El Eco de un grito en la oscuridad

Por: Umi

 

 

“No puedo explicarme, la razón por la que decidiste morir. Porque, seamos sinceros, hubieras podido evitar tu muerte.

 

No puedo explicarme, la razón por la que armaste todo ese alboroto. La razón que te hizo secuestrarla, la razón que te hizo morir.

 

No puedo explicarme, la razón por la que la escogiste a ella, la razón por la que no me escogiste a mí.

Te amaba, te amaba demasiado, ese fue mi error.

Desde que te vi, me encantaste;  tu forma de ser, tu personalidad misteriosa, tus ojos negros como la noche que encerró la primera vez que te vi.

 

Por ti,  dejé todo; el futuro prometedor que tenía como hechicera y aprendiz de Guru Clef.

Por ti preferí pelear contra mi maestro, desafiar a los hechiceros más poderosos de Zéfiro, por ti me enfrenté a las guerreras mágicas.

Y perdí... perdí todo... las batallas y tu amor.

 

No sé la razón, por la que te fijaste en Esmeralda. Quizá fue su inocencia, su ausencia de problemas, su sencillez, su falta de maldad.

 

Pero ya no más, Zagato, se que eres feliz ahora, con ella y no pienso arruinar tu felicidad.

Pero tampoco pienso seguir sufriendo, amado Zagato, por un amor no correspondido, por tu amor que nunca fue mío.

 

Se acabó. Ahora... me reuniré contigo, ya sea en el cielo o en el infierno.”

 

Alanis sostuvo con firmeza la daga en su mano derecha. Brilló un poco, un pequeño brillo en la inmensa oscuridad de la habitación, su habitación, que la rodeaba.

Apretó con fuerza la daga, y la enterró en su pecho.

Gritó. Su grito de dolor resonó en las paredes de la oscura habitación, y en todas las habitaciones del castillo.

Disfrutó, disfrutó ese dolor. Esa sensación de placer producida por la sangre que salía de su pecho, fue su felicidad en ese momento.

Gozó el ligero viento que movió sus cabellos, negros como la oscuridad que la rodeaba, y que los esparció por el frío suelo.

Gozó el dolor del golpe de su caída.

Escuchó la puerta, entraron Clef, Umi, Hikaru, Fuu y Presea; instantes después, ya estaban allí Caldina, Ráfaga y Ascott.

Clef sostenía su cuerpo.

El cuerpo de Alanis comenzó a desaparecer, comenzando por los pies.

Y Alanis disfrutó al sentir cada célula de su cuerpo carcomerse... Cada parte desaparecer... cada herida del pasado reabrirse.

Sintió con gozo como la sangre continuaba saliendo de su pecho, tiñendo de rojo su vestido blanco. Curioso... blanco y puro como el amor que siente hacia Zagato, amor obsesivo que la destruyó, que la llevó a este lamentable final, amor que sigue latiendo en su sangrante pecho en este momento.

Pero... dejo de sentir...

Lo único que quedó de Alanis, de la que amó a Zagato hasta arrancarse la vida del pecho por él, de la hechicera, fue el eco de su grito.

Gritó que ahogó su dolor, grito que le dio el placer de morir por quien amaba.

El único recuerdo de lo que fue Alanis quedó en el desvanecido eco, en el eco de un grito en la oscuridad.

 

 

NOTAS DE LA AUTORA:

Este fic tenía muchas ganas de escribirlo ^_^ . alanis es uno de mis personajes favoritos.

Como lo habrán notado, este es un final alterno para Alanis;  supongamos que Alcione no muere al decirle a las Guerreras donde está Deboner, sino que se suicida. ¿Qué tal? ¿cómo me quedó? Espero que haya gustado.

Comentarios, tomatazos, amenazas de muerte, súplicas para que no vuelva a escribir un fic dark, etc por favor a:

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y no recuerdo mis otros mails... =P

Dedico este fic a Maggy  (Amelia Tendo) y a Argenis (Isamu Drake)

 

Umi