El Secreto de mi Hermana.
Por: Marissa Cervantes.
Suspira. Lleva días así, suspirando y sonriendo de la nada cuando cree que nadie la ve. Pero se equivoca; yo me he dado cuenta. Tal vez nadie más en la familia haya notado su cambio, porque es en cosas muy sutiles, como cuando empieza a tatarear una canción mientras cocina. O cuando empieza a sonreír sin razón alguna, mientras lava la ropa. Cuando empecé a sospechar que no era algo común, como tal vez lo tomaron los demás miembros de la familia, me dediqué a espiarla. Me levantaba más temprano que nunca y me colocaba detrás de la puerta y escuchaba que cantaba una canción. Eso no era extraño, generalmente lo hacía, pero lo que nadie notaba era que se trataba de una canción de amor. ¿Acaso nadie podía notarlo? Por favor, sé que entonces fui ingenua. ¿Quién, en mi familia, notaría aquellas cosas? La única que podría hacerlo sería yo. Cuando llegaba del colegio enseguida la buscaba y ella estaba allí, colocando la ropa al viento, para que se secara. Estaba sonriendo, pero una sonrisa de satisfacción, de felicidad completa.
Observo su rostro, radiante y más feliz que nunca. La veo cual ángel.
Entonces, un día cualquiera, sucedió. Era un domingo, todos estábamos en casa. Ella estaba en la cocina cuando sonó el timbre. Supuse que era el cartero, era día de repartir correspondencia. Anuncié, mientras pasaba por la cocina, que yo abriría, pero ella se volteó hacia mí. Dejó lo que estaba haciendo y me dijo en un tono dulce que no me preocupara, que ella iría a recoger la correspondencia. Sin embargo, pude notar un cierto rubor en sus mejillas cuando pasó por mi lado.
Realmente eso me dejó sorprendida. Cuando reaccioné corrí detrás de ella. Ya el cartero se había ido y ella revisaba la correspondencia minuciosamente, como siempre lo hacía. Pero me pareció ver cierto brillo en sus ojos, un brillo de… ¿amor?
Fue justo en ese momento que llegué a una conclusión: mi hermana Kasumi estaba enamorada.
Akane Tendo cierra su
diario y lo coloca en un cajón de su pupitre. Da un suspiro. Pensando en lo que
ha escrito. Necesitaba desahogarse con alguien, y como en su casa no
encontraría a nadie, pues lo hacía escribiendo en su diario, quien siempre
había sido su confidente.
Miró el calendario que
tenía colgado en la pared. Mañana sería domingo, día de recibir correo. Tenía
que estar con Kasumi para ese momento. Estaba segura que su hermana esperaba
carta de alguien, alguien a quien ella amaba profundamente. Pero ¿quién? Ya se
había hecho esa pregunta varias veces y no encontraba ninguna respuesta.
Siempre pensó que, a fin de cuentas, Kasumi se casaría con el doctor Tofú. Pero
por lo visto los intereses de su hermana ahora estaban por otro lado.
Pero si lo pensaba bien.
Kasumi casi nunca salía de casa a divertirse y menos se iba de Nerima, a menos
que fuera con toda la familia. ¿Cómo entonces ella conocía a alguien y recibía
correspondencia de él? y además ¿Kasumi le escribiría? Porque siempre que le
tocaba a ella depositar el correo, nunca había ninguna carta de Kasumi.
Entre estos pensamientos
estaba cuando escuchó un golpe. Se volteó hacia la puerta, pero se dio cuenta
que el ruido provenía de la ventana. Cuando despejó las cortinas vio que se
trataba de Ranma. Abrió la ventana y le dejó entrar.
-¿No pudiste entrar por
la puerta, como la gente normal?- suspira la chica.
-No me regañes ¿sí?-
dice Ranma sentándose en el suelo- lo que ocurre es que vine a preguntarte
algo…
-Te escucho- dice Akane
sentándose en su cama.
-Es que últimamente te
has comportado de una manera un poco extraña. Y me preguntaba si es por la rara
actitud que ha adoptado Kasumi en estos últimos días…
Akane realmente se
sorprende. ¿Ranma también lo ha notado?
-¿Tú también te diste
cuenta?
-Pues claro… aunque tal
vez después de que tú lo hicieras- sonríe el chico- ¿tienes alguna idea de por
qué esté así?
-Pues…- Akane da un
suspiro y se recuesta en la cama- tengo una teoría… pero me resisto a creerla…
-¿Qué clase de teoría?-
pregunta Ranma poniéndose de pie y acercándose a Akane.
-Creo que… que Kasumi
está enamorada…- dice cerrando los ojos.
Lo ha dicho. Hasta ahora
no había podido más que escribirlo en papel. Mientras, Ranma abre los ojos de
par en par y hace un esfuerzo sobrehumano para
no caerse de la impresión. ¿Kasumi enamorada? ¿La dulce Kasumi? Pues él
siempre pensó que estaba enamorada del Dr. Tofú, pero que no habría forma de
que lo admitiera. Sonríe por Kasumi.
-De modo que ya está
aceptando que ama al doctor- sonríe sentándose de nuevo- eso está bien…
-¡¡No!!- Akane queda
sentada en la cama otra vez- ¡¡Es por eso que me resisto a creerlo!! ¡¡De quien
mi hermana está enamorada no es del Dr. Tofú!!
-¿Qué?- Ranma queda
atónito ante esto- ¿estás segura?
-Más segura que nunca…-
dice.
La chica procede a
contarle todo lo que antes había escrito en su diario. Al terminar el relato,
Ranma ha quedado totalmente sorprendido.
-Entonces… Kasumi está
enamorada…- dice Ranma.
-Sí…
-…pero no es del Dr.
Tofú…- continúa el chico.
-Sí…
-…y mantiene correspondencia
con su “enamorado”…- concluye Ranma.
-Correcto- dice Akane
viendo la reacción de su prometido.
-¡¡¿De dónde rayos sacas
eso?!!!- se exalta el joven.
-¡Es que tú no la has
observado como yo!!- dice Akane desesperada- ¡¡Yo he visto cómo sonríe por
nada!! ¡¡Cómo canta por lo bajo una canción de amor mientras cocina!! ¡¡Cómo
corre, domingo tras domingo, a abrirle al cartero y mientras revisa la
correspondencia está sonriendo!! ¡¡Cómo esperando una carta!! Dios, Ranma…
nunca creí que Kasumi se enamorara así… como una chiquilla…
-Es normal- sonríe
Ranma- Kasumi es una mujer joven, muy hermosa y dulce. Sería capaz de
conquistar a cualquiera…
-Es que me resisto a
creerlo…- suspira Akane, tumbándose en la cama de nuevo.
Ambos jóvenes guardan
silencio. En realidad este “secreto” que comparten los hace sentir más unidos.
-Tenía pensando mañana
levantarme temprano, para ver la reacción de Kasumi si llega a recibir una
carta- dice Akane mirando al techo- ¿lo harías tú también?
-¡Claro! ¡Ver para
creer!! ¡¡Porque yo eso aún no me lo creo!!- sonríe Ranma- entonces entraré por
este mismo conducto- dice abriendo la ventana y saltando fuera de la
habitación- y te despertaré… veremos si son ciertas tus sospechas, buenas
noches…
-Buenas noches, Ranma-
suspira Akane.
El chico se va de la
habitación y Akane sonríe. Ahora tiene, si se puede llamar, un “cómplice” y
podrá comentar esto con alguien más, alguien más que su diario.
-Gracias… gracias,
Ranma- dice la chica mientras apaga las luces de su habitación.
-Buenos días, Akane-
Kasumi entra en la habitación de la chica y ésta se despierta.
-¡Kasumi!- Akane se
sorprende- ¿Qué haces aquí a estas horas?
-Akane- Kasumi se sienta
al lado de su hermana- quiero que escuches atentamente todo lo que voy a decir…
-De acuerdo…
-Sabes que siempre he
sido muy dedicada a papá, a ti y a Nabiki. También a Ranma y a Tío Genma desde
que llegaron a esta casa. Desde que murió mamá quedé encargada del Dojo… sin
que nadie me lo pidiera yo asumí la tarea de cuidar la casa y de ser una segunda
madre para ti y Nabiki. No me arrepiento ni un minuto de haber hecho todo eso y
de sacrificar mis mejores años por ustedes y, te aseguro, que si tuviera la
oportunidad de vivir de nuevo, lo haría otra vez. Pero, debes tener en cuenta,
Akane-chan, que soy una mujer. Y como tal es natural que sienta. Espero que me
comprendas. He encontrado a alguien quien me da todo… amor, cariño, apoyo. Lo
oculté por mucho tiempo, pero creo que ya es hora de que lo diga a todos.
Entonces al lado de
Kasumi aparece un hombre alto, cuyo rostro está cubierto de sombras.
-¿Es él?- pregunta
Akane.
-Sí, hermanita, es él-
sonríe Kasumi mientras toma del brazo al hombre.
Akane observa cómo su
hermana mayor y el desconocido se dan un profundo beso en los labios.
-Lo siento, Akane. Pero
he tomado la decisión de casarme con él- dice Kasumi abrazando al hombre- creo
que tengo que ir formando mi propia familia. Pero él vive en Kyoto y debo irme
con él… de modo que tendremos que separarnos. ¿Comprendes Akane?
Esto deja a Akane sumida
en un estado de shock. Puede sentir como su hermana le toma por los hombros,
pero ella no puede hablarle. No asimila lo que acaba de escuchar.
-¿Akane?- Kasumi la
mueve por los hombros, pero ella no se mueve.
-¿Akane?- la llaman de
nuevo.
-¿Akane?- todo se torna
oscuro.
-¡¡Akane!!- la voz de
Kasumi se va transfigurando.
-¡¡Akane, despierta!!-
es la voz de Ranma.
-¡¡AKANE!!- la chica
abre los ojos. Para darse cuenta que es Ranma quien está tomándola por los
hombros. Todo había sido un sueño pero ¿sería un reflejo de la realidad?
La respiración de la
chica es agitada y Ranma puede notarlo.
-¿Ocurre algo?- pregunta
el joven.
-No…- suspira- me cambio
y enseguida bajamos… aún es temprano… ¿cierto?
-Sí… madrugué- sonríe el
chico.
Ambos bajan las
escaleras con sumo cuidado. No pueden prender las luces porque tal vez les
descubran. Aún el sol no sale con toda su fuerza, apenas las primeras luces se
dejan entrever.
Caminan hacia la sala,
pasando por la cocina y notan que no hay nadie.
-¿Qué dices si esperamos
al correo desde afuera?- propone Ranma- podríamos ver mejor la reacción de
Kasumi ¿no te parece?
Akane asiente en
silencio.
Los chicos salen del
Dojo y se suben al árbol más cercano.
-¿Cuánto puede faltar
para que llegue el cartero?- pregunta Akane.
-No lo sé…- suspira
Ranma.
-Tengo un poco de
sueño…- bosteza Akane-… pero bien lo vale…
Ranma coloca la espalda
de Akane en su pecho. Le acaricia un poco la cabeza.
-Yo te diré cuando
llegue el cartero- sonríe el chico- puedes dormir mientras…
-Si te cuesta tanto como
antes despertarme, mejor no- sonríe ella- hasta tuviste que moverme para que
despertara…
-Dicen que cuando no se
quiere despertar, es porque o el sueño es muy feliz o es una pesadilla ¿Tú que
soñabas?
La piel de Akane se
eriza al recordar el sueño. No quiere perder a su hermana.
-Mejor cambiemos el
tema…- suspira.
-¿Qué habrás estado
soñando, pícara?- sonríe él.
-Nada relacionado
contigo, eso es seguro- sonríe ella.
-¿Y por qué no?- se
disgusta él en broma- ¿acaso nunca sueñas conmigo?
-¿Es que tú sueñas conmigo?-
pregunta Akane.
Ranma permaneció en
silencio. No quería confesar que, casualmente, la noche anterior había soñado
con Akane. No había sido un sueño malo, ni mucho menos pervertido; pero
prefirió callar.
-¿Es que acaso soñaste
conmigo?- vuelve a preguntar la chica.
Justo cuando Ranma no
sabía cómo salir de aquella situación tan comprometedora, se escuchan pasos en
la vereda de los Tendo. Se trata del cartero, que llegó un poco más temprano
que lo habitual.
Tocó a la puerta varias
veces, pero nadie respondió. Era natural, este domingo había llegado más
temprano y todos seguramente dormían.
El cartero dio un
suspiro. No le gustaba dejar la correspondencia a los pies de la puerta
principal, como hacían sus otros compañeros cuando nadie respondía. “Puede
pasar cualquier cosa con las cartas” solía decirles a los demás. Era un hombre
relativamente joven, de unos 21 ó 23 años, no más. Tenía un físico apreciable,
sus músculos se podían apreciar aún con su uniforme de trabajo puesto. Sus ojos
y cabellos eran de color café, sus facciones eran finas. Podría enamorar a
cualquier mujer si se lo propusiera.
Akane lo conocía. Antes,
él solía vivir con su madre al lado del Dojo. Cuando eran pequeños él solía
venir a jugar con Nabiki y ella frecuentemente. Kasumi y Soun le agradecían
mucho y le tenían mucho aprecio a él y a su madre. Pero cuando el chico cumplió
los 15 años, su madre decidió irse a vivir a otra casa más grande, ya que
quería alquilar los cuartos para así costear los estudios de su hijo.
Afortunadamente, no salieron del sector de Nerima. De modo que siguieron
manteniendo el contacto. Ahora él trabajaba de cartero a medio tiempo para
ayudar a su madre con los gastos. Había sido encargado de ese sector de Nerima,
de modo que él siempre iba a dejar la correspondencia de los Tendo. Akane pensó
que tal vez él sabría mejor que nadie si Kasumi recibía correspondencia, de
quién y con qué frecuencia.
-¡¡Koji!!- le llamó la
chica desde el árbol.
El joven se volteó hacia
la voz y quedó sorprendido al ver a los dos jóvenes en el árbol.
-Buenos días, Akane-
saludó- ¿Qué haces allá arriba, con tu prometido, y a estas horas?
-Te esperábamos- dice
ella cayendo al piso de un brinco. Ranma hizo lo mismo segundos después.
-¿Me esperaban?- se
sorprende Koji.
-Sí- sonríe Akane- me
preguntaba… ¿Hay correo hoy para Kasumi?
Koji sacó el mazo de
cartas y revisó una a una, no eran muchas.
-Pues no, no hay ninguna
para Kasumi- dice él.
-¿Seguro?- pregunta
Ranma.
-Revisa tú mismo- dice
pasándole las cartas.
Ranma las toma en sus
manos y las revisa. La primera que ve es de Ryoga, va dirigida a Akane. Una
vena aparece en su frente. ¿Cómo se atreve Ryoga a escribirle a Akane? Se da
cuenta de que proviene de la India. Por lo menos no sabrán de él en algo de
tiempo. La segunda carta es del Maestro Happossai, quien había salido de
vacaciones. La tercera carta es de Shampoo, quien se encuentra en China; va
dirigida a él. Revisa las otras dos, van dirigidas a sus padres. En efecto, no
hay ninguna para Kasumi.
-Koji… ¿no sabrás si
Kasumi recibe correspondencia regularmente de una misma persona? – pregunta
Akane.
-Pues no…
-¿Y le escribe a
alguien?- pregunta Ranma.
-Para nada- responde
Koji.
-Pues gracias…- suspira
Akane-… nosotros nos encargamos de las cartas… nos vemos…
Akane y Ranma entran a
la casa. Ambos están un poco decepcionados. Porque aunque Ranma no quiera
admitirlo, estaba un poco ilusionado con la idea de que Kasumi tuviera un amor
secreto.
-Fracaso total…- suspira
Akane-… después de todo creo que estoy un poco paranoica…
-Igual yo…- admite
Ranma.
No puedo creerlo aún. Yo creía en verdad que Kasumi estaba enamorada. En realidad creo que, aunque pueda perderla, ella tiene derecho a encontrar a alguien que la haga feliz y con quien pueda formar una familia. Pero hoy todo se vino abajo: nada de lo que supusimos Ranma y yo era cierto.
Ni Kasumi mantiene correspondencia con alguien, ni está enamorada.
Sé que tal vez suene un poco egoísta, pero si no se enamora por un tiempo, mejor. Creo que aún quiero tenerla por un tiempo más. Me parece que mañana me despertaré un poquito más tarde, ya no tendré que levantarme súper temprano para espiar a mi hermana.
Por otro lado, te mentiría si te dijera que no estoy feliz. Ranma y yo hemos compartido esto juntos. Eso me hace dichosa, creo que ya puedo empezar a confiar más en él para ciertas cosas.
Tal vez eso nos una un poquito más…
Nuevamente, Akane cierra
su diario y lo mete en la gaveta. Se mete en la cama y apaga las luces.
-¡¡Ya nos vamos a la
escuela, Kasumi!!- dice Akane antes de cerrar la puerta e irse a la escuela
junto con Ranma.
-¡¡Adiós, Akane!!- le
grita su hermana desde el patio.
-Hija- Soun se acerca a
Kasumi, quien está dando de comer a los peces del estanque- Genma y yo nos
iremos a ver a unos amigos que estarán por unos días en Nerima. No regresaremos
hasta la tarde. No nos prepares de cenar.
-De acuerdo, papá-
sonríe ella- y diviértanse.
Así es como Kasumi queda
sola.
Ya es casi media mañana
cuando Kasumi se dispone a preparar el almuerzo. Lo preparará sólo para ella ya
que Soun y Genma se han ido. Da un suspiro y comienza su labor.
A los pocos minutos de
encender la estufa, el timbre suena. Ella corre a atender.
Cuando abre la puerta se
encuentra con Koji, quien le saluda sonriente. Kasumi le mira sorprendida.
-¿Qué haces aquí?-
pregunta- pasa…
-Lamento interrumpir-
sonríe el chico.
-No lo haces… es sólo
que es sorpresiva tu visita- Kasumi cierra la puerta- no me la esperaba.
Koji se sienta y Kasumi
hace lo mismo.
-¿Sabes?- sonríe el
joven- creo que tu hermana y su novio sospechan que tú estás enamorada y que mantienes
correspondencia regular con esa persona…
La risa de Kasumi no se
hace esperar.
-¡¿En serio piensan
eso?- dice sin dejar de reír.
-Sí, me preguntaron ayer
si tú mandabas cartas o si recibías con regularidad correspondencia…
-Les dijiste…-
-…la verdad- sonríe- que
no escribías con regularidad y nadie te mandaba cartas, a no ser algunas de
tus amigas de vez en cuando.
-Gracias- sonríe Kasumi-
creo que Akane se preocupa un poco por mi estado sentimental últimamente. En
realidad todos se han dado cuenta, sólo que son Akane y Ranma quienes más
importancia les han dado.
-Creo que debes decirles
que no busquen en las cartas… que busquen en la persona que las trae…- sonríe
Koji y toma suavemente la mano de Kasumi.
-¡¡Qué dirían!! Es divertido
imaginármelo…- dice Kasumi sonriendo. Piensa que tal vez su hermana menor es
mucho más ingenua de lo que parece.
Akane y Ranma entraron
en su casa. Ambos no pudieron dejar de reírse por el camino de regreso a casa por
sus suposiciones sobre Kasumi, que la final habían resultado una total
tontería.
-¡¡En realidad estaba
paranoica totalmente!!- se burla Akane- ¡¡Y tú que me creíste!!
-Tengo que aceptar que
fuimos unos tontos… - dice Ranma.
Ambos llegaron hasta la
sala y se sorprendieron al no encontrarse con sus padres o con Kasumi. Más aún
fue su sorpresa al sentir un gran olor a quemado que provenía de la cocina.
Akane empezó a preocuparse y corrió a la cocina con rapidez, seguida por Ranma.
Al llegar hasta allí encontraron
la estufa a medio encender y sobre ella una olla con un contenido de aspecto
pastoso y oscuro. Era el caldo que Kasumi había dejado a medio cocinar, ahora,
horas después, era sólo una comida digna de las ratas. Ranma y Akane pusieron
cara de asco y alejaron la vista de la olla. Antes de salir de la cocina, Akane
observó que había una nota en el aparador. Era la letra de Kasumi.
-Observa, Ranma- dice
Akane sosteniendo la nota en sus manos- es de Kasumi, dice: “Familia: tuve
que salir. No se preocupen, no es nada grave. Seguro y demoro un poco. Le pedí
de favor a Cologne les llevara la cena, de modo que no se preocupen por la
comida. Kasumi”.
Si de por sí ya era
extraño que Kasumi se hubiera “descuidado” y hubiera dejando la estufa a medio
encender, provocando que el caldo se dañara; era aún más extraño que, aunque
hubiera tenido que salir, no les hubiera preparado la cena, en lugar de ello le
pidió a Cologne que lo hiciera. Ella siempre, aunque tuviera que salir de
emergencia, les dejaba la cena hecha.
-Esto es extraño…-
suspiraron Ranma y Akane casi al mismo tiempo.
Ambos se miraron. ¿Acaso
era posible que sus sospechas, a pesar de todo, no estuvieran erróneas?
Decidieron desechar esa idea por el momento.
Los dos se sientan en la
sala. Se miran detenidamente. ¿Era hora de contar sus sospechas a la familia?
¿Qué diría Soun? ¿Cómo reaccionaría Nabiki? De seguro y todos armarían un
alboroto. Incluso el Maestro Happossai. Akane ahora sí que tiene miedo de
perder a su hermana mayor para siempre. Los dos chicos aún tienen en la mente
una sola pregunta ¿Quién es? De regreso a casa pasaron por el consultorio del
Dr. Tofú y él estaba allí, como siempre. De eso no hacía más de media hora. Y
la consistencia del caldo les hacía suponer que Kasumi había salido de la casa
hacía horas.
Pasó una hora. Hasta que
la puerta de la casa se abrió, dando paso a Nabiki, quien se había quedado
hasta más tarde en el colegio.
-¡¡Hola, familia!!-
saluda la recién llegada- ¡¡Ranma, Akane!! ¿Cómo les fue hoy en el Colegio con
el anuncio ese del Director? Ahora dice que quiere imponer nuevos uniformes.
¡¡No me quiero imaginar cómo serán!! Por cierto ¿Qué hace esta maleta aquí?-
Nabiki se aparece ante ellos con una bolsa de color marrón, que tiene la
insignia del correo en el frente- ¿NO es de Koji? ¿Él está aquí? Oigan ¿Dónde
está Kasumi, que no la veo?
Los dos chicos se
miraron enseguida. ¿Qué hacía la bolsa de Koji allí? Ambos abrieron la boca
sorprendidos. Habían comprendido todo. ¿Cómo pudieron ser tan tontos?
FIN.
Notas:
Okiss… ¿les ha gustado? Pues hacía tiempo que no escribía
una historia de Ranma, de modo que me inspiré y aquí está. Pero en realidad no
tenía muchas ganas de escribir el clásico fic que se centra en Ranma y Akane;
en Ryoga y Ukyo; en Shampoo y Moose. Tenía ganas de hacer algo diferente. Y
entonces miré a Kasumi, que siempre ha sido un personaje un tanto de relleno. Quería
mostrar una faceta distinta de esta chica y creo que lo logré.
Espero que se hayan divertido leyendo la historia, porque
era para dejarlos sonriendo al terminar de leerla.
Comentarios a maral15@yupimail.com
*Ni Ranma, Akane y todo el clan de Nerima me pertenecen. Son
propiedad de Rumiko-sensei. Los uso sin ánimo de lucro, de modo que está bien. Koji
sí es de mi propiedad… de modo que no hay bronca.