El Diario de Hikari.

Por: Raquel Cervantes.

 

Capítulo 3: “¿Sólo un beso?”

 

-¿Bien?- dice Yamato mirando a Taichi fijamente- ¿Cuál es el punto?

-Es que... como tú sabes, Sora me gusta... bueno, estaba claro que me gustaba hasta...

-...el incidente con Jun- suspira el rubio-...lo que me estás tratando de decir es que desde que besaste a Jun, lo que sientes o sentías por Sora no está muy claro.

-¡¡Exacto!!- exclama Taichi.

-Pues sencillo, chico listo: habla con las dos por separado. De acuerdo a lo que cada una te diga y lo que sientas cuando estás con ellas, dependerá tu decisión- explica Yamato, como dictando una clase de anatomía; porque Taichi abre los ojos de par en par.

-¡¡Eso sería s-u-i-c-i-d-i-o s-e-g-u-r-o!!- dice Taichi- verás, Sora dejó bien en claro que NO me quiere ver y aunque lo intentara, la guardaespaldas Mimi Tachikawa me arrancaría la cabeza. Y Jun... pues... en realidad, no sé cómo comportarme con ella.

Yamato prestó atención a las últimas palabras de su amigo. Él se sonrojó levemente cuando mencionó el nombre “Jun” y habló en un tono muy inusual en él. El chico de ojos azules sonrió.

-¿Sabes amigo?- dice poniendo la mano en el hombro de Taichi- tal vez no tenga ni caso que hables con Sora...

-¿No?- pregunta el chico confundido.

-Yo creo que, aunque inconscientemente, ya has escogido a una- sonríe.

-¿Eh? ¿Qué?

-Pero aterriza, amigo- suspira él- hablaré con Jun, le diré que mañana irás a verla.

-¿Qué?- Taichi se pone nervioso- ¡¡Estás loco!! ¿Bajó qué clase es excusa iré a su....?

Entonces Taichi recordó la verdadera razón por la que Jun había ido a su casa hacía un par de días. Por el problema de Daisuke. Pero con todo lo que pasó después lo había olvidado. ¡¡No hay duda de que sería la excusa perfecta!!

-Sí- sonríe- tengo la excusa perfecta, no me fallará.

-Bueno, en ese caso hablaré también con Sora, pero debes hablar primero con Jun ¿de acuerdo?- sonríe Yamato.

-Sí, pero no entiendo. ¿Cómo así que ya sin saberlo escogí a una?- pregunta Taichi llevándose las manos a las cabeza.

-Querías hablar de Sora y terminamos hablando de Jun, tú dirás- dice Yamato antes de irse.

 

-Residencia Motomiya- escucha Yamato la voz de Jun.

-¿Jun?- pregunta él.

-Sí, ella habla. ¿Quién es?

-Soy Yamato.

-¿Yamato?- ella se sorprende- ¿Qué haces llamando a mi casa?

-A darte un recado de Taichi- Yamato no pudo darse cuenta, pero Jun sintió un escalofrío al oír mencionar ese nombre- dice que irá mañana a tu casa, tiene algo pendiente.

-¿Qué? ¿Conmigo?- ella se sonroja.

-En realidad no me dijo, sólo me pidió que te lo dijera- suspira.

-De acuerdo... gracias Yamato- dice ella- dile que aquí lo espero.

Jun cerró el teléfono y se sentó en el sillón. ¿Qué podría hablar Taichi con ella? Entonces pensó que tal vez venía por lo de su hermano, Daisuke. Casualmente, el chico iba pasando por allí.

-¡¡Daisuke!!-le llamó ella- ¡Espera un momento!

-¿Se puede saber qué quieres?- pregunta él extrañado.

-Es que Taichi vendrá mañana, seguramente para hablar contigo- suspira ella- sólo para que lo supieras.

En ese instante el teléfono sonó de nuevo.

-¿Sí?- contestó Jun- ¿Mamá?.... Hola, oye ya es un poco tarde y no has llegado, nos tienes preocupados a mi hermano y a mí.... ¿Qué? Sí, sí entiendo.... ¿Papá? Nos ha dicho que llegará tarde. ¿Cómo? Pero... de acuerdo mamá, estarán listos mañana para que vengas a buscarlas... adiós... mamá.... te quiero mucho.

-¿Qué quería?- pregunta Daisuke desviando la mirada.

-Era para decir que no dormiría hoy en casa, se quedará en casa de la abuela. También me pidió que arreglara todas sus cosas... se las llevará mañana...

-...de modo que se irá de casa- Daisuke baja la mirada.

-Sí, hermano, para cualquier cosa estoy yo- ella se acerca lentamente.

-Ya volverá ella- dice Daisuke.

-¡¡Basta!!- se enoja Jun- ¡¡Estoy harta de eso!! ¡Entiende que ella nunca volverá! ¡Papá y mamá se van a separar!! ¡Y nosotros NO podemos hacer nada para evitarlo! ¡¡Acéptalo de una buena vez!!

-¡¡No quiero oírte!!- le grita él- ¡¡No quiero!!

Daisuke toma su chamarra y sale de la casa, dejando a su hermana en la desolación.

 

Daisuke recorre las calles por algo de tiempo, quizás una o dos horas. Finalmente se sienta en una banca y empieza a preguntarse ¿Por qué? Hace menos de un mes sentía que todo estaba bien, el Digimundo estaba sin problemas y todo había vuelto a la normalidad. Pero ellos empezaron a discutir. ¿Por qué? Nota que empieza a llover ¿acaso eso le importa ahora? No quiere saber nada de nadie. Sus lágrimas se mezclan con las gotas de lluvia que mojan su rostro. Cierra los ojos y se queda así por varios minutos.

De repente nota que la lluvia ya no cae. Mira a su alrededor y nota que aún sigue lloviendo, el agua no cae sobre él. Alza la mirada y encuentra el paraguas y la leve sonrisa de Miyako.

-¿Qué haces aquí Daisuke?- pregunta.

-Yo... creo que podría hacer la misma pregunta...

-Estás frente a mi edificio- señala el edificio que queda frente suyo- no podía dormir y me asomé al balcón, el del tercer piso, y noté que había alguien mojándose, me extrañé aún más cuando me di cuenta de que eras tú. ¿Quieres entrar? No creo que con esa ropa mojada te hagas algún bien- suspira.

Él accede y se dirigen al apartamento de Miyako. Cuando entran, todo está a oscuras, Miyako le lleva hasta su habitación. Una vez allí, ella enciende la luz.

-Toma- ella le da una toalla- sécate, te buscaré algo para ponerte.

Sale de su habitación y regresa a los pocos minutos.

-Son de mi hermano- sonríe ella- espero que no te queden tan grandes...

Él le agradece y se cambia. (NA: ¡En el baño! No piensen mal). Luego se sienta en el suelo.

-Toma- pone frente a él un té y un par de galletas- son para que te calientes...

-Gracias- él digiere los alimentos con calma.

Finalmente, Miyako se siente en su cama y toma aire, para preguntarle qué hacía allí. Porque ella, a pesar de la lluvia y lo mojado que estaba, pudo notar que él estaba llorando.

-Y... Daisuke... ¿Qué hacías allá afuera a estas horas y tan alejado de casa?

Él guardó silencio por unos minutos que le parecieron a Miyako eternos.

-Es que... yo... tuve una discusión con Jun porque... mis padres... ellos...se van a divorciar...- cierra los ojos. ¡LO había dicho! Sintió que el nudo en la garganta se había disuelto. Claro que no era menos doloroso...

-Daisuke- Miyako terminó sentada en el suelo también- lo siento... no sabía de esto...

El chico empezó a llorar otra vez, ahora era demasiado fuerte el dolor como para retener las lágrimas. Aunque al principio se sorprendió, ya que jamás se esperaba ver a Daisuke de este modo, Miyako se acercó y le abrazó fraternalmente, para hacerle ver que ella estaba apoyándole.

 

-De modo que dices que se enamoró de Jun- Sora baja la mirada.

-Sí, lamento tener que decírtelo así, pero es la verdad- dice Yamato, esperando la reacción de la chica.

-¡Esto no me lo esperaba!- sonríe ella.

-¿Qué?- ahora sí que él está sorprendido.

-La verdad yo sentía que Taichi no me pertenecía desde hacía algo de tiempo... pero no quise verlo hasta que ocurrió ese beso. Aunque te confieso que jamás me imaginé que Taichi terminaría queriendo a Jun, y ella a él, siempre creí que tú le gustabas.

-Según lo que Taichi me dijo, se fue enamorando de él poco a poco- comenta Yamato.

-Ahora soy libre- sonríe- y creo que no quiero enamorarme por un buen tiempo.

-Y si lo haces de alguien totalmente diferente a Taichi, por favor- se burla Yamato.

-¡Eso es más que un juramento!- sonríe ella también.

-Ahora mismo, tu ex, debe estar con su “prospecta”- suspira Yamato.

Y él tenía razón, justo en ese instante, Taichi estaba tocando el timbre de la casa Motomiya.

-¡Daisuke!- Jun abre la puerta esperanzada, pero nota que es Taichi.

-Vaya!- suspira él- por lo visto esperas a otra persona.

-Sí... bueno, en realidad espero a Daisuke- baja la mirada.

Taichi quedó en estado de shock. ¿Estaba ella sola en su casa?

-Pasa- abre ella la puerta.

-Que bueno que viniste- dice ella una vez que estuvieron adentro- ayer... mi mamá me pidió que le recogiera todas sus cosas. Ella se irá de aquí, Taichi. Por eso, tuve una discusión con Daisuke... él se fue... y lo peor es que ayer mi padre no regresó a la casa. Me di cuenta porque me quedé despierta esperando a mi hermano... y ni él ni papá aparecieron. Me sentía tan sola anoche... tan inútil... debí seguir a mi hermano anoche...

-No tienes la culpa- trata de calmarla- ¡Ya verá Daisuke cuando regrese! ¡Cómo se atreve!

-Él también es víctima, al igual que mamá y yo- dice- el único culpable es papá. Por eso tomé una decisión: voy a vivir con mamá. Ella está en la casa de la abuela, es aquí en Obaiba, por lo que no afectará mucho... el problema es cómo lo tomará Daisuke.

-Entenderá- le sonríe- y si no lo hace por las buenas, yo lo obligaré.

Ambos se miraron por unos segundos. Taichi pudo comprender lo que Yamato le dijo la noche anterior. Es cierto, su corazón ya había hecho una elección. Entonces el teléfono sonó, Jun contestó.

-¡Daisuke!- sonríe ella- ¿dónde estás?

-En casa de una amiga- dice él.

-Daisuke, antes de que llegues a casa, tengo que decirte algo. Decidí irme a vivir con mamá...- dice ella. Hay un silencio abrumador.

-¿Ella está en casa de la abuela?- pregunta Daisuke- ¿Y ya arreglaste todo lo tuyo y de mamá?

-Sí... y está todo listo- dice ella.

-¿Podrías hacerme un favor?-

-El que quieras...

-Arregla también mis pertenencias, voy a irme con ustedes.

-¿En serio?- ella sonríe.

-Sí, ya voy para allá.

-¿Qué dijo?- pregunta Taichi al verla tan contenta.

-¡¡Se va a ir conmigo!!- le abraza- ¡¡No sé que pasó ayer, pero estoy contenta de que haya entendido!!

-De modo que vine aquí para nada- suspira él desilusionado.

-No digas eso...- sonríe ella dándole un beso en los labios. Él le responde también con igual ternura. Jun está feliz, ahora sabe perfectamente que Taichi la quiere a ella y sólo a ella.

-Te quiero...- sonríe él.

-Yo también... y no digas que viniste aquí para nada- sonríe ella con malicia- aún necesito a alguien que me ayude con las maletas...

-¡Claro, si ya lo decía yo!- reclama él sonriendo.

 

-Gracias de nuevo- dice Daisuke a Miyako.

-Tranquilo, para eso están los amigos ¿no?- sonríe ella.

-Dile a tu hermano que le devolveré la ropa luego- suspira él con vergüenza.

-Quédate tranquilo- vuelve ella a sonreír- que no creo que lo note...

-Miyako-san... yo quería decirte que en verdad aprecio mucho lo que hiciste por mí anoche. Lamento haberte importunado... pero quiero que sepas que me ayudaste mucho, yo antes como que quería rechazar la idea de separación de mis padres pero ayer no sé por qué, pero tú me ayudaste a enfrentarlo... gracias y yo... yo...

-¿Sí?- pregunta ella acercándose levemente.

Daisuke tenía algo que decir, pero no sabía cómo. Miyako se había comportado con él como creyó que nadie lo haría. Necesitaba expresarle su agradecimiento, pero no sabía cómo hacerlo.

-Es que yo... yo...- el chico cerró los ojos y tomó a Miyako por la cintura y con un movimiento rápido unió sus labios. La chica queda totalmente paralizada, esa reacción por parte de Daisuke no se la esperaba. ¡¡Si hacía sólo unas semanas aún pregonaba su amor por Hikari!! ¿Por qué hacía eso entonces? ¿Por qué la besaba? Sin embargo, en los últimos segundos, le correspondió.

-¡¡Nos vemos!!- dice él antes de cerrar la puerta y salir de allí.

 

***Ring, Ring***

Hikari se dirige al aparato y ruega que no sea Takeru. Toma el auricular y contesta.

-¿Sí?-

-¡¿Hikari?!- es la voz de Miyako.

-Hola- suspira ella satisfecha- ‘¿Cómo estás?

-¡¡Ay, Hikari!! ¡Me siento muy extraña!- la voz de su amiga sonaba entre el llanto y la felicidad.

-¡Cálmate primero! ¿Qué te pasa, amiga?- pregunta ella preocupada.

-Es que... pasó tan rápido... yo creía que él iba a darme un leve beso en la mejilla... me miraba tan raro... sus ojos se veían diferentes... entonces... sus labios... cuando menos lo esperaba... encima mío... fue... terrible...

-¿Qué?- Hikari no entiende nada- ¿De qué estás hablando?

-¡¡Hikari!! ¡¡¡Daisuke me besó en los labios!!!- grita Miyako a todo pulmón.

Hikari abre los ojos de par en par. Quedó totalmente paralizada y al reaccionar lo único que pudo salir de sus labios fue.

-¡¡¡¡¿¿QUÉÉÉ?!!!-

 

CONTINUARÁ....

 

Notas: n_n aquí va el capítulo 3, je, je. En realidad no sé si esté muy bien dejarlo así u_u. Es que esa escena de Miyako y Daisuke. Es que verán, no estaba en mis cabales, escribí este capítulo de un tirón, ji, ji y cuando ya lo tenía terminado, lo volví a leer y dije: ¡¡¡¿¿QUÉÉÉ??!!! (sí, igual que Hikari) pero como la volví a leer de nuevo y me gustó, decidí dejarla así. Si hubiera sido con imagen incluida, seguro y Daisuke se veía kawaii, je, je.

Bueno, ya tengo a una pareja junta (Jun y Taichi) ahora me faltan... ¿cuántas serán? (Raquel se rasca la cabeza confundida)

Admito que no fue el mejor capítulo, pero tampoco el peor... ¿o sí? ¡¡No me miren así!! Oigan... alejen esa pistola... (Raquel se cubre y saca un letrero que dice:

El siguiente capítulo sí que les gustará... prometido. Si de todas forman piensan insultarme o demás, favor escribir a kaori_chan_01@yahoo.com y plis, no se excedan ¿eh? Pero si es para elogios, mucho mejor, y diríjanse a la misma dirección,

atte.,

 

2001 Raquel Cervantes J