UNA VERDAD OCULTA

 

1- EL PASADO

 

            El hombre miró con tristeza a la pequeña niña de dos añitos que llevaba de la mano, y volvió a mirar a la reciente lápida. Había sucedido todo tan deprisa, ni siquiera él, que era el hechicero más poderoso de todos lo existentes hasta la época, había sido capaz de hacer nada por evitar la muerte de su joven esposa... su querida Anna, su amiga de infancia, su primer y único amor, la madre de su hija... la única persona dentro de los círculos místicos que nunca había desconfiado de él, que nunca le había envidiado... y ahora ya no estaba... aquella enfermedad se la había llevado en menos dos semanas... ¿cómo criaría ahora a su hija solo? Él siempre había sido un irresponsable.

 

- ¿Mamá?- Dijo la pequeña y su padre le sonrió con tristeza a la vez que se ponía a su altura.

- Mamá ya no está. Se ha ido a un lugar muy bonito en el cielo.

- ¿Volver?

- No, ella ya no volverá... nos hemos quedado tú y yo solos.- La niña hizo un pequeño inicio de lágrimas y su padre añadió.- Escúchame bien, Sakura. Debes ser una niña fuerte y no llorar, porque mamá se pondrá muy triste si te ve. Aunque ella ya no esté, siempre cuidará de nosotros desde el cielo. ¿Lo entiendes mi niña? ¿Vas a llorar más?

- No, papi, no más lloro.

- Bien, así me gusta... que seas valiente.

- Clow...- Dijo una tercera voz femenina.- lo siento mucho. Ana era una persona maravillosa, era mi mejor amiga... y sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

- Gracias Nabiki, lo tendré en cuenta.

 

            Clow Reed cogió a su hija en brazos y miró por última vez la tumba de su esposa, y luego se alejó. Debía ser fuerte... debía evitar llorar delante de Sakura, sino ¿Cómo podía pedirle a ella que fuese fuerte?

 

            Llegaron a la casa... ahora parecía tan vacía sin Anna... además Sakura se sentiría sola... y pensó en comenzar con su legado... un legado para su niña que evitaría que se sintiese sola.

 

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            Una niñita de cuatro años entró corriendo a la lujosa habitación donde su padre trabajaba afanosamente. La niña tenía el pelo de un castaño claro y largo y su piel pálida enmarcaba unos preciosos ojos verdes. Verdes... como le gustaba a su madre ese color.

 

- Papá, ¿ya?- Dijo la pequeña.

- Casi, todavía falta un poco.

- ¿Cuánto?

- Un par de horas... porque ahora pienso tomar un descanso y jugar contigo.

- ¿Sí?

- Sí.

- ¿Y luego crearás a mi amiguita?

- Sí.

- ¡Bien!... ¡Tendré una amiga!

- Pero Sakura... tienes más amiguitas.

- No. Me tienen miedo. Incluso Megumi, la hija de tía Nabiki me tiene miedo.

- ¿Miedo?- Dijo el hombre mientras tomaba en brazos a la pequeña.

- Sí. Papá... ¿Cómo llamarás a mi amiguita?

- Ella será Viento, porque eso es lo que representará.

 

            El hombre salió al jardín y jugó con la niña durante horas. Después regresó a la habitación con la niña y ante la asombradísima mirada de esta creó una carta, para luego mostrársela a ella.

 

- ¿Eso es mi amiguita?

- Sí, mira aquí descansa Viento pero siempre que la llamemos saldrá.

- ¿Puedo?

- Claro hija, adelante.

- ¿Viento?- Dijo la niña con timidez.

 

            Una gran fuente de energía surgió de la carta y una mujer de expresión amable apareció ante ellos.

 

- ¿me has llamado?- Le preguntó con dulzura a la niña.

- ¡Oh!- La niñita sonrió ilusionada y volvió a preguntar.- Viento... ¿Serás mi amiguita?

- ¡Claro que sí! Dime, ¿cómo te llamas?

- Sakura.- Dijo la niña.- Él es mi papi.- Añadió señalando a su padre.

- Amo Clow.- Respondió la carta respetuosa.

- Viento... ¿Quieres jugar conmigo?- Volvió a preguntar la niñita.

 

            La carta solo sonrió y le dio la mano mientras salían al jardín. Clow lo miró todo con una sonrisa. Ahora todo sería más fácil. Había tardado dos años en crear a Viento, pero ahora... crearía a las demás.

 

- Bien... la siguiente será Agua.

 

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- ¡Feliz cumpleaños,  Sakura!- Dijeron  unas cuantas voces a la vez.

- ¡Papá, Viento, Agua, Fuego, Tierra, Bosque, Espejo!- Dijo la niña al ver todo aquello.- Gracias.

- Hoy cumples cinco años, Sakura.- Dijo Espejo.

- Sí, ya eres una niña grande.- Añadió Fuego.

- Y por eso...- Continuó Agua.

- ¡Te hemos preparado todo esto!- Terminó Viento.

- ¡Felicidades Sakura!- Dijo su padre.

- Esto... yo... no sé que decir.

- Sólo pásatelo muy bien.- Dijo Tierra.

- Sí, disfruta de tu fiesta de cumpleaños.- Concluyó Bosque.

 

            La niña sonrió y empezó la fiesta al poco tiempo apareció una especie de hada con una varita y un ENORME pastel en las manos, y la acompañaba una mujer de expresión alegre que llevaba un gran ramo de flores.

 

- ¡Toma! Son tus favoritas.- Dijo la mujer.

- Gracias, Flor. Son muy bonitas. Dulce, ese pastel se ve delicioso.

 

            La fiesta continuó y cuando ya iba a terminar, Clow se acercó a su hija y sonrió con dulzura.

 

- Sakura, ¿no te parece que en esta fiesta... falta algo?

- ¿Qué?

- Tu regalo.

- ¿Otro?

- ¿Cómo otro?

- Esta fiesta es todo un regalo... pero ¿Cual es el otro, papi?

- Toma.

- ¿Una carta? Rápida.

 

            De la carta salió un curioso gatito con una bonita gema roja en la frente que la miró con curiosidad y cariño, para luego lanzarse a los brazos de la niña y maullar de contenta.

 

- ¡Es un gatito!

- Pensé que te gustaría tener una mascota.

- Gracias, papá.- Le dijo con lágrimas de felicidad en los ojos.

 

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- ¡Rápida! Rápida. Espera.... no puedes entrar...- Como el gatito la miró interrogante ella continuó.- Papá dice que tiene que hacer algo muy importante... y que ya me avisaría cuando...

- ¿Cuándo terminase?- Preguntó una voz a sus espaldas.

- ¡Luz! ¡Me has asustado!- Dijo la niña con enfado.

- Perdónanos, Sakura.- Dijo otra mujer morena que estaba al lado de Luz.

- No hay nada que perdonar. Oscuridad... ¿Sabes que hace papá?

- El amo dice que ya no creará más de nosotras... que con cincuenta y dos somos bastantes y dice que es hora de cerrar el círculo.

- ¿Cerrar el círculo?- Dijo la niña con una gran interrogante.

- Creará a los guardianes protectores, que nos custodiarán y os protegerán. Eso quiere decir cerrar el círculo.- Contestó Luz.

 

            Entonces la niña giró al notar una gran energía desatada y dos nuevas presencias poderosas. La puerta se abrió y salió Clow sonriendo e hizo entrar a la pequeña habitación.

 

            Allí vio a dos seres alados... a un enorme león dorado con alas y un precioso ángel de pelo blanco y ojos azules que parecían de hielo.

 

- Mira bien, Sakura, estos son Kerberos y Yue, los guardianes de las cartas.

- ¿También serán mis amigos?- Dijo la niña dubitativa... notaba perfectamente que esos seres eran diferentes a sus queridas cartas.

- Espero que sí.

 

            Mientras esa conversación era llevada a cabo ambas criaturas miraban a la niña de siete años, con aquella carta en forma de gatito en brazos y que preguntaba si ellos serían sus amigos.

 

- Amo... ¿Quien... quien es esta niña?- Se atrevió a preguntar Yue con gran curiosidad.

- Esta niña... - Dijo Clow con una sonrisa.- ... es mi hija, Sakura.

 

            Ambos guardianes se miraron asombrados e hicieron una leve inclinación de cabeza.

 

- Ama.- Dijeron los dos a la vez.

- Yo no quiero ser vuestra ama.- Dijo la niña con una gran y sincera sonrisa.- Quiero que seáis mis amigos. ¿Lo seréis? ¿Lo seréis como lo son las cartas?

- ¡Por supuesto!- Dijo  el león mientras se acercaba a la niña con una sonrisa

- Me encantaría, Sakura.- Dijo Yue festivamente.

 

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            Clow estaba mirando a su hija como corría por todo el jardín jugando con Rápida y Kerberos... a su lado estaba Yue que veía la escena con una gran sonrisa...

 

- Mírala bien, Yue. ¡Tan pequeña y tan llena de vida!

- y tan guapa...- Dijo Yue.- Sé bien que en pueblo ya ha robado más de un corazón a pesar de que tan solo tiene ocho años.

- Sí... pero también le tienen miedo. Ella es tan poderosa... sus aptitudes y su potencial son increíbles...

- Se nota que es su hija.

- ¿La aprecias... Yue?

- Es la niña más encantadora de todas... es imposible no quererla. ¿Por qué lo pregunta, Clow?

- Porque tú, Yue, representas a la luna... y por lógica deberías ser frío e impersonal, como el elemento celestial que representas...

- Pues me alegra no ser así.

- Escúchame bien, Yue.... cuando yo ya no esté... quiero que la cuides bien.

- ¡AMO!

- Yue... soy un ser mortal y un día tendré que morir... pero moriré feliz de saber que mi hija estará en buenas manos... ella se convertirá en vuestra ama.

- Creo que nadie podría desempeñar mejor ese papel.

- Yo también lo creo, Yue...  Yo también.

 

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- ¡AMO!- Gritó Kerberos mientras corría con su cara llena de preocupación.

- ¿Que ocurre Kerberos?

- ¡AMO! ¡SAKURA! ¡SAKURA!

- ¿¡Que pasa con Sakura!?- Preguntó aterrorizado.

 

            En ese momento Yue apareció con la pequeña niña de diez años recién cumplidos en brazos. Estaba inconsciente.

 

- ¿Que le ha pasado?- Preguntó mientras la llevaba corriendo a su habitación.

- no lo sé, Clow.- Dijo Yue igual de preocupado.- Estaba jugando con nosotros y de repente... se desmayó.

 

            Clow la dejó en su cama y la miró con preocupación. Tenía fiebre, mucha fiebre... le costaba respirar y notaba como oda su energía mágica se iba desvaneciendo.

 

            Entonces notó una energía conocida a su espalda... una energía que no había notado en ocho años... la energía de Anna. Se giró y vio al espíritu de la que fue su esposa con expresión triste.

 

- ¿Anna?- Entonces se asustó.- Anna... ¿no habrás venido a por...?

 

            La mirada del espectro le contestó.

 

- ¡No! ¡No por favor Anna!  ¡No te la lleves! ¡Te lo ruego! ¡Ella es todo lo que me queda de ti!

- Lo siento Clow...-Dijo su esposa.- Yo no lo he decidido... si por mí fuera nunca la vendría a buscar... ¡Nunca!

 

            Lo siguiente que vio fue el espíritu de la niña al lado de s madre.

 

- ¿Mamá?- Dijo la niña- ... ¡Mamá has vuelto!

- No mi niña... no he vuelto.

- Papá, ¿Por qué...? Por qué estoy aquí y en la cama?

- ¿Recuerdas... lo que te expliqué de aquel lugar en el cielo?

- Sí.

- Bien... tú te irás ahora allí.- Dijo llorando.

 

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- “Sakura, mi niña... ya han pasado dos meses y siento tu ausencia... todos la sentimos. Tanto Yue como Kerberos, al que llamabas cariñosamente Kero, como las cartas... notan tu ausencia. Tuve que borrarles tu recuerdo para que no sufrieran... y ahora las cartas no permanecen libre, sino que están en un libro que he creado para guardarlas ‘The Clow’. ¿Sabes? Yue es el único que ha cambiado... no te recuerda... pero siente muy intensamente tu ausencia... Ya no es alegre... se ha vuelto frío, indiferente e impersonal... y si le pregunto siempre me responde que le falta algo. Un día dejarás de faltarle... porque un día... aunque pasen mil años... todos nos reencontraremos. ¡Es una promesa!”

 

 

Notas autora: Hola a todos!! Vale, sí, sí. Sé que en este primer capítulo, sé que me he pasado de dramática... y que lo he hecho un tanto triste... pero bueno es necesario para poder continuar con el fic. En este quiero darle al amo Clow un carácter un tanto diferente... a ver ¿por qué siempre tiene que aparecer como un solterón? Bueno... pues en este como veis se enamora e incluso tiene una hija... ¿Qué porqué me cargo a la mujer nada más comenzar el fic? Bueno... de esa forma ya se le da un cierto aire triste al fic desde un principio... y quería que Clow se comportara de forma responsable, cosa que no haría si tiene una esposa que cuidase de la niña... ¿Y por qué he matado a la pequeña Sakura?... Bueno... primero de todo porque en la serie Clow vivía solo con sus dos guardianes... así que no iba a sacar de la nada a la niña... y en segundo... bueno la segunda razón la tendréis que descubrir en el segundo capítulo...  Cualquier comentario, duda, sugerencia... Enviádmelo a Khari18@hotmail.com , Khari@eresmas.com o bien Khari@ozu.es

 

            Un besito muy grande a todos.

 

Khari