo y le obliga a mirarla a los ojos- ¡¡Respóndeme!! ¡¡¡Ahora!!

No hay respuesta por parte del chico, esto encoleriza aún más a la mujer.

-¡Maldito mocoso! ¡Estarás castigado por dos semanas más! ¿Me entendiste?

-Sí, señora...- contesta él.

 

Cuando Luna cierra la puerta de ese orfanato, siente ansias de que den las doce de la noche. Para poder sacar a Ryo del infierno en que vive. Pero primero necesita un buen plan. La estructura tiene tres pisos y Ryo vive en el último. No puede entrar y tampoco subir por las paredes, sería suicidio. Entonces ¿Cómo podría sacar a Ryo de allí? Entonces sonrió levemente: Gabumon. Él sería la clave del éxito. Pero no estaba en el Digimundo, lo que significaba que estaba en casa de Yamato. Otra razón más para sonreír. No le veía desde hacía mucho tiempo, de modo que se va contenta hacia la residencia Ishida.

 

Residencia Ishida, 7:00 p.m.

Como no había nadie, había tenido que abrir la puerta (gracias a unos cuantos poderes donados por Genai) y entrar por su cuenta. Se sentía como toda una ladrona. En el fondo se siente algo triste porque sus esperanzas de ver a Yamato se han terminado. Una pequeña sombra se desliza por la sala. Sonríe al notar que es Gabumon. Ella enciende la luz. Gabumon salta hasta donde está ella y trata de asustarle, aunque sucede lo contrario porque el sorprendido es él, quien se queda paralizado observándola. Ella también se queda mirándole fijamente por unos cuantos segundos, para después sonreírle amigablemente.

-¿Y qué? ¿Acaso ya no me recuerdas?- sonríe.

-¿Luna?- se acerca más a ella- ¡Luna! ¡Tanto tiempo sin verte!

-Sí- le abraza- tenía ganas de verte... te extrañaba tanto.

-¿Y a qué has venido?- pregunta Gabumon- ¿Es por... por Yamato?

Luna se extraña, porque puede notar claramente que pronunció esto último con algo de tristeza.

-No, en realidad estoy aquí porque necesito de tu ayuda- sonríe- necesito que vayamos esta noche a buscar a un amigo ¿Te parece?

-¿Un amigo? ¿Y para qué, Luna?- Gabumon frunce el ceño.

-Porque nos va a ayudar con esta batalla que estamos librando- Luna se pone en pie- ¿Vienes conmigo?

-¡Claro que sí! ¡Eso no se pregunta!- él da un saltito de felicidad.

Luna da media vuelta y procede a irse, pero entonces ve algo que le llama mucho la atención: una fotografía de Yamato y Sora. Ambos están abrazados. Le sorprende... no puede negarlo. Gabumon parece notarlo y trata de distraerla.

-¿Y cómo se llama tu amigo?- Luna deja de mirar la foto, al parecer consiguió su propósito.

-Ryo... según tengo entendido conoció a Ken cuando era niño- le explica ella.

Ella quisiera quedarse allí esperando a Yamato pero ¿para qué? No sabría qué decirle, además ella tiene una misión que cumplir. De modo que apaga las luces y se va de allí, dejándolo todo tal y como lo encontró.

 

En la calle, minutos después.

Luna sigue platicando con Gabumon, en parte para sacar de su mente la figura de la foto y en parte porque quiere enterarse cómo está la situación.

-De modo que todos ellos recorrieron el mundo para destruir esas agujas ¿no?-

-Sí, Luna- le dice el digimon.

-Y que cuando regresaron se encontraron con la noticia que habían muchos niños desaparecidos- continúa ella.

-Así es, pero no están seguros de por qué- dice él.

-Estoy casi segura de las agujas de control eran sólo un “camuflaje”- piensa Luna- eran sólo una forma de distraer a los niños, y así ellos poder realizar sus verdaderos planes. Lo que significa que el rapto de esos niños tiene que ver con sus planes, ahora tengo que descubrir cuáles son sus objetivos y qué tienen que ver esos niños y Ken en ellos.

-¡¡Luna!!- le llama Gabumon, devolviéndola a la realidad.

-¿Sí?-

-Te preguntaba qué tiene que ver Ryo en todo esto- dice Gabumon.

-Él puede ayudarnos con Ken, fue también un niño elegido- le explica.

-Ya veo...

 

Afueras del orfanato, 11:45 p.m.

-Sólo faltan unos minutos más- murmura Luna montada sobre el lomo de Garurumon. Le había pedido esto porque así podrían huir más rápido, por si alguien llegara a despertarse.

Cierra los ojos y coloca su cabeza sobre la piel de Garurumon. No piensa en nada en particular... aunque hay muchas cosas en qué pensar. Todo lo que está ocurriendo. ¿Qué ocurrirá en esta batalla? ¿Contra quien está luchando? No lo sabe, sólo está segura de que tiene que dar su mejor esfuerzo para lo que venga.

También está ese chico Ryo. Por alguna razón, tal vez el ver cómo lleva viviendo por años, le removió su corazón. Se nota que ha sufrido mucho... imagina que debe ser terrible vivir en esas circunstancias y no sólo eso, sino también la forma en que le tratan. Terrible... terrible, terrible. Entonces toma la decisión que, cuando todo termine, le ayudará a encontrar una familia.

Y también está lo de Yamato; esa fotografía. No la puede alejar de su mente. Muchos podrían pensar que fue muy ingenuo de su parte el pensar que él le seguiría queriendo. Eso es patético.... trata de auto convencerse, pero no lo logra. Da un profundo suspiro... ¿decepción? No, no es eso. ¿Tristeza? Quizás un poco... ¿Desilusión? Sí, mucha.

El sonido de la primera campanada que anuncia las doce le distrae. Alza la mirada, entonces se da cuenta que alrededor de sus ojos las lágrimas empezaban a formarse. Las reprime con buen resultado. Le pide a Garurumon que avance hasta el viejo edificio. Entonces empieza a preocuparse, aún no sabe cómo subir hasta allá arriba. Pero sus preocupaciones se disipan al notar una silueta que va caminando hacia ellos. Se trata de Ryo. Eso facilita la situación. El chico se detiene a unos pocos metros de ellos y le sonríe levemente a Luna. Ella sonríe también y le extiende la mano para que suba al lomo de Garurumon.

-¿Y tus pertenencias?- pregunta ella al notar que el chico no trae ninguna mochila consigo.

-En ese orfanato no había nada que me perteneciera... sólo mi dolor y soledad- dice él tomando la mano de Luna- sólo me traje lo que tengo puesto, no quiero llevarme nada que me recuerde este lugar- sube al lomo del Digimon.

-No te culpo- murmura ella- por lo poco que vi... imagino cómo les trataban...

-No es algo de lo que quiera hablar ahora- él baja la mirada.

-Estaremos en un hotel un poco lejos de aquí, en Odaiba. No importa ¿cierto?- pregunta ella mirando el chico, detrás suyo.

-Cuanto más lejos de aquí, mejor- le asegura.

-Entonces, Garurumon, nos haces el favor y vamos rumbo a Odaiba, ¿de acuerdo?- sonríe Luna.

-Como tú digas, Luna- responde el digimon.

 

Odaiba, horas después.

Luna, Ryo y Gabumon se instalaron rápidamente en la habitación que les había proporcionado Genai desde antes. Era algo espaciosa, lo suficiente como para albergar dos camas y que quedara espacio para que Gabumon durmiera.

-Vaya que nos da lujos- suspira Luna- ¿de dónde sacarán tanto presupuesto? ¿Qué trabajo de medio tiempo tendrán?

-¿De quiénes hablas?- pregunta Ryo confundido.

-De mis superiores- sonríe ella irónicamente- porque han terminado siendo eso. “Superiores” ¡Qué dramático suena eso! ¡¡Miren en qué he terminado!! ¡¡Siendo mensajera!! ¡Esto sí que es patético!!

-No es tan malo- dice Gabumon- después de todo, así pudimos volver a vernos...

-Sí, creo que ése sería el lado positivo; si no regresara y me enterara de noticias dramáticas- dice ella mirando a su digimon- porque son novios ¿o no?

-...-

-¡¡Contéstame!! ¿Acaso crees que me pondré a llorar como una Magdalena? ¡Se nota que ya has olvidado cómo soy!- le dice ella- ¿Son novios?

-Pues... sí, sí lo son, desde hace muy poco- le confirma Gabumon.

-¿Y se quieren mucho?- pregunta ella, quitándole la vista al digimon.

-Sí... mucho...- termina de decir.

Ésa era la confirmación que Luna necesitaba para cerrar ese capítulo de su vida. ¿Su vida? Lo decía como si ella fuera la persona más normal de mundo. Su vida ahora era el Digimundo, no había nada más aparte de eso.

-Pero no por eso deja de doler- murmura cerrando los ojos y tirándose en su cama.

-Buenas noches...- le alcanza a decir Ryo.

-Hasta mañana, porque ten por seguro de que “buenas noches” no tendré- le responde ella- aunque gracias por la intención.

 

Continuará...

 

Notas de Autora:

Okis, un fic... ¡¡De Digimon!! Había dicho que no escribiría de esta serie en mucho tiempo, cuando terminé de escribir Suki da yo. Bueno, creo que han pasado ciertos meses. ¿La trama? Pues, para variar, quería hacer algo diferente de lo tradicional, decidí meterme con esto. Le dije a Raquel “manis del alma, me prestas a Luna un ratito ¿no?” ella no se negó (tan bella) sólo me faltaba un protagonista masculino, que no fueran los de siempre (O sea, Taichi, Yamato, Daisuke, etc, etc, etc...) tenía pensado que fuera Wallace, pero de repente husmeando entre las imágenes de la carpeta de Raquel me encuentro con una imagen de un niño tan cute, pero tan cute que quedé prendada de él. Corrí a preguntarle “¿Y quién es ese boy tan cute?” Me dijo “Ryo” corrí entonces a investigar sobre él... averigüé poquísimo, pero no me importó, así tenía excusa para lanzarle a la imaginación ^_^. Okis, sí, sé que le puse una situación muy dramática pero en ese momento me sentía muy triste y le saqué un orfanato al pobre Ryo. No sé cuánto dure esta historia, pero espero que les guste un beso grande y espero comentarios y críticas constructivas a rei01@tokyo-3.com y si alguien puede darme (ejem, quise decir darnos) más fotos de Ryo que lo haga, ya que sólo contamos con una.